Muy pronto será la verificación en cada Centro de Votación para actualizar el padrón electoral, o sea la lista oficial de personas que en Nicaragua están registradas para votar. Todos debemos ir a verificarnos, pues si no lo hacemos corremos el riesgo de que el día de las elecciones no podamos votar.
Hay personas que consideran necesario votar, otros que dudan sobre votar o no, y otros que piensan no votar. Pero todos, absolutamente todos debemos verificarnos. ¿Por qué? Porque si usted es de los que está decidido a votar debe asegurarse de que podrá hacerlo, y si es de los que duda o de los que piensan no votar, no puede saber qué acontecimientos puedan presentarse de aquí al día de las elecciones que lo motiven a votar, y entonces quizá no lo pueda hacer.
En política podemos estar convencidos de algo y asumir que así va a suceder, pero nadie puede tener certeza de que su opinión sea una verdad absoluta. La experiencia y la historia nos enseñan que muchas veces suceden cosas totalmente inesperadas que creíamos imposibles. Esto es válido en todos los aspectos de la vida. Usted lo debe haber experimentado alguna vez. Algo que no se lo esperaba, ni siquiera se lo imaginaba, y… ¡zas! sucedió de repente. En política pasa igual, más a menudo de lo que pensamos.
Anastasio Somoza renunció a la Presidencia y abandonó Nicaragua el 17 de julio de 1979. Tres meses antes, digamos, en abril de ese año, a la gran mayoría de los nicaragüenses nos parecía imposible que tal cosa llegaría a suceder en tan corto tiempo. ¡Pero sucedió! En diciembre de 1990, dos meses antes de las elecciones, la mayoría de los nicaragüenses no pensamos que fuera posible que Daniel Ortega estaría reconociendo un triunfo electoral de Violeta Chamorro. Y en octubre de 2006 la mayoría de los nicaragüenses estábamos seguros de que las elecciones de noviembre las ganaría José Rizo o Eduardo Montealegre, o que habría una segunda vuelta, no pensábamos que Daniel Ortega las ganaría en primera vuelta.
Algunos dirán: “Sí, es verdad; pero sucedió por tal y cual cosa”. Por supuesto que las cosas siempre suceden por “algo”. Todo tiene una causa. A lo que me refiero es que aquellos fueron resultados inesperados, sea por las causas que fueren. Podría extenderme relatando otras sorpresas de la historia de Nicaragua y del mundo, pero solo recordaré cómo en la década de los ochenta no veíamos posibilidades de que el gobierno sandinista dialogara con la Contra, y dialogaron, negociaron y llegaron a acuerdos poco tiempo después. Es que en política nunca debe decirse nunca. El nunca no existe en ningún aspecto de la vida. Al final, solo Dios es quien tiene el poder sobre nuestras vidas y nuestro destino.
Creo que los nicaragüenses debemos prepararnos para las próximas elecciones, verificarnos, organizarnos y hacer todo lo necesario para estar listos a votar, aun los que piensan que no debemos concurrir a elecciones. Muchas cosas pueden suceder de aquí al 7 de noviembre. No hay nada escrito en piedra y todos los seres humanos podemos encontrar caminos mejores que nos hagan cambiar el rumbo que nos trazamos por otro camino mejor.
Ahora mismo están sucediendo en el mundo cosas que de una u otra forma pueden incidir en Nicaragua. Según analistas de CNN ya hay contactos preliminares para un diálogo entre Estados Unidos (EE. UU.) y Cuba, mientras en Venezuela avanzan las negociaciones políticas para unas próximas elecciones que implican importantes cambios previos. Sobre Nicaragua hay una intensa actividad en favor de resolver nuestros conflictos mediante una solución consensuada, pacífica, democrática y electoral. Podría ser que no se logren unas elecciones que satisfagan a todos… pero quizá sí. ¡Quién sabe! El “juego” no ha terminado. Cuidado nos toman “fuera de base”. ¡Mejor todos debemos verificarnos!
El autor es abogado y comentarista de temas políticos y religiosos.
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