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CONTENIDO EXCLUSIVO.La pandemia de covid-19 continúa afectando el engranaje de la globalización con la crisis de contenedores. Esta vez, las exportaciones de China, indispensables para las cadenas de suministro, están afrontando serios problemas, lo que perjudica el comercio internacional y pone en peligro las inversiones de miles de importadores y exportadores del mundo, y Nicaragua no está exenta de riesgos.
En estos momentos, el mundo experimenta una escasez de contenedores como efecto de la reactivación económica poscovid. Sí existen físicamente, pero no están ubicados donde deberían estar. Por ejemplo, han llegado barcos llenos de contenedores con mercancías a puertos de América y Europa, pero, debido a las restricciones por la pandemia, estos no pudieron volver a cargarse con nuevos productos y ser llevados de regreso a Asia, por lo tanto, miles de estos gigantes de acero se encuentran amontonados y estancados en algunos de esos puertos.
Asimismo, otro factor que propicia dicha crisis tiene que ver con la fluidez del tráfico marítimo. La actual temporada de tifones en China ha llevado a varios puertos de ese país a cancelar sus operaciones y además está el cierre temporal de otros por medidas para controlar la pandemia.
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Por ejemplo, a inicios de agosto el tercer puerto de carga más importante del planeta, el Ningbo-Zhoushan, situado al sur de Shanghai, fue cerrado parcialmente tras detectarse un caso de covid-19 entre los trabajadores.
Cabe destacar que China posee 8 de los 10 puertos más activos del mundo, mismos que ahora están funcionando con menos capacidad que la acostumbrada como consecuencia de las restricciones del covid-19.
Por otro lado, el tráfico ha aumentado porque los importadores más grandes están alquilando sus propios barcos para transportar su mercancía, ya que se resisten a pagar los altos precios de los fletes de las compañías navieras, situación que provoca un mayor número de barcos en tránsito.
Pero eso no termina ahí. Al panorama se suma el hecho de que hay empresas chinas que están fabricando menos debido a las estrictas medidas que ha impuesto ese país para evitar nuevas olas de covid-19. En consecuencia la producción se retrasa y eso provoca que los plazos de entrega se extiendan. Lo mismo ha ocurrido en otros países productores como India, Vietnam o Bangladesh.
Amenaza para las empresas de Nicaragua
En Nicaragua, el 90 por ciento de todo lo que se exporta e importa en el país viene por barco, sobre todo en contenedores. Razón por la cual, algunos importadores y exportadores nicaragüenses se están viendo afectados por el aumento en la demanda de estos, así como por el incremento en el costo de los fletes, el cual repercute en los precios finales de los productos.
Por ejemplo, en septiembre de 2020 mover un flete de China a Estados Unidos costaba 4,469 dólares, ahora esta cifra ronda los 20,615 dólares. Y la misma situación ocurre en los demás países, con ciertas variaciones en el precio.
Carmen Hilleprandt, presidenta de la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua (CCSN), explicó a LA PRENSA que a raíz del establecimiento del covid-19 hubo empresas que cerraron, muchos contenedores quedaron varados en Latinoamérica y no lograron llegar a China.
“Por esa escasez de contenedores también se han encarecido los fletes, por ejemplo, antes uno podía costar, dependiendo de lo que traías, unos 4,000 dólares, ahora te cuesta 20,000 dólares traer algo de China. Van a pasar meses para que eso se vuelva a normalizar”, sostuvo.
Es por ese motivo —comenta Hilleprandt—, que ha aumentado el precio de algunas materias primas. “Hemos visto aumento en el precio del plástico, de bolsas plásticas, así como escasez de cartón, aluminio, etcétera”, agregó.
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Ante este hecho, asegura que muchas empresas han tenido que buscar otras opciones para traer bienes del exterior, pese a que en Nicaragua hay dependencia de importar productos de China, “era de lo más barato”, mencionó.
“Hay empresas, socios de la Cámara, que están buscando otras opciones que sean viables, que no sean tan caras en Latinoamérica o en Estados Unidos, dependiendo de qué tipos de productos tengan que abastecerse. Es una realidad y todavía vamos a tener que lidiar con eso como comercio en los meses que vienen, por la situación del covid-19”, indicó.
Y es que, aunque China no forma parte de los principales socios comerciales de Nicaragua, de ese país se importan bienes de consumo duraderos, no duraderos; intermedios como materias primas y productos para la industria, para uso agropecuario, materiales de construcción; bienes de capital para el transporte, entre otras cosas.
Específicamente, entre enero y julio de este año Nicaragua facturó por esos productos un total de 488.15 millones de dólares, mientras en el mismo lapso de 2020 pagó 356.23 millones, lo que se traduce como un incremento del 37.03 por ciento.
Los datos del Banco Central de Nicaragua (BCN) también revelan que en todo 2020, Nicaragua importó varios productos de China por un valor de 631.89 millones de dólares.
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Sobre si ante dicha situación el sector está preparado para la alta demanda que implica la festividad de Navidad, la líder gremial señaló que “creemos que va a depender de que la gente tenga un apetito del consumo y de que se normalice nuestra situación del rebrote de covid-19 que hemos estado teniendo, para ver si hay un repunte en el comercio y haya ese nivel de compra”.
Sector industrial también se ve afectado
Marcos Pierson, presidente de la Cámara de Industrias de Nicaragua (Cadin), sostuvo que la escasez de contenedores ha provocado carencia de algunos materiales y ha encarecido muchas materias primas que utilizan, afectando de esta manera los costos de producción.
Asimismo, mencionó que esa escasez ha incrementado de manera “desproporcional” los costos de transporte. “Antes un contenedor tal vez costaba 3,000 dólares, ahora está costando 22,000 o 25,000 dólares”, ejemplificó.
“A veces, el problema también es conseguir la materia prima. Hay muchos productores, de los cuales nosotros dependemos, que ellos mismos tienen escasez en poder proveerse con los materiales que nos proveen, entonces vienen con retrasos y no son retrasos de una o dos semanas, son de uno o dos meses y esto causa problemas en la programación de la producción”, indicó.
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Pierson compartió que, ante este hecho, han incrementado los inventarios de materias primas para poder hacerle frente a la situación, “pero eso también nos eleva los costos, porque al tener más inventario entonces es más dinero amarrado en producto que está en bodega”, enfatizó.
El presidente de Cadin considera que este problema va a empeorar aún más de aquí al final de 2021 y agregó que en estos momentos en China varias fábricas están deteniendo su producción porque hay cortes de energía en diferentes ciudades de ese país, lo que también puede afectar el suplido de materiales.
“Recientemente, uno de los canales de televisión mencionaba de que esto puede afectar a empresas como Apple, en donde las partes de los teléfonos se hacen en China, es decir, pueden tener problemas en proveer a esa marca de teléfono. Nosotros no somos los únicos, es un problema mundial y se va a agravar un poco antes que se empiece a mejorar”, recalcó.
De hecho, la agencia calificadora Goldman Sachs redujo este martes sus proyecciones de crecimiento en China, debido a los apagones en todo el país que afectan a millones de hogares y paralizan fábricas, algunas de las cuales abastecen a las empresas Apple y Tesla, informó AFP.
Al menos 17 provincias y regiones, que representan 66 por ciento del PIB chino, anunciaron alguna forma de corte de energía en los últimos meses, afectando especialmente a las industrias pesadas, según Bloomberg Intelligence. Casi 60 por ciento de la economía china depende del carbón, pero su abastecimiento se vio afectado por la pandemia y una baja en las importaciones por una disputa comercial con Australia.
El lunes, analistas de Nomura dijeron que cada vez más fábricas debieron cesar sus operaciones a causa de órdenes del Gobierno de reducir las emisiones de carbono o al aumento en los precios y la escasez de carbón.
Unimicron Technology, un proveedor de Apple, detuvo la producción de sus fábricas en dos regiones, según documentos presentados el lunes a la bolsa de Taiwán. Varias otras empresas, incluido un suministrador de componentes de Tesla, debieron suspender la producción esta semana, dijeron en documentos de bolsa, según la agencia de prensa británica.
El noreste chino, con miles de hornos cementeros y fundidores de acero, está entre las regiones más afectadas. Una fábrica de Liaoning, noreste, debió enviar a 23 trabajadores al hospital por intoxicación con monóxido de carbono luego de que los ventiladores dejaron de funcionar durante un apagón, informó la red estatal CCTV.
Gustavo Viales, presidente de la Asociación Nicaragüense de Agentes Navieros (ANAN), había comentado recientemente a LA PRENSA que la situación sobre el problema de logística mundial persistirá. “Según los expertos, esto va a seguir hasta el primer semestre del 2023. Ni siquiera se está hablando del próximo año, porque 2022, como dicen, ‘ya está cerrado’; los volúmenes y las proyecciones que se tienen ya están hechas”, mencionó en su momento.