La crisis sociopolítica que arrastra Nicaragua desde el 2018, la falta de oportunidades laborales y la incertidumbre a lo que pueda ocurrir en las elecciones presidenciales de noviembre son factores que han incidido para que Ana Navarro, una joven profesional de 22 años, sienta la necesidad urgente de salir del país para poder tener una mejor vida y así ayudarle a su familia. «Yo no le veo futuro a Nicaragua», refirió con tono resignada la joven nicaragüense.
Los sociólogos Óscar René Vargas y Cirilo Otero, así como la abogada y defensora de derechos humanos Carla Sequeira, plantean que la actual situación del país lleva a los jóvenes a sentir desesperanza, decepción e incluso desesperación por migrar a otra nación donde puedan cumplir sus objetivos educativos y laborales.
«Es fácil pensar que irse del país es la mejor opción, pero no hay recursos, no hay dinero para irte a un país donde sabés que podés tener mejores condiciones. Emigrar es como volver a nacer porque vas sin nada, sin familia. Los jóvenes estamos sufriendo demasiado y sé que muchos ahora hasta padecemos de depresión por la falta de empleo, la economía y ver cómo todo se está poniendo cada vez peor», expuso Ana Navarro, egresada de la carrera de Periodismo.
El caso de la comunicadora de 22 años se suma al sentimiento de cientos de jóvenes que también tienen como prioridad viajar a otro país debido a la falta de empleo y crisis sociopolítica. El último estudio divulgado por la consultora costarricense CID Gallup revela que dos de tres nicaragüenses encuestados quieren migrar debido a la situación económica y situación política. El contexto de asedio, persecución, violencia y criminalización a todo crítico u opositor al régimen Ortega Murillo son razones que agudizan el deseo colectivo de migrar.
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Entre las principales razones que exponen los encuestados, está la falta de empleo (36 %), la corrupción del Gobierno (16 %), la situación política (11 %) y la inseguridad ciudadana (10 %). «La cierta incertidumbre e inseguridad política genera un sentimiento latente del deseo de emigrar si tuviera las capacidades para hacerlo y alrededor de dos terceras partes se irían del país», señaló el estudio que fue realizado a un universo de 1,200 nicaragüenses mayores de 16 años.
«Decepción social»
El sociólogo Cirilo Otero expone que el problema radica en que los jóvenes ya están «decepcionados» por dos efectos ambientales que actualmente vive Nicaragua: uno, la ausencia de trabajo y otro, que este país se muestra como un fantasma, lleno de silencio, lentitud y mutismo en el liderazgo político.
«Quedarse en el país a los jóvenes les parece más de lo mismo: mentiras gubernamentales, sin avances reales en el desarrollo, sin trabajo, sin actividad productiva que genere ingresos de divisas al país. El deseo de no estar en Nicaragua es por la decepción social y la ausencia de esperanza en un cambio de la realidad nacional».
El sociólogo Óscar René Vargas encierra esta desesperanza de la juventud en tres puntos esenciales: falta de empleo, inestabilidad política y represión gubernamental. Él considera que mientras no haya una salida a estos tres problemas sociales, el sentimiento de este sector de la sociedad no va a cambiar.
«Cada año se incorporan más jóvenes al mercado de trabajo, pero la economía no tiene la capacidad de captarlos, por lo tanto entran a formar parte del ejército de desempleados. Asimismo, por los niveles de pobreza que sufren no pueden seguir estudiando y se transforman en jóvenes que no pueden trabajar ni pueden estudiar, conocidos como los ni-ni», explicó el experto.
«Buscar el sueño que el país nos quita»
Una joven profesional de 27 años, quien por seguridad pide se le llame Ana Sofía, relata que desde que sacó su licenciatura mantenía la idea de seguir estudiando una especialidad en Ciencias Sociales, pero debido a la situación económica pausó su sueño y se dedicó a trabajar «para ganar independencia, experiencias y aprendizajes».
«Hoy todo se junta, las ganas de seguir estudiando, el desempleo, la inestabilidad emocional producto de la inseguridad del país por la violencia estatal bajo el régimen dictatorial de Ortega y Murillo, y esto último es lo que más le preocupa a mis padres. Yo sé que mi mamá y mi papá desean que me vaya lo más pronto posible y estarán más tranquilos cuando eso suceda», relató la joven profesional.
Viendo la realidad del país, Ana Sofía afirma que se iría a cualquier país del mundo, siempre y cuando le brinde esa posibilidad de tener mejor calidad educativa. «Quiero estudiar, es lo que quiero hacer, tengo todas las energías del mundo para hacerlo».
«Nadie se va de un lugar si se encuentra feliz, pleno y con goce y disfrute de todos sus derechos. Por lo tanto, creo que migrar ha sido desde siempre una opción más de sobrevivencia, una opción más de buscar los sueños que el país nos quita», agregó.
La sexta encuesta realizada —entre el 1 y 16 de abril de 2021— por el Pulso de Opinión Pública de Nicaragua revela que un 34.40 por ciento de los encuestados considera viable salir de Nicaragua. En julio de 2020 el porcentaje era similar, con un 36 por ciento, mientras en diciembre de 2019 solo 19 de cada 100 personas veían en la migración la solución a sus problemas. Este último dato refleja cómo la intención de emigrar ha venido aumentando durante los últimos años.
La consulta incluye a un universo de 743 personas de ambos sexos, mayores de 16 años, de todo el país, elegidas de forma aleatoria y encuestadas por vía telefónica «usando como mínimo una lista de 6,526 números». El estudio tiene un nivel de confianza del 95 por ciento y un margen de error del 4.02 por ciento.
Si bien este es un sondeo de opinión pública que solo refleja la situación de un segmento reducido de la población, lo cierto es que es un indicador de cuál es el comportamiento de la ciudadanía en la actualidad, tomando en cuenta el contexto que vive el país y las perspectivas de la juventud.
El relato de estas dos jóvenes no son los únicos. Basta con revisar las redes sociales para encontrarse con publicaciones de jóvenes que exponen el mismo sentir: el deseo de salir de Nicaragua pronto.
«Dada las cinco crisis vigentes en el país (económica, social, política, sanitaria e internacional) los jóvenes no ven ninguna mejoría en el corto plazo, ya que la permanencia de la dictadura en el poder no abre la perspectiva de ninguna mejoría y tomando conciencia que la dictadura para permanecer en el poder emplea el método de la represión, ellos temen ser afectados personalmente», refiere el sociólogo Vargas.
Más de 25 solicitudes de asilo
La abogada Carla Sequeira, de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), detalla que este organismo en este contexto actual ha recibido más de 25 denuncias de jóvenes que expresan no poder continuar sus estudios en Nicaragua y ven como opción salir del país y continuar sus sueños en el exterior.
«La mayoría de denuncias que hemos recibido es precisamente de la intención que tiene la población de emigrar por la persecución, el miedo y asedio por parte del Gobierno; afirman que ya no aguantan y la intención es salir del país. Actualmente estamos gestionando resoluciones para estas personas y con esta resolución las personas tratan de salir del país y entregarse a Migración y gestionar su asilo político», explicó Sequeira.
¿Qué implica emigrar?
En meses anteriores LA PRENSA consultó a dos organizaciones en temas migratorios, el Servicio Jesuita a Migrantes Nicaragua (SJM) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), para explicar qué debe tener en cuenta la persona al momento de decidir salir del país.
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Maritza Vanegas Pavón, responsable de comunicación del SJM Nicaragua, explicó que la persona primero debe informarse sobre el tema migratorio, ya sea con organismos u otra vía, y definir el motivo de su salida, si será por trabajo (indagar las oportunidades en el país destino) o por exilio (abocarse con instituciones que la orienten en el proceso).
En este sentido, la OIM aconsejó que lo primero es reflexionar las razones por las que te querés ir ya, expuso que es importante tomar un tiempo para revisar los pros y contras de tu decisión. El organismo agregó que si la decisión es debido a un problema, se debe de analizar si este se resolverá saliendo del país o se puede encontrar soluciones en Nicaragua. La migración, advierten, es un proceso complejo, largo y doloroso aun cuando a mediano o corto plazo represente una esperanza o mejora para los individuos, sin tomar en cuenta que la migración irregular representa además otros desafíos para los migrantes.