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El campeón nicaragüense en la lona, en su pelea con Miguel Cotto, quien lo venció por nocaut técnico en 2011. LA PRENSA/ ARCHIVO

Ricardo Mayorga, el boxeador noqueado por la vida

Un niño de barrio salió adelante con el poder de sus puños y se convirtió en campeón mundial de boxeo. Por su comportamiento una parte de los nicaragüenses lo quieren y otra lo odia. Hoy Mayorga está en la lona por la pobreza y la adicción a las drogas. Veremos si logra levantarse

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Ricardo Mayorga nació noqueado. Noqueado por la pobreza, criado en un hogar granadino con dificultades, con un padre taxista y una madre que elaboraba pasteles que el mismo Mayorga salía a vender a las calles. Noqueado por la falta de educación académica, no porque sus padres no lo mandaran a la escuela, sino porque él mismo rechazaba los estudios. Prefería andar buscando pleitos y hasta fue jefe de una pandilla.

A partir de los 12 años de edad, Mayorga intentó levantarse “de la lona”. Y lo hizo a través de lo que mejor sabía hacer: usar los puños. Un maestro de la escuela a la que él asistía, viendo que al muchacho no le entraban las letras ni los números, lo mandó a un gimnasio de boxeo.

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Desde esa edad Mayorga comenzó a boxear con un estilo “alocado”, a como lo hacía en las calles de Granada. Muchos entrenadores le enseñaron buenas técnicas de ese deporte, pero ya en el ring, cuando lo golpeaban, se descontrolaba, olvidaba todo lo que le enseñaban y comenzaba a pelear tal como lo había hecho desde niño.

Aunque inició su entrenamiento boxístico como amateur en el ejército sandinista, en 1987, fue en Costa Rica donde Mayorga creció más como boxeador y en marzo de 2002 por fin “noqueó” a la vida. Lo hizo ganando el título mundial de peso welter de la AMB, Andrew “Seis Cabezas” Lewis.

Mayorga, Don King y Efraín Vega, el promotor costarricense del púgil nicaragüense. LA PRENSA/ CORTESÍA

Mayorga logró ser campeón mundial de boxeo, algo que de pequeño le prometió a su madre, Miriam Pérez, después de que la familia vio por televisión a Ray Sugar Leonard coronándose también como monarca mundial. “Dios te oiga, hijo”, le dijo la mamá. Eso mismo le había prometido Mayorga a sus compañeros de equipo en el Ejército, quienes le llamaron Loco.

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Hoy, Mayorga está “noqueado” otra vez por la vida. Recluido en un centro de rehabilitación en Carazo, en busca de recuperarse de la adicción a las drogas. Aunque él mismo dijo en una entrevista que en su carrera había ganado 20 millones de dólares, otros, como su amigo Rosendo Álvarez, consideran que fueron unos cuatro o cinco millones de dólares realmente, porque siempre le pagaron menos de lo que debió haber ganado y también porque mucho del dinero ganado se lo quedaban sus representantes.

Cinco o 20 millones de dólares que hayan sido, hoy Mayorga “no tiene nada”, afirma Álvarez.

Ahora Mayorga se encuentra en otro ring, no de boxeo, sino de la vida. En la esquina de enfrente tiene a la pobreza y problemas de adicción. En la esquina de él están su familia y sus verdaderos amigos. Debe viajar a México, donde la leyenda Julio César Chávez le ofreció apoyo en una clínica de rehabilitación.

Puños sin disciplina

En 1987, siguiendo a su hermano Jaime, Mayorga llegó a la academia deportiva del ejército sandinista en Managua para entrenar boxeo. Tenía 15 años de edad y lo aceptaron porque era algo deportivo, pero en realidad ahí solo estaban los jóvenes que cumplían el Servicio Militar Obligatorio (SMO).

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Rosendo Álvarez lo recuerda como alguien “hablador”, que siempre estaba en conflictos con sus compañeros. “Era inquieto, con mucha energía”, dice.

A Efraín Vega, su promotor en Costa Rica, Mayorga le contó que cuando lo mandaban a correr él hacía “la mueca” de que iba a correr, pero se quedaba acostado debajo de un árbol, y cuando veía que el grupo regresaba, él se mojaba la camiseta para aparentar que estaba sudando y se reintegraba junto a sus compañeros. Pero lo descubrieron.

De la escuela del Ejército debieron salir todos en 1990 porque el nuevo gobierno canceló ese programa.

Luis Pérez, Mayorga y Álvarez encontraron refugio en la Policía de Tránsito, donde el entrenador Félix Espinoza, Picapiedras, los pulía en un gimnasio y les dio una covacha para que durmieran. “Con solo que nos dieran el almuerzo era una bendición”, recuerda Álvarez.

Un día, en 1993, Mayorga pasó por la casa de Álvarez diciéndole que se iba a Costa Rica porque en Nicaragua “no tenía nada”. Álvarez le dio para el pasaje.

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En el país vecino Mayorga trabajaba en la construcción y buscaba cómo entrenar boxeo. El dueño de un night club lo vio pelear y le ofreció trabajo como vigilante de su negocio y también para que cuidara carros.

El expromotor de boxeo costarricense Efraín Vega estaba necesitando boxeadores y un nicaragüense le llevó a Mayorga.

A Mayorga, como se desvelaba en el night club, le costaba levantarse temprano para ir a correr. Entonces Vega lo obligó a dejar ese trabajo y se concentrara en entrenar.

Luis León fue uno de sus entrenadores. Lo hizo por 26 años y conoce muy bien a Mayorga. Hasta se trasladó a Nicaragua cuando Mayorga rechazó la ciudadanía tica y se instaló en Nicaragua.

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“Ningún entrenador lo quería porque era muy indisciplinado”, recuerda León.

El expresidente tico Abel Pacheco conoció a Mayorga cuando él todavía no había llegado a la presidencia. “Era un magnífico peleador. Hizo peleas inolvidables. En los tiempos duros de él le ayudamos”, le dice Pacheco a la revista DOMINGO.

Entre Efraín Vega y Luis León ayudaron a Mayorga a concentrarse en los entrenamientos. Ya después, Mayorga no quería salir del gimnasio. Entrenaba duro. Como loco. Y comenzó a noquear a todos los oponentes.

Efraín Vega dice que Mayorga noqueó a cubanos y venezolanos muy buenos.

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Vega dice que un día sucedió una desgracia. Los invitaron a un evento llamado Nocaut a las drogas. “Ojalá nunca nos hubieran invitado”, dice ahora Vega a DOMINGO.

Ese día Mayorga botó cinco veces al venezolano Elio Ortiz, considerado como muy superior a Mayorga y a quien nunca habían enviado a la lona.

Es que Mayorga golpeaba duro. El entrenador panameño Garibaldi le había pedido a Efraín Vega que le comprara manopla doble para guantear a Mayorga. “Ese hombre pega que es una barbaridad”, dijo el panameño.

Después de la pelea con Ortiz vino “la desgracia” para Vega. Y probablemente también para Mayorga.

El presidente de la AMB, Gilberto Mendoza, presentó a Vega con Don King esa misma noche. “Oh mi amigo Efraín, ¿quieren venir a cenar con nosotros?”, le dijo Don King. “Don King nunca me había conocido y me llamó amigo en ese momento”, recuerda Vega.

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Lo que pasó después, cuando Vega ya había convertido en campeón mundial a Mayorga, es que Don King le arrebató a Vega la representación de Mayorga y se la entregó a su hijo.

Desde entonces Mayorga comenzó a tener problemas de imagen. “Yo quería una buena imagen para Mayorga. Yo le decía que con los millones que ganara comprara edificios para que asegurara su futuro. Que con los millones de dólares que ganara le haríamos fiestas a los niños. Mitad de niños ticos y la otra mitad de niños nicas”, recuerda Vega.

En una conferencia de prensa, la gente de Don King le dio a Mayorga un cigarro y una cerveza ante los periodistas.

Una de las costumbres del boxeador, era aparecer con un cigarro ante de sus peleas. LA PRENSA/Archivo

Pero Vega se la arrebató y lo regañó. “Eso no te da buena imagen”, le dijo. Pero Mayorga le expresó que solo era “fregadera”.

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Entonces la gente de Don King le dio a Mayorga otra cerveza y otro cigarro. Fue una foto que le dio la vuelta al mundo.

Y desde entonces Mayorga comenzó a hacer locuras ante la prensa. Aparecía con pizzas y piernas de pollo antes del pesaje. Ofendía a sus oponentes. Una vez le tocó las caderas a la esposa de Shane Mosley.

El expresidente Abel Pacheco, quien es psiquiatra de profesión, recuerda que él se horrorizaba con las cosas que decía Mayorga. “Creía que por insultar iba a enojar a su rival y le ganaría fácilmente. Fue un error de Ricardo. Él era muy sencillo y de no mucha inteligencia. No se supo cuidar. Para mí tuvo daño cerebral”, dice Pacheco.

La esposa de Mayorga, Herenia Silva, le explica a la revista DOMINGO que ella estaba presente cuando Mayorga le tocó las caderas a la esposa de Mosley y asegura que fue el propio Mosley quien le sugirió a Mayorga que lo hiciera, para que la pelea tuviera mejor promoción.

Después vinieron muchos problemas para Mayorga, especialmente cuando una muchacha de 22 años lo acusó de violación.

Con su madre, Miriam Pérez. LA PRENSA/ARCHIVO

La misma afición nicaragüense, especialmente las mujeres, se le vinieron encima. En las peleas de Mayorga las mujeres deseaban que destrozaran a Mayorga. Pero eso sí, Nicaragua se paralizaba cuando peleaba Mayorga.

Una crónica de LA PRENSA, de la periodista Amalia Morales, explica que desde las 5:00 de la tarde la capital se concentró en las pantallas de los televisores, tanto de los hogares como de los bares, cuando Mayorga peleó con Félix “Tito” Trinidad.

Cuando Mayorga fue apabullado por Trinidad las mujeres gritaban de euforia.

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Los amigos de Mayorga consideran que esa imagen es falsa, porque a Mayorga, aunque digan odiarlo, la gente siempre se quiere tomar foto con él.

La otra cara de la moneda

“Mayorga es un buen hombre”, dicen muchas personas entrevistadas por la revista DOMINGO. Lo dice el dueño del Autolote El Chele, Juan Carlos Zúñiga. Lo dice su esposa Herenia Silva. Lo dice Efraín Vega, su promotor tico. Lo dice el expresidente costarricense Abel Pacheco. Lo dice su entrenador Luis León. Lo dice Rosendo Álvarez.

Lo dicen hasta sus vecinos del barrio Laureles Sur, en Managua. “Aquí andaba el pobre, a veces se ponía a ayudarle a los chatarreros. Nunca ha ofendido a nadie”, dice una vecina que omite su identidad y quien asegura que la familia de Mayorga está pasando necesidades económicas.

Herenia Silva, la esposa de Mayorga, desmiente eso. En la casa de Mayorga, donde ella se dedica a hacer uñas, Silva explica que la ayuda que necesita Mayorga es de rehabilitación, pero no de dinero. Eso sí, ella explica que dinero para que consumiera drogas nunca le iba a dar.

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Sobre los bienes de Mayorga, sus amigos solo le recuerdan una casa en Carretera a Masaya, una mansión con piscina y cancha de tenis, que está a la par de la casa del expresidente Enrique Bolaños. Esa propiedad Mayorga la perdió porque la compró en 180 mil dólares y no terminó de pagarla. Le faltaban como 30 mil dólares y el banco la embargó. Un amigo de Mayorga terminó de pagarla y se quedó con ella, dice Rosendo Álvarez.

Si Mayorga no tiene dinero ahora es por tres razones, explican sus amigos. Primero, nunca le pagaron lo que merecía. En la pelea con Óscar de la Hoya, siendo Mayorga el campeón, solo ganó dos millones de dólares, mientras De la Hoya se llevaba 20.

Segundo, nunca invirtió. Le gustaba andar en los mejores hoteles y hacía fiestas de hasta 15 días. Le gustaba andar con mujeres. Solo logró comprarle una casa a su mamá, que es la de los Laureles Sur.

Herenia Silva dice que él siempre le decía que necesitaba dinero para “tal cosa”, se lo daba y en la noche regresaba sin nada.

En una ocasión, Rosendo Álvarez le recuperó 33 mil dólares que una federación le tenía retenidos y a los 18 días Mayorga ya no tenía nada de ese dinero.

Mayorga habría comprado como 20 carros de lujo, para él y sus familiares.

Tercero, y es lo que, según sus amigos, la gente no sabe, Mayorga siempre ayudó a quien le llegaba a pedir. Una vez, cuenta Luis León, Mayorga se sentó con su madre a analizar 100 cartas de gente que le pedía para medicinas, operaciones quirúrgicas, necesidades alimentarias y de vivienda. “Mayorga no sabía decir no a quien le pedía ayuda”, dice León.

Lo mismo relata Rosendo Álvarez. Lo mismo asevera Efraín Vega. Lo mismo dice Abel Pachecho. Esa es la cara que nadie conoce de Mayorga.

“Mayorga se enloquecía ante las cámaras, pero en la vida real él no ofendía a nadie”, confía Rosendo Álvarez, quien dice que era amigable y bondadoso.

Además, Mayorga es muy nicaragüense, no porque decía que él era del país “donde las mujeres paren hombres”, sino porque rechazó la nacionalidad tica para ser siempre nicaragüense, a pesar de que en Costa Rica, a los deportistas que representan a ese país les regalan casas, vehículos y dinero. Mayorga prefirió ser nicaragüense y residir en Nicaragua.

Daniel Ortega

Si hay algo por lo que realmente los nicaragüenses pudieran odiar a Mayorga es por su relación con Daniel Ortega.

“Una vez iba en una limusina con Mayorga y lo llamó Daniel Ortega para desearle suerte en una pelea y Mayorga le dijo que se la iba a dedicar”, cuenta Luis León.

Los amigos de Mayorga consideran que él es el deportista favorito del dictador Daniel Ortega. En esta imagen de El 19 Digital aparecen Ortega, Mayorga y la esposa de este último, Herenia Silva. LA PRENSA/ TOMADA DE EL 19 DIGITAL

El mismo Mayorga cuenta en varias entrevistas que él visitaba a Ortega. Los amigos de Mayorga dicen que la cercanía es con Ortega, pero no con Rosario Murillo.

Para algunos, Mayorga es el deportista preferido de Ortega, por encima de Román “Chocolatito” González.

La ruina

Mayorga hoy está en la calle, asegura Rosendo Álvarez.

Ricardo Mayorga con armas de gran calibre, publicadas después de haber amenazado a opositores al orteguismo. LA PRENSA/ TOMADA DE FACEBOOK

A Mayorga siempre le gustó el guaro, el billar, las cervezas y el cigarro. Pero desde hace unos nueve meses llegó a Nicaragua un pariente que lo indujo a “la piedra”, dice Álvarez. Esa fue el acabose para Mayorga.

En los últimos años son comunes los videos virales de Mayorga borracho, caído en las calles. Hace poco le dieron una golpiza con la que le quebraron algunas costillas y le propinaron una pedrada en la boca. Luis León lo vio llegar a su gimnasio con el rostro demacrado, con ropa raída.

El excampeón mundial ha protagonizado escándalos en la vía pública y en la mayoría de ellos ha resultado lesionado. LA PRENSA/ ARCHIVO

La esposa, Herenia Silva, dice que desde hace nueve meses notó el cambio de Mayorga, pero no fue a ella a quien Mayorga le confesó su problema, sino a Rosendo Álvarez, a quien le pidió ayuda para rehabilitarse.

Ante la noticia, Julio César Chávez le ofreció una clínica de rehabilitación a Mayorga en México. Un organismo de boxeo dice que le pagará el pasaje.

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Mayorga está noqueado. Está por verse si esta vez se levantará de la lona.

Machismo, impunidad y no preparado para el éxito

No muchas mujeres quieren opinar sobre Ricardo Mayorga. No se alegran de lo que le está pasando al excampeón mundial de boxeo, pero sí prefieren no referirse a él.

Mayorga hospitalizado luego de recibir una golpiza. Es conocido que a él le gusta retar a las personas. LA PRENSA/Archivo

Una psicóloga que sí accedió a hablar sobre él es Alba Roni, quien considera que la historia de vida de Mayorga “es de barrio, con una cultura de no tanta educación, que aprendió a pelear y a defenderse comenzando por las calles”.

Según Roni, la formación de Mayorga sobre lo que es la vida lo ubica en una posición en la cual él “no estaba preparado para el éxito”.

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Para Roni, Mayorga tuvo dificultades para tomar buenas decisiones en su vida y no supo comportarse ante el mundo.

“Él pertenece a cierto nivel de desarrollo y no suelta eso para avanzar”, explica la psicóloga.

La feminista Eveling Flores también brindó su opinión sobre Mayorga, advirtiendo que nadie se puede alegrar de lo que le pasa a Mayorga porque es un ser humano, pero no se puede olvidar que él representa el machismo y la impunidad.

Flores habla de impunidad que a Mayorga se la daba el ser cercano a Daniel Ortega, quien controla la justicia y todas las instituciones en el país.

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