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corrupción, Coalición Nacional, PLC, María Fernanda Flores, Código de Ética

Sectores opositores condenan y repudian iniciativa de ley régimen. LA PRENSA/ Roberto Fonseca

Unidad Nacional Azul y Blanco quiere que Coalición Nacional sea nueva versión de la UNO de 1990

El opositor Félix Maradiaga aclaró que la Unidad Nacional Azul y Blanco no apuesta a convertirse en partido político, sino a tener una casilla para la unidad.

Félix Maradiaga, miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), explicó que la demanda de la creación de una “nueva e independiente casilla para la Coalición Nacional”, es una propuesta planteada desde que comenzó en 2019 el proceso de reforma electoral consensuada y también tiene que ver con el tema de las alianza electorales.

Ambos temas son parte de los siete asuntos que quedaron pendientes en el artículo transitorio establecido en el documento estatutario de la Coalición Nacional (CN), para abordarlos después de la polémica firma el pasado 25 de junio.

Maradiaga confirmó que se quiere copiar el método usado en las elecciones de los años noventa, cuando 14 partidos opositores participaron unidos bajo la denominación de la alianza Unión Nacional Opositora (UNO), en la casilla 1 como resultado de un sorteo. Es decir, no fue un partido el que tenía que encabezar la alianza, sino la alianza misma.

“Efectivamente ya esto existía, como fue el caso de la UNO donde varios partidos políticos e incluso movimientos sociales que eran parte de la UNO, no tenían que ir exclusivamente en una casilla, sino que podían inscribir una alianza con identidad propia bajo acuerdos internos”, explicó Maradiaga.

Legado del bipartidismo

Sin embargo, el sistema bipartidista instaurado por el pacto Alemán-Ortega en el 2000 dejó establecido que los partidos políticos tienen el control absoluto de cualquier esquema de alianza electoral, lo que quedó establecido en el artículo 80 de la Ley Electoral, Ley 331.

“Los partidos políticos con personalidad jurídica podrán constituirse en alianzas de partidos políticos y participarán en las elecciones correspondientes bajo el nombre, bandera y emblema del partido político integrante de la alianza que ellos mismos decidan y de esta forma el partido escogido será quien encabece dicha alianza”, establece el artículo 80 de la Ley Electoral.

Lea También: UNAB pide una «casilla nueva e independiente» para la Coalición Nacional

Este establecimiento implica que la alianza electoral solo puede ser entre partidos políticos con personería jurídica y debe elegirse entre uno de esos partidos para encabezar la alianza. El partido que encabece la alianza electoral tiene que inscribirla legalmente bajo su nombre, bandera y emblema partidario.

Félix Maradiaga, miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco. LA PRENSA/ARCHIVO

La opción propuesta por la UNAB es reformar el artículo 77 de la Ley 331, sobre “Los partidos políticos y las alianza electorales”, para flexibilizar los requisitos para crear un partido político; y también el artículo 80 “con el fin de que las organizaciones que integran una eventual alianza electoral puedan tener más flexibilidad y puedan decidir internamente de acuerdo a sus propios acuerdos políticos, aspectos como la representación legal, el emblema y también una casilla propia”.

“Efectivamente ya esto existía, como fue el caso de la UNO donde varios partidos políticos e incluso movimientos sociales que eran parte de la UNO, no tenían que ir exclusivamente en una casilla,. sino que podían inscribir una alianza con identidad propia bajo acuerdos internos”, explicó Maradiaga.

No buscan en convertirse en un partido político

El político opositor quiso aclarar que la UNAB no apuesta a convertirse en partido político, sino que la “gran oposición unificada tenga una casilla propia”.

“Cuando hablamos de casilla propia no estamos hablando de la creación de un partido político propio, sino que estamos hablando específicamente de la reforma del artículo 80, no obstante, también modificando el artículo 77. Recordemos que solo se permite que las alianzas sean entre partidos políticos que tienen representación legal y ese es otro aspecto que tiene que ser revisado, porque creemos que después de abril hubo en Nicaragua una insurrección cívica que no ve a los partidos políticos como la punta de lanza de las renovación de la política en Nicaragua, sino de las fuerzas ciudadanas emergentes”, agregó Maradiaga.

El proceso de unidad opositora en la CN se encuentra en una crisis interna debido a diferenciar entre el bloque de partidos políticos y el bloque de las organizaciones civiles –de la que forma parte de la Alianza Cívica–, principalmente por la falta de acuerdos para darle espacios a los movimientos juveniles y la decisión unilateral del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) de defender el sistema bipartidista, nacido del pacto Alemán-Ortega, que actualmente impera en el sistema electoral nicaragüense. Además, las organizaciones civiles no confían en los partidos políticos para entregarles el liderazgo de una alianza electoral en un proceso de votación.

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