Más de cien mujeres cubrieron su rostro con el pañuelo morado, ícono de la lucha feminista para marchar al interior de la Universidad Centroamericana (UCA) y denunciar la violencia machista, los femicidios, las violaciones a menores, la impunidad de los agresores y el Estado opresor, en marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo.
Las mujeres realizaron una jornada de denuncia este lunes, en el que uno de los temas centrales fue el femicidio, considerada como la violencia más extrema contra la mujer. En lo que va del año, 14 mujeres han sido víctimas de femicidio.
Para denunciar dichos casos, las feministas colocaron zapatos en diferentes puntos de la universidad con notas con algunas manchas de pintura, simulando sangre, en las que se leían los nombres y edades de las víctimas de femicidio, aisladas por cinta amarilla de precaución.
Otra de las actividades claves fue el “pañuelazo”, que consistía en facilitar doscientos pañuelos morados a las participantes de la manifestación con el objetivo que estas protegieran su identidad, y evitar que fueran identificadas, y pudiesen ser víctima de acoso e intimidación, como ha sucedido en ocasiones anteriores. De hecho, este domingo 8 de marzo, feministas fueron impedidas de manifestarse por un contingente de antimotines que arremetieron contra ellas en la organización La Corriente.
El punto de partida en la UCA fue la presentación del himno feminista “Un violador en tu camino”, seguido por el coro de una serie de consignas como “el Estado opresor es un macho violador”, “las madres no se rinden, exigen justicia”. Asimismo, las activistas leyeron la lista de mujeres asesinadas en los primeros tres meses del año; por cada nombre, respondían: presente.

LAPRENSA/ROBERTO FONSECA
Las feministas marcharon con cruces pintadas en negro, y con el nombre de las víctimas de femicidio en la parte superior, llevaban pancartas en las que se leían mensajes como “Daniel Ortega, el violador sos vos”, o “la libertad de expresión no existe para proteger machismo, violaciones, acosos, agresiones, muertes…”. El recorrido de la protesta incluyó acercarse a las verjas del sector norte, sobre la Avenida Universitaria, para manifestarse frente al cuerpo policial que se mantiene en los alrededores de la UCA.
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Los policías al ver la protesta de las feministas empezaron a movilizarse, se reunieron en bloque, algunos de ellos tomaron fotografías y videos, que se ha convertido en una de las características de acoso policial, pero no cruzaron la vía, como si lo han hecho en otros piquetes exprés.
En esa zona, las activistas volvieron a leer la lista de víctimas de femicidio, se dirigieron a los policías, y gritaron lo más alto que pudieron con el objetivo que los uniformados las escucharan. La protesta se mantuvo en el lugar alrededor de unos 10 minutos, y posterior, finalizó con una actividad cultural, en la que hubo una danza y un monólogo, a través del que expusieron los estereotipos, descalificaciones y la impunidad de la que son víctimas las mujeres.

Una de las jóvenes participantes explicó que esta protesta no solo es por ellas, sino por todas las mujeres del país, que cada día sufren acoso, y este se puede dar en cualquier espacio, incluyendo la misma familia. Asimismo, denunció que no hay seguridad para las mujeres en el país. Otra joven participante también sostuvo que es “frustrante, molesto, indignante tener que protestar tapada porque protestar es un derecho”, y exigió que respeten la integridad física de las mujeres.
Después de la jornada cultural, las participantes podían escribir el nombre de su agresor en el “blog de la denuncia”. En esta manifestación participaron estudiantes de la UCA, autoconvocadas, de organizaciones civiles, estudiantiles, entre otras.

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