El destino quiso que Jonathan Loáisiga una vez más fuera el primer relevo tras la apertura de Gerrit Cole. Luego del imparable de Kyle Higashioka en el inicio del séptimo episodio para empatar (5-5) el partido, el mánager Aaron Boone miró hacia el bullpen, que horas antes había recuperado a su joya nacida en Nicaragua. Loáisiga subió a la colina en Toronto como si jamás se hubiera marchado, como si fuera ayer su último relevo, pero no, habían pasado 26 dolorosos días sin poder ayudar a su equipo en la pelea por el Comodín de la Liga Americana. Sin embargo, el “bombero” como le dicen en Nueva York, tenía su escopeta intacta para trabajar un inning por el 1,2 y 3 de tan solo 12 lanzamiento. Cuando cayó el tercer out, sopló su escopeta que echaba humo, emulando a un pistolero del viejo oeste.
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En su regreso no le esperaba ningún rival sencillo. George Springer le daba la bienvenida que con conteo de 2-2 recibió un sinker matador de 98.9 millas para dejarlo con el bate colgando del hombro. Así arrancaba el nuevo Loáisiga, salido del taller de reparaciones. Con Marcus Semien solo necesitó dos sinker de 98.8 millas para dominarlo en un roletazo a la tercera base, mientras sellaba el episodio ante Vladimir Guerrero jr. gran candidato a pelear el MVP de la Liga Americana. Después de colocarlo en conteo de 2-2 le repitió la misma dosis de veneno que a Semien para domarlo en rodado. Loáisiga salió caminando con la frente en alto y con una mirada sobre los miles de fanáticos que estaban en silencio por su espectacular labor monticular.
Una lástima que Clay Holmes no pudo emular al nicaragüense. Holmes fue castigado por un cuadrangular en el octavo asalto de Bo Bichette para darle el triunfo 6-5 a Toronto (88-70), que se colocaron a un juego de diferencia de Boston (89-69) y a dos de los Yanquis (90-68).
Arrebatan juego
Los Dodgers de Los Ángeles perdían 9-5 ante los Padres de San Diego cuando el joven jardinero Trent Grisham había empujado las últimas dos anotaciones, silenciando a la multitud de más de 45 mil personas. No obstante, los Dodgers estaban lejos de morir y arrebataron el partido de forma impresionante: cinco jonrones en un parpadeo y ganar 11-9 el desafío. Mookie Betts, Max Muncy, AJ Pollock, Cody Bellinger y Corey Seager ligaron los vuelacercas.
Por otro lado, los Gigantes de San Francisco derrotaron 1-0 a Arizona y consiguieron la mayor cantidad de victorias en una temporada de su historia (104). La carrera llegó gracias al elevado de sacrificio de Kris Bryant.
Shohei Ohtani fue figura en el triunfo de Anaheim 7-2 sobre Texas. El nipón robó su base número 25 y anotó su carrera número 100, convirtiéndose en el segundo jugador de la Liga Americana en conseguirlo. El primero fue José Canseco con Toronto en 1998. En la Liga Nacional acumularon esas cifras Alfonso Soriano, Chipper Jones, Barry Bonds y Larry Walker.
Los Cardenales perdieron 4-0 contra los Cerveceros y dejaron en 17 la racha de victorias consecutivas.