Por la forma trágica en que al menos nueve personas murieron en el deslave de San Martín de Peñas Blancas, en Matagalpa, los sobrevivientes y familias dolientes podrían vivir un duelo traumático y al mismo tiempo enfrentar estrés agudo, el cual afecta el sueño, provoca trastorno alimenticio y constantemente los lleva a avivar el recuerdo de lo ocurrido, explicó Roberto Ordoñez, psicólogo clínico con formación en trauma y delegado de la Sociedad Interamericana de Psicología para Nicaragua.
Ordoñez reveló que tomando en cuenta la magnitud del hecho – que una semana después siguen dos personas desaparecidas – los familiares pueden pasar al estrés postraumático. Entrarían a este estado luego de tres meses, es decir para febrero 2021 y por eso desde ya se debe contar con un plan de atención, cuyo protocolo inicia con garantizar la seguridad física de cada sobreviviente: se evacua de la zona del deslave, se brinda alimentación, techo y atención psicológica. “Hay que revisar si estas personas no tienen sentimiento de culpa, si no tienen deseos suicidas porque después de perder un ser amado pueden tener deseo de irse con él, por sentir culpa o por la misma depresión”, añadió.
Al haberse tratado de un evento crítico, la psicóloga Ana Carolina Picado, referente nacional de apoyo psicosocial de Cruz Roja Nicaragüense, catalogó de importante contar con las redes de apoyo comunitario, siendo estos familiares, amigos y vecinos; pero también contar con el acompañamiento de profesionales en salud mental. Este debe propiciar espacios para que las personas se desahoguen a través del llanto, que hablen, que vivan sus procesos de duelo y por ningún motivo reprimirlos porque es una forma de drenar el dolor, ni hacerles creer que ellos tienen culpa.
“Por lo general en estos eventos siempre encontramos todo a nivel espontáneo, donde los vecino llegan y ayudan, están con ellos. Con el tema cultural tenemos algo positivo: siempre con el tema del fallecimiento estamos cerca de los familiares, de los sobrevivientes activos. Pero es importante que a las personas de la comunidad se les capacite cómo ayudar, saber cómo tienen que responder”, destacó Picado.
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El deslave que trajo llanto a varias familias ocurrió el martes 17 de noviembre producto de una torrencial lluvia provocada por el huracán Iota. La saturación del suelo provocó una marea de lodo que desapareció las casas que estaban ladera abajo. Tragó todo lo encontrado a su paso. Lo que era tierra fértil para el siembro de café se convirtió en un lugar de horror.
Importante vivir los procesos del duelo
De los nueve cuerpos encontrados hasta ahora, se conoció que al menos tres fueron velados y al siguiente día enterrados. En Samulalí, la familia Navarrete Hernández veló a sus muertos. Para Ordoñez es importante vivir los duelos, con las ceremonias acostumbradas como la vela y entierro. “Tienen que vivirlo, es importante y por eso es el acompañamiento psicológico para ayudarle a los familiares a expresarse conforme pasa el tiempo. Estas atenciones psicológicas tienen que llevarla una sola persona para que lleve la sistematización, se entabla lo que llamamos alianza terapéutica, empatía. Es importante que la persona sea especialista en trauma para que ayude a la familia”, agregó Ordoñez.
Kit personal de primeros auxilios psicológicos
Tras el paso del huracán Eta por Nicaragua, cuya mayor afectación se concentró en el Caribe Norte nicaragüense y antecedió a Iota, la Colectiva de psicólogas Sanar publicó el llamado kit personal de primeros auxilios psicológicos donde enumera seis puntos para controlar el alto estrés psicológico: buscar un lugar que brinde seguridad a la persona y luego realizar un recorrido mental del cuerpo y emociones, atender necesidades como tomar agua, comer y descansar; de experimentar pensamientos que no ayudan, concentrarse en las sensaciones del cuerpo y hacer ejercicios de respiración; desarrollar ejercicios de relajación muscular progresiva; de necesitar apoyo, buscar personas de confianza y compartirle lo que está sintiendo; y si se siente preparada, brindar apoyo a otras personas y escuchar de forma asertiva.