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El Banco Central de Nicaragua (BCN) anunció este lunes una serie de medidas de política monetaria para hacer frente a los efectos que la pandemia está teniendo en la economía y que podría provocar una reducción del Producto Interno Bruto de 4.5 por ciento. El BCN dijo que la economía “está siendo afectada por una mayor incertidumbre y reducción de la actividad económica y del comercio internacional”, por la crisis sanitaria.
En ese contexto, el Consejo Directivo del BCN decidió liberar hasta 4,000 millones de córdobas del encaje requerido en moneda nacional, lo que permitirá que los bancos los usen “exclusivamente” en financiamiento a las actividades económicas, cuyos préstamos estarán en córdoba.
“A cada banco le corresponderá un monto proporcional a su participación en el encaje legal requerido, según los registros al 30 de junio de 2020. Con esta liberación, la tasa de encaje legal tendría una reducción de alrededor de 10.5 puntos porcentuales”, dijo el BCN.
Es decir que el BCN, a petición de los bancos, decidió quitarle la obligación de tener en concepto de encaje legal en moneda nacional hasta 4,000 millones de córdobas a las entidades financieras, cuyo saldo será repartido entre los bancos de manera proporcional según su participación en esta obligación.
El encaje legal no es más que un porcentaje que los bancos están obligados a entregar al Banco Central de los depósitos que tienen del público, ya sea en moneda nacional o extranjera como parte de la medida para salvaguardar el dinero del público.
Por ejemplo, si un banco recibe del público 100 córdobas, un porcentaje de este -que el Banco Central establece en periodo catorcenal -debe estar resguardado en las cuentas del BCN, desde donde ahora se liberan 4,000 millones de córdobas para financiar las actividades productivas.
El BCN aclaró que dicha medida entrará en vigencia a partir del 1 de julio de este año y se mantendrá vigente hasta el 30 de junio del 2022, pero aclaró que la liberación del encaje legal será por periodos de entre seis y nueve meses, según solicite cada banco.
En paralelo el BCN también decidió aplicar una reducción en la tasa que cobra en sus operaciones de reportos, que son préstamos de corto plazo que el máximo emisor bancario hace a las entidades financieras. Esto implicará que la Tasa de Referencia de Reportos Monetarios (TRM) pase de 5.25 por ciento a 4.5 por ciento, esto con el fin de “propiciar una reducción de los costos de financiamiento que facilite la intermediación financiera”. La medida entra en vigencia a partir del 22 de junio de este año.
Cambio en medición de encaje golpea al programa
El economista Néstor Avendaño plantea varias observaciones relacionadas con el anuncio del BCN y señala que dichas medidas podrían no tener un efecto en la economía nacional tomando en cuenta que la misma viene combinada con otras acciones que pueden desanimar a la banca comercial a acogerse al mismo.
Avendaño señala que aunque en el comunicado a simple vista se nota el ánimo del BCN de querer rebajar el costo del córdoba en el mercado nacional, esto podría no ocurrir, tomando en cuenta que el Banco Central decidió cambiar la forma de medición del encaje legal, el cual pasó de semanal a catorcenal y además elevó la tasa de 13 a 15 por ciento sobre los depósitos en esa moneda.
Con solo esa decisión, según Avendaño, el programa pierde su grado de atracción. “Antes velabas por el encaje cada semana y ahora debés esperar 14 días para hacer cumplir la ley, o sea que ahora vas a tener que usar más parte de sus depósitos para el encaje legal, es decir no vas a estar chequeando cada semana tu encaje y vas ajustando. Ahora es en un plazo más largo el ajuste y además ahora pasa de 13 a 15 por ciento el encaje, eso implica asignar más dinero para cumplir con el encaje, entonces eso restringe la masa monetaria en córdobas (es decir dinero disponible en la banca)”, explica.
“Mientras más largo es el plazo del encaje, más asfixiante es para el banquero porque si tenés un encaje controlado semanalmente, pues resolvés rápidamente con los depósitos de los depositantes más grandes que tenés, pero en este caso la preocupación del banquero es cumplir que se elevó del 13 al 15, dos puntos más, ya los acostumbraste a 13 puntos. Tiene que buscar más depósitos en córdobas para irlos a dejar al BCN y cumplir la nueva exigencia. Entonces esto te restringe el uso del córdoba dentro del banco comercial”, explica.
La situación empeora, porque los bancos para poder optar al programa de los 4,000 millones de córdobas liberados de la obligación del encaje, según Avendaño, primero deberán demostrar que ya los prestaron a las actividades económicas, lo cual resultará complicado tomando en cuenta que primero deberán preocuparse por asegurarse que ya cumplieron con los requerimientos de encaje legal establecidos, para lo cual necesitarán córdobas.
Sobre las tasas
Pero además el especialista señala que el BCN pudo establecer una tasa más baja en sus operaciones de reporto tomando en cuenta que se vaticina una inflación de tres por ciento. A criterio del economista, esta pudo haberse establecido en 4 por ciento por ciento en lugar de 4.5 por ciento desde 5.25 por ciento.
“Se ve el ánimo de bajar el costo del dinero, el problema es que esa reducción de la tasa de interés se refleje en las nuevas tasas de interés que va a cobrar el sistema bancario comercial, o sea debe haber en mi opinión un acuerdo tácito entre la banca comercial y el BCN de bajar la tasa de interés, porque las elevadas tasas de interés en el mercado bancario no facilitan la reactivación económica”, explica Avendaño.
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Al respecto, señala que sería conveniente que el Banco Central explique cuáles son los mecanismos que va a utilizar para comprobar que la banca comercial está bajando el costo del crédito que se colocará con los hasta 4,000 millones de córdobas liberados. “Sería bueno que el Banco Central responda de ¿cómo va a garantizar primero la reducción del costo del córdoba en el sistema bancario?”.
El BCN estableció que los bancos comerciales pueden acogerse al programa de los 4,000 millones de córdobas a plazos de entre seis y nueve meses.
Para Avendaño con solo eso, se limita que los préstamos que estos podrán hacer a los agentes económicas sean de corto plazo, lo que de inmediato resta atractivo en el mercado para colocar ese dinero entre los productores, que requieren créditos a plazos mayores. Quizás, según el economista, ese plazo se adoptó para asegurar la estabilidad monetaria.
No hay quién preste…
Otro elemento que plantea Avendaño es sobre reactivar las actividades productivas con este financiamiento en medio de una pandemia que ni siquiera ha tocado fondo en Nicaragua y que suele afectar la certidumbre de los agentes económicos, lo que por ende desalienta la búsqueda de crédito.
“¿Habrá confianza de los productores de aumentar su producción en un momento de que existe una demanda deprimida por parte de los consumidores y por parte de los empresarios no financieros?”, explica Avendaño, que aclara que posiblemente haya apetito de financiamiento en áreas de producción como alimentos, medicamentos, productos de higiene personal.
“Después de eso yo no veo que en las otras actividades haya una demanda de crédito para elevar la producción , ya que desafortunadamente la misma población se ha recluido por el impacto del virus, entonces veo que elevar la producción en estos momentos sería prácticamente una frustración productiva por escasa y anémica demanda de bienes y servicios finales entre la población, con excepción de las actividades antes mencionadas”, reitera Avendaño.
Para Avendaña un crédito para reactivar la producción debe darse cuando “la famosa curva de contagio se está aplanando, no en un momento en que se va acelerando” como es el caso de Nicaragua.
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Busca el Gobierno financiar su gasto público
Pero otro elemento que levanta sospecha al economista es que si el objetivo del BCN sea que los bancos utilicen esos 4,000 millones para comprar papeles bursátiles a Hacienda para financiar el déficit y no necesariamente para prestarlo entre los agentes económicos.
Avendaño recuerda que el sector público también se considera como una actividad económica, es decir entraría en el concepto establecido en su mismo comunicado. Y muestra de ello, el economista sugiere echar una mirada a lo que ocurrió el año pasado, cuando se le liberó recursos a los bancos y estos en lugar de dirigirlos a la producción se fueron a comprar títulos de Hacienda, que este usó para financiar el gasto público.
“¿Se volverá a repetir esa historia en esta ocasión? Es bastante probable, digo yo, por eso insisto en que si el Banco Central va a poder supervisar el destino de este préstamo que está haciendo a la banca comercial en córdoba y sin mantenimiento de valor”, dice el economista.
“El Banco Central tiene que aclarar esta situación, no solo a los banqueros, si es que ya se lo aclaró, sino a la población en general, a los productores”, enfatiza.
El economista teme que esa sea la finalidad tomando en cuenta que actualmente el Gobierno central afronta serias dificultades no solo para colocar sus papeles bursátiles sino también en la recaudación como consecuencia del impacto de la pandemia en el consumo nacional, lo que inmediatamente afecta la recaudación de impuestos.
“Hay muchos problemas para pagar impuestos, no solo se observa una caída la recaudación de impuestos por consumo sino también en el impuesto por el trabajo, es decir en la renta de los asalariados por el desempleo”, recordó.
Medida en medio de la opacidad de información
Según el reporte del BCN, los hasta 4,000 millones de córdobas se definieron con base al saldo del encaje legal requerido hasta el 30 de junio. Al respecto, el economista señala que es difícil determinar cuánto era el saldo hasta esa fecha porque la última actualización la hizo el BCN hasta el 30 de abril.
“El último dato que conoce la población es hasta el 30 de abril. Creo que el BCN se adelanta y deja a todo mundo desfasado. Sería bueno que el BCN publique las estadísticas y la gente sepa cuánto es el monto que existe. O sea no se puede estar diciendo medida de políticas cuando los agentes económicos no tienen a mano las cifras. Estas son vicisitudes que vive una autoridad monetaria porque oculta la información”, precisa Avendaño.
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