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Alyer López durante uno de sus tres convocatorias con la Azul y Blanco. LA PRESNSA/ CORTESÍA

El portero esteliano que aprendió a atajar con guantes de repostería

La elasticidad mostrada por Alyer López lo perfiló como un portero de gran futuro permitiéndole integrar la selección de futbol y dar el salto a uno de los equipos más importantes del país, el Managua FC 

Alyer López mantiene los pies en la tierra y la cabeza puesta en sus metas. Casi nada lo desenfoca porque desde niño supo el valor del esfuerzo para salir adelante. En La Trinidad, Estelí, nunca tuvo comodidades y se abrió paso en el futbol superando dificultades. “Jugué sin zapatos y usaba guantes de pastelería para ser portero”, confiesa el arquero de 22 años, quien en su debut en la Liga Primera la pasada temporada cumplió uno de sus grandes sueños: ser convocado a la Azul y Blanco y en la campaña 2021-22 fichó por el Managua FC para iniciar la búsqueda de otro anhelo: jugar la Liga Concacaf.

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El portero esteliano viene de una familia humilde. Su papá trabaja como repartidor de productos de una empresa y su familia materna se dedicaba a la panadería. Desde pequeño miró que un tío usaba unos guantes blancos con unos puntitos negros para agarrar los sartenes y se le ocurrió que podían usarlo para jugar futbol. “Los primeros guantes de porteros los usé a los 17 años, cuando llegué al Real Estelí. Yo no sabía que existían, yo pensaba que era mejor jugar a mano pelada”, señala Alyer, quien recordó que los primeros guantes se los regaló Justo Lorente en el Tren del Norte y rememoraron esa etapa cuando coincidieron en una de las tres convocatorias que ha tenido con la Azul y Blanco.

Alyer López llegó al Managua FC esta temporada. LA PRENSA/ CORTESÍA/ MANAGUA FC

Alyer, quien jugó dos torneos en la juvenil especial del Real Estelí, tuvo un complicado camino hasta la cima donde solo su perseverancia lo sacó a flote.  “En el barrio compraba las plantillas de tacos y se las ponía a los zapatos tenis. Así jugaba. Mi primer par de tacos me los regaló mi mamá a los 14 años. Con ellos desgastados hice las pruebas en el Real Estelí y ahí empecé a comprar tacos usados. Cuando estuve en la segunda división con Sébaco (2019-20), Edwin Gómez, un señor de ahí me agarró cariño y me regalaba zapatos y ayudaba con los pasajes”, afirma el portero esteliano, quien hasta la pasada temporada que llegó a la Liga Primera con el Juventus dejó de pasar dificultades.

La elasticidad mostrada por Alyer en su debut en el máximo circuito le permitió ser tomado en cuenta en la selección de futbol donde se perfila como el portero de futuro por sus condiciones y edad. Ese buen desempeño y margen de evolución llamaron la atención del Managua, que lo integró pensando en relevo de garantías a corto plazo.

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