La noticia de que las primeras vacunas contra la Covid-19 llegarán a Nicaragua en “las próximas semanas” ha sido recibida con optimismo por el gremio médico y nicaragüenses porque da certeza que el país comenzará a inmunizar contra el coronavirus en el primer semestre del año, sin embargo, esta información deja más preguntas que respuestas sobre cómo será este proceso.
Este 1 de febrero se conoció que la Oficina de Instalación del Mecanismo Covax, creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Organización Panamericana de la Salud (OPS) para asegurar el acceso equitativo de las vacunas, confirmó la entrega de 504 mil dosis de vacunas AstraZeneca al país, como parte del paquete donado que tiene propósito inmunizar al 20 por ciento de la población nicaragüense. Según la vicepresidenta designada, Rosario Murillo, ese porcentaje equivale a un total de 2,697,056 dosis de la vacuna.
Para los doctores Carlos Hernández, miembro del Comité Científico Multidisciplinario (CCM) y Luis Santiago del Palacios, de la Unidad Médica Nicaragüense (UMN), esta es una buena noticia para el país puesto que la cantidad inicial de personas que se inmunizará es aceptable, pero se ha visto empañado por el secretismo del gobierno de Nicaragua, generando especulación y desconfianza entre la gente, cuando debería estar informando y promoviendo la vacunación a nivel nacional.
“Esas cosas alegran, claro que alegran, pero a partir de ahí tenemos más preguntas que respuestas (…) No es solo una tabla y un plan incompleto de compras, necesitamos una estrategia de vacunación porque no se le puede llegar de la misma manera a toda la población prioritaria”, expresó el doctor Hernández, especialista en Salud Pública.
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¿Cuál es la cantidad exacta de personas que se vacunarán de primero?, ¿Quiénes serán los primeros grupos?, ¿Hay efectos secundarios de la vacuna AstraZeneca? o ¿Cuáles serán los puestos de vacunación? son parte de las interrogantes que se hace el gremio médico y que hasta la fecha el régimen de Daniel Ortega no revela.
Consideraciones clínicas
El doctor Hernández explicó que partiendo de la cifra de 2,697,056 dosis que donarán al país y tomando en cuenta que son necesarias dos dosis para inmunizar a una persona, los vacunados serán en un inicio: 1,348,528. Sin embargo, la primera interrogante del especialista es si esas 504 mil dosis serán para 504 mil personas o 252 mil personas, la mitad de la cifra total de vacunas pero que aseguraría la aplicación de ambas dosis para esa cantidad de gente.
“Son unos 28 días de diferencia de aplicación (para la segunda dosis) o más de un mes, pero hay un límite de la reacción inmunológica en el cuerpo de la gente que recibe la primera dosis… Entonces si no hay garantías que la segunda entrega viene a tal fecha es cuando se empieza a tomar decisiones: ¿la guardamos para aplicarlas (todas) dentro de un mes (en espera del segundo paquete) o esas 504 mil dosis sirven para 252 mil personas? Pero si yo tengo la seguridad que la segunda entrega me viene en un mes – después de la primera – entonces yo perfectamente puedo vacunar con la primera dosis a 504 mil personas”, explicó el doctor Hernández.
Secretismo entorpece proceso de vacunación
Para el doctor del Palacios las inquietudes que tienen los propios médicos y la población en general se quedarán con ellos porque la “tónica” de los Ortega-Murillo es el secretismo, pero enfatizó que esto solo entorpece la ejecución del plan de vacunación debido a la falta de información.
“Uno en una situación así se encuentra tan confundido que primero se tendría que aclarar a las personas las posibilidades de otras vacunas (…) Hay una serie de dudas que por mucho que aclaráramos no vamos a terminar de evacuarlas todas pero sí llegaríamos a un nivel aceptable donde la gente esté dispuesta a recibir la vacunación”, declaró el doctor.
El miembro de la UMN hizo un llamado al gobierno de unificar esfuerzos para este proceso con las diferentes partes gremiales y a brindar una información clara sobre el tema para promover la vacunación. “Nosotros estamos dispuestos a promover y apoyar estos planes que benefician a la población, pedimos que haya una información clara a sabiendas que no va a resultar, pero eso no quiere decir que dejemos de insistir en esto”, dijo el doctor del Palacios.
En este sentido, el doctor Hernández destacó que si la información es transparente generaría más confianza, sin embargo, muchos desconfían por el mismo secretismo. “Toca hacer una campaña y ser transparente para ganar la confianza de la población, es decir, ganarse la confianza para que la gente busque la vacuna porque a nadie lo pueden obligar, tiene que ser voluntaria. La gente debe saber que es para bien suyo y de la sociedad. La campaña debe estar funcionando ya, explicando qué es la vacuna AstraZeneca y qué efectos secundarios tiene”, cuestionó el especialista.
El salubrista señaló que si bien el sistema de salud tiene experiencia en proceso de vacunación eso no lo es todo, porque se necesita de personal que esté informado y capacitado para dar una buena atención a la gente que presente los efectos secundarios.
Asimismo destacó que la primera fase de la vacunación es un indicador de la mortalidad por Covid, y la segunda, que se desconoce cuándo será, tiene como objetivo reducir el contagio y casos graves.
Cifras de dosis es un “buen arranque”
A criterio del doctor del Palacios, la cantidad donada por la OMS/OPS es “buen arranque” para el proceso de vacunación, porque se alcanzaría parte de los grupos prioritarios que han recomendado los organismos internacionales, como son los trabajadores de la salud, que están en la primera línea combativa de la pandemia, y las personas mayores de edad y con enfermedades crónicas.
Hasta el 2020, el Ministerio de Salud (Minsa) contaba con 36,649 trabajadores de la salud, de los cuales solo 6,045 eran médicos, mientras que el Mapa de salud señala que en el país había 622,162 personas con enfermedades crónicas.
Al respecto, el doctor manifestó que si bien el gobierno de Nicaragua no ha presentado públicamente el plan de vacunación, consideró que sí cuenta con uno porque este proceso requiere de “segmentar” de esos grupos vulnerables a los grupos prioritarios, es decir, aparte del personal de salud, quiénes serán los primeros en la lista.
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El 19 de enero la OPS confirmó escuetamente que Nicaragua es uno de los países que presentó su plan de vacunación, pero hasta ahora este no ha sido publicado a la población. Para esa misma fecha, la ministra de salud, Martha Reyes, refirió que los grupos prioritarios para el inicio de la vacunación serán los adultos con comorbilidades, y señaló que «ya tienen un censo específico» de los pacientes crónicos, apoyados en el Mapa de salud.
«Eso va definiendo el nivel de vulnerabilidad y riesgo que tiene esa persona y decidir si entre un adulto mayor sano o un adulto mayor que es hipertenso, u otro adulto mayor que es hipertenso, diabético y cardiópatas, entonces vos decís, si solo tengo una vacuna, ¿a quién voy a cubrir? Al que tiene mayor riesgo de complicaciones ante las enfermedades respiratorias, pero en especial a la situación del Covid», declaró la titular del Minsa al canal parlamentario. Esta es una de las pocas veces que la ministra se refiere al proceso de vacunación.
El régimen de Daniel Ortega está dispuesto a adquirir al menos tres tipos de vacunas contra el Covid-19, con las que buscaría inmunizar al 55 por ciento de la población nicaragüense, equivalente a 3.7 millones de personas, a través de la vacuna Sputnik V, vacuna Moderna y la vacuna Oxford Astrazeneca.