El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi, vio con preocupación que a tres años de que los nicaragüenses empezaron a huir de su país —en el 2018— debido a la represión desatada por el régimen de Daniel Ortega, hoy se encuentran «olvidados por el mundo» y reconoció que si bien la situación de los refugiados nicas no está al nivel de Venezuela, esta también se trata de una crisis humanitaria que se debe de atender.
Costa Rica históricamente ha sido el principal destino migratorio para los nicaragüenses; sin embargo, fue a raíz de la brutal represión ejecutada por la dictadura de Ortega en el 2018 que hubo un mayor desplazamiento de compatriotas. Según datos de Acnur, hay alrededor de 85,000 refugiados y solicitantes de asilo nicaragüenses en el vecino país del sur.
«Han pasado tres años desde que se desató una compleja crisis sociopolítica a raíz de protestas masivas en Nicaragua; en ese periodo, 85,000 personas han buscado protección en Costa Rica. En el pico de la pandemia (de abril a noviembre de 2020), el registro de solicitudes de asilo casi se detuvo por completo; de hecho, cayó un promedio de 22% por mes. Además, las citas para presentar solicitudes de asilo se reagendaron para 2021, lo cual ocasionó graves retrasos», dice Acnur.
Desde un pequeño pueblo en el norte de Costa Rica, muy cerca con la frontera con Nicaragua —área donde los migrantes ingresan huyendo de Nicaragua—, el alto comisionado Filippo Grandi recordó a través de un video publicado en las redes sociales de Acnur, que así como Costa Rica ha sido un «anfitrión generoso», también requiere de ayuda para brindar una mejor atención a los refugiados que se encuentran en ese país.
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«Esta no es una crisis de alto perfil como la de los refugiados venezolanos, como la situación en el norte de Centroamérica, esta es una crisis que a veces ha sido olvidada por el mundo, sin embargo, es una gran crisis, mucha gente está sufriendo. Costa Rica es un anfitrión generoso, pero necesita ayuda y quiero aprovechar esta oportunidad desde este pueblo cercano a la frontera para hacer un llamado al mundo a ayudar a Costa Rica y ayudar a los nicaragüenses», dijo Grandi.
Crisis alimentaria
El organismo de Naciones Unidas sostiene que debido a la pandemia del Covid-19 muchos nicaragüenses refugiados y solicitantes de asilo se han enfrentado a enormes desafíos como la seguridad alimentaria, por lo que muchos de ellos solo tienen acceso a un plato de comida al día «o no comen del todo».
Por otro lado, dice Acnur, el drama de los compatriotas se ha agravado con el índice de desempleo, que también ha aumentado como consecuencia de la pandemia, «lo cual ha obligado a que muchas de estas personas soliciten préstamos o trabajen en la informalidad a cambio de alimentos», detalló el organismo.
Entre las programas que ha venido desarrollando Acnur, está la asistencia financiera para quienes se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad, dice el organismo. Los servicios sanitarios de Costa Rica también han ampliado la cobertura de los seguros para incluir a 10,000 personas refugiadas y solicitantes de asilo que necesitan atención médica urgente.
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«Sin embargo, empiezan a escasear los fondos. De los 32 millones de dólares que requieren las operaciones de Acnur en Costa Rica, apenas se ha recibido el once por ciento; con este porcentaje se deben cubrir las necesidades más básicas de los grupos refugiados y apoyar a las autoridades a acelerar el trámite de solicitudes de asilo. Costa Rica y Acnur no pueden superar estos retos sin ayuda. Solicitamos que la comunidad internacional nos apoye para que podamos ayudar a las poblaciones refugiadas» señaló.
El organismo internacional detalló que desde diciembre de 2020 —cuando la Unidad de Refugiados de Migración reanudó sus operaciones— ha recibido un promedio de 1,237 solicitudes de refugio por día.