Hasta el 12 de enero de 2051 saldrá tentativamente de prisión el sujeto Bryan Jordan Flores Chávez, de 21 años, por el asesinato de la joven de 21 años Katring Ninell López Martínez, crimen ocurrido en Jalapa.
Flores fue condenado por la juez Nancy Rossman, de Ocotal, a 30 años de prisión por los delitos de tentativa de violación y asesinato agravado.
Katring Ninell desapareció el día de su cumpleaños 21 y apareció muerta en el sumidero de la casa de Flores una semana después. La acusación de la Fiscalía estableció que Bryan Jordan intentó violarla y la joven al resistirse, fue tirada al piso y se golpeó la cabeza, quedando inconsciente.
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Flores amarró al cuerpo de Katring y lo lanzó a un sumidero. La joven todavía estaba viva. Para ocultar el cadáver, el sujeto tiró unas pesas de concreto y unas piezas de vehículo. El cadáver de la joven fue hallado hasta el sábado 16 de enero por la Policía.
Por este mismo crimen había sido acusado el joven Jairo Iván Pérez Castillo, quien fue declarado no culpable del asesinato de Katring, ya que no hubo pruebas que lo incriminaran en el hecho.
Oficial contó en juicio el hallazgo
En el juicio celebrado en Ocotal, cabecera departamental de Nueva Segovia, declaró el oficial operativo de la Policía, César Rivera, quien fue el que descubrió el cadáver de la joven.
El policía contó a la juez que cuando realizaron la inspección de la vivienda de Bryan Flores, estaba solo su papá, Manuel Flores. “En el patio de la vivienda, me llamó la atención que sobre un sumidero, sobre la tapadera de cemento, estaba un vehículo, no recuerdo el color. Dijo don Manuel que estaba en mal estado”, declaró Rivera.
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El oficial le dijo a un teniente que revisaran debajo del carro, porque vieron una pequeña tapadera. Cuando abrieron el sumidero, Rivera fue quien se asomó a ver en el interior y dijo: “Uy, qué barbaridad, ahí está el cuerpo de la mujer”. El oficial también declaró que “estaba con la vestimenta, el mono color rosado con el que se había reportado desaparecida. Manuel (Flores) se echó a llorar, se tiró al suelo, él dijo que lo que había hecho su hijo Bryan no tenía nombre, como puso en peligro a las personas que vivían en esa casa”.
Rivera manifestó que el olor a creolina en la casa era evidente.
Madre declaró
En el juicio también declaró la mamá de Katring, doña Eneyra Martínez, quien dijo ante la juez que su hija cumplió los 21 años el 9 de enero. Ese fue el último día que habló con ella, luego que le enviaran una serenata a la casa de su abuela, en el sector 9 de Jalapa. “Andaba toda feliz sonriente, me envió fotos”, agregó Martínez.
La joven estaba viviendo con su padre en el departamento de Rivas, pero había querido pasar las vacaciones en Jalapa y celebrar su cumpleaños ahí. Katring estaba haciendo trámites para ingresar a la academia de Policía.
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Doña Eneyra estuvo presente el día que recuperaron el cadáver de Katring, ella reconoció el cuerpo y la ropa que vestía. “Por la ropa que andaba, por las sandalitas y el tatuaje que se hizo el día antes”, añadió. La madre contó que su hija le mandó fotos del tatuaje, era la primera letra de su nombre: una K.
“Es un dolor. Es una marca. Nadie me la devolverá (a mi hija). Pero se tiene que hacer justicia”, dijo Martínez en la última palabra ante la judicial sobre la pérdida de su única hija.
Aunque la familia de la joven pedía la cadena perpetua para Bryan Flores, la ley que la establece no estaba en vigencia cuando ocurrió el crimen. Pero la juez Rossman le impuso la pena máxima vigente hasta ese momento: 30 años de prisión.