Cuando la juez Rosa Velia Baca Cardoza, titular del Juzgado Primero Distrito Penal de Juicio de Chinandega, golpeó el mallete (mazo utilizado por los jueces) al finalizar la lectura de sentencia contra dos asesinos, se hizo historia. Baca condenó a los dos sujetos a cadena perpetua, la primer sentencia de este tipo desde que entró en vigencia la Ley 1058, el pasado 19 de enero.
Los primeros condenados a cadena perpetua son Bernardo Arístides Pastrana Ochoa y Jorge Luis Mondragón Acosta, quienes en un juicio celebrado el pasado 18 de mayo, decidieron admitir hechos por el asesinato de Kendra Contreras, conocida como Lala, una joven trans a la que mataron de manera cruel.
La histórica sentencia fue leída la tarde del viernes en los juzgados de Chinandega. En el debate de pena la Fiscalía había solicitado la prisión de por vida. Esta era la segunda solicitud de este tipo, ya que la primera vez fue el pasado 13 de mayo en Managua contra el femicida José Antonio Castro Muñoz, de 23 años, quien se declaró culpable por el crimen de la joven de 19 años, Ingrid de los Ángeles Baltodano Pérez, hecho ocurrido el pasado 28 de febrero en San Rafael del Sur. La lectura de sentencia por ese caso será el próximo 3 de junio.

Revisarán condena hasta que cumplan 30 años de cárcel
Bernardo Arístides Pastrana Ochoa, de 29 años, alias el Piche y Jorge Luis Mondragón Acosta, de 25 años, conocido como el Tres Patas, fueron condenados a prisión perpetua revisable, esto significa que la sentencia solo puede ser revisada por la Corte Suprema de Justicia (CSJ), una vez que los reos hayan cumplido 30 años de prisión.
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Los dos sujetos eran acusados del asesinato agravado de la joven trans Lala, ocurrido en Somotillo. El asesinato agravado junto al femicidio y parricidio son considerados crímenes de odio, según la ley que establece la cadena perpetua como nueva condena máxima en Nicaragua.
El asesinato de Lala ocurrió el pasado 3 de marzo por la madrugada. La joven fue amarrada a un caballo por más de 400 metros y para rematarla sus asesinos la atacaron a pedradas hasta morir en un camino rural de la comarca La Ceiba, en Somotillo, departamento de Chinandega.
El brutal crimen
Según la acusación de la Fiscalía, los dos sujetos discutieron con Kendra, con quien ingerían licor y luego Jorge
Luis Mondragón Acosta, utilizando un mecate que andaba amarrado a la albarda de su caballo “lazó del cuello a la víctima Josué Manuel Contreras (Lala), luego el mismo acusado se subió al caballo e hizo galopar a la bestia, arrastrando a la víctima a una distancia aproximadamente de cien metros con dirección al sur”.
Detrás del caballo corría Bernardo Arístides Pastrana Ochoa, “quien no hizo nada para evitarlo”, detalló la Fiscalía. Aprovechando que Lala estaba golpeada y amarrada del cuello, Mondragón Acosta agarró piedras y las dejó caer sobre el rostro y la cabeza de la víctima, también le dio patadas en la cabeza.
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A los sujetos no les bastó, y Bernardo Pastrana le quitó el mecate del cuello y se lo amarró al pie derecho, para luego montarse al caballo y arrastrar a la joven por 300 metros más. El sujeto solo se detuvo porque se reventó la correa de la albarda a la que iba amarrada el mecate con el que arrastraban a Lala.

Los asesinos ocultaron el cuerpo en la maleza, y nuevamente le dejaron caer más piedras sobre la cabeza. Estas piedras fueron recolectadas por la Policía como pruebas para incriminar a los delincuentes.
“Agresión violenta, cruel e inhumana”
Para dictar su sentencia, la judicial Rosa Baca determinó que los asesinos se ensañaron con Lala, al “aumentar deliberada e inhumanamente el sufrimiento de la víctima y causar a ésta padecimientos innecesarios para la ejecución del delito, como lo fue amarrarle del cuello y de los pies, para en dos ocasiones distintas arrastrarlo en un
caballo por un camino, hasta que se reventó la correa utilizada para ese macabro propósito y también el hecho de haberle dejado caer piedras en la cabeza cuando se encontraba gravemente herido y de último darle puntapiés en la cabeza”.
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La judicial también determinó que los asesinos actuaron con alevosía porque la víctima estaba indefensa. Además calificó la agresión como “violenta, cruel e inhumana”.

Por primera vez, cuando se dicta una sentencia, una juez no dio fecha estimada de cumplimiento de condena, ya que los sujetos pasarán toda la vida en el penitenciario de Chinandega. Únicamente podrán recibir libertad condicional cuando cumplan 30 años de prisión y si tienen buen comportamiento.
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La juez Rosa Baca también dictó que los reos reciban atención psicológica.
