Los números que el Banco Central de Nicaragua continúa divulgando, con retrasos, siguen revelando que el Gobierno de Daniel Ortega tenía poco margen de maniobra antes de conseguir millonarios préstamos a finales del 2020. Ahora es el turno de la recaudación fiscal, que muestra que hasta noviembre del año pasado, Hacienda había ingresado apenas 645.3 millones de córdobas más comparado con igual periodo del año anterior, lo que hace temer que el rendimiento de la reforma a la Ley Concertación Tributaria ha llegado a su fin.
Los 645.3 millones de córdobas resultaban insuficientes para hacer frente a la necesidad de recursos para cubrir la crisis sanitaria y, peor aún, para responder a los daños económicos y de infraestructura ocasionados por los huracanes Iota y Eta, lo que forzó al Gobierno a tocar las puertas de los organismos multilaterales y a aceptar múltiples condiciones de transparencia y fiscalización para recibir dinero.
Eso sí, la cifra sobre la evolución de los impuestos muestra que lo recaudado hasta noviembre 2020, al menos en términos nominales, es 14.38 por ciento más alta que comparado con igual periodo del 2018, es decir antes de la reforma a la Ley de Concertación Tributaria.
Entre enero y noviembre del año pasado el ejecutivo logró una recaudación de 67,614.5 millones de córdobas, lo que significó un crecimiento de 14.38 por ciento comparado con igual lapso del 2018, antes que se implementara la reforma fiscal y 0.96 por ciento con respecto al 2019. Este bajísimo aumento el año pasado explicaría el agotamiento del rendimiento de la reforma tributaria 2019, impuesta en medio de una recesión económica. (Vea infografía)
En promedio cada mes el año pasado el ejecutivo logró una recaudación de 6,146.7 millones de córdobas, escasamente superior al promedio del 2019 que anduvo en 6,088 millones y que en el 2018 que fue de 5,373.7 millones de córdobas.
El economista Néstor Avendaño señala que la reforma fiscal que se aplicó en febrero del 2019, quedó estancada y no fue producto de la pandemia.
“Se puede concluir que la reforma tributaria ya está agotada, porque a noviembre el acumulado anual de la recaudación de impuestos sin inflación ya había caído 1.5 por ciento. Ahora, si el año pasado no hubiésemos tenido la pandemia, posiblemente la recaudación hubiera sido mucho menor producto de una mayor inflación”, explicó el economista.
Efectivamente el comportamiento de la recaudación tributaria hasta noviembre, que en términos nominales crece 0.96 por ciento, se vuelve negativo cuando al indicador se le extrae el impacto inflacionario, lo que confirma que en la reforma a la Ley Concertación Tributaria ya no hay tela qué cortar, para aportar más al erario, es decir a las finanzas del Gobierno.
La recaudación del IR
Pero más allá del rendimiento de la reforma tributaria 2019, ¿cómo se comportaron los impuestos en el 2020? ¿cuáles son los que siguen creciendo en términos nominales (sin extraer el impacto inflacionario)? ¿cuáles están cediendo en su tasa, aunque se mantienen como los que más aportan al erario?
El Impuesto sobre la Renta (IR) sigue teniendo el mayor peso en su participación de los ingresos fiscales totales, aunque la recaudación se contrajo fuertemente, hasta noviembre del 2020 se captó 29,789 millones de córdobas, mientras que en igual lapso en el 2019 se logró 30,629 millones, lo que implica una reducción de 2.74 por ciento.
En términos absolutos, solo en IR el Gobierno dejó de percibir hasta noviembre 840 millones de córdobas, pero el colchón recaudatorio de enero a marzo le ayudó a amortiguar el golpe que generó el Covid-19, entre abril y julio.
El economista Avendaño sostiene que la caída del IR se relacionan con dos cosas: merma en utilidades brutas y salarios brutos, por lo que hay más desempleo y la rentabilidad de las empresas ha caído, por ende, la recaudación de impuestos directos también retrocedió.
Lea también: Las diez formas que Ortega encontró para aumentar sus ingresos y que golpean por parejo a empresas y ciudadanos
“El Impuesto sobre la Renta de trabajo, de las actividades económicas, las utilidades y las ganancias de capital cayeron 5.48 por ciento, es una caída bien fuerte, un reflejo de la caída de la producción de bienes y servicios y por supuesto del desempleo”, señaló Avendaño.
Según datos oficiales, hasta noviembre del año pasado el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) tenía 714,540 cotizantes, 12,485 plazas menos con respecto a diciembre del 2019 y casi 200,000 con respecto a diciembre del 2017.
¿Distorsión en el IVA importado?
En tanto, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) creció 4.3 por ciento con respecto a igual tiempo del 2019, lo que significó un ingreso adicional por 943.5 millones de córdobas.
En total el IVA aportó hasta noviembre del año pasado 22,717 millones de córdobas, frente a los 21,773.8 millones captados en el 2019. El mayor crecimiento de este impuesto se registró en el pagado a nivel importado, el cual creció un 14.79 por ciento, mientras que el IVA de ventas internas se contrajo 12.06 por ciento. Este último está muy relacionado a la caída del consumo interno.
Puede interesarle:¿Por qué la propuesta del Cosep de elevar el techo exento del IR salarial no es descabellada, pero sí tardía? Esta es la probabilidad de que ocurra
La depresión en el consumo interno se logra reflejar en el Índice de la Actividad Económica (IMAE) de noviembre el cual señala que la actividades en hoteles y restaurantes cayó 32.4 por ciento.
Pero Carmen Hilleprandt, presidenta de la Cámara de Comercio y Servicios (CCSN), da otra lectura al comportamiento del IVA importado. Para ella, ese aumento podría darse porque en los últimos meses se han incrementado las quejas por dudas de valor, lo que podría estar incidiendo en ese repunte del IVA importado.
“Nuestros socios nos han externado que han tenido muchos problemas en Aduana con las dudas de valor, hay muchos casos que están llegando al Tribunal Aduanero y Tributario Administrativo (TATA), esos casos han aumento mucho, al final está gente termina pagando más, creo que a eso se debe el aumento del IVA importado”, dijo.
Hilleprandt manifestó que con respecto al consumo interno refleja que la actividad comercial sigue deprimida y por otra parte hay mayor informalidad en la calle, lo que estaría ocasionando esa caída bastante pronunciada.
El aporte del ISC
También el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) mostró un ligero crecimiento, estimulado por la contribución obtenida vía compra de agua gaseosa, cervezas, aguardiente y rones, según reflejan las cifras oficiales. En total el ISC contribuyó con 12,531 millones de córdobas, superior a los 12,159.2 millones de córdobas captados entre enero y noviembre del 2019.
Entre los aportes dentro del ISC se destacó el aguardientes y rones que aportó 621.9 millones de córdobas, lo que significó un crecimiento de 21.72 por ciento. Es decir que hasta noviembre del año pasado este producto dejó al erario 111 millones de córdobas más que en igual lapso del 2019.
En tanto, el ISC a productos importados creció 7.15 por ciento, lo que implicó 301 millones de córdobas más que hasta noviembre del 2019. En total este impuesto aportó 4,512.2 millones de córdobas.
El impuesto de cervezas creció 2.2 por ciento en su contribución, es decir 38.2 millones de córdobas que en igual lapso en el 2019. En total se obtuvieron 1,728.1 millones de córdobas por la compra de este producto. Mientras que el aporte que se obtiene de la venta de derivados del petróleo decreció 3.6 por ciento, para una contribución de 4,965.4 millones de córdobas hasta noviembre 2020 frente a los 5,153 millones en igual periodo del 2019.