CONTENIDO EXCLUSIVO.
“Yo no me voy a ir porque yo quiero una Nicaragua diferente. Tenemos que defender lo nuestro”. Esa era la respuesta que María Guadalupe Ruiz Briceño, una estudiante de 22 años, le daba a todos los que le aconsejaban que desistiera de la lucha cívica.
Sabía las consecuencias de su decisión y de lo que es capaz la dictadura de Daniel Ortega para callar la voz de cualquiera que decide rebelarse en su contra. El pasado 13 de julio, Ruiz Briceño fue secuestrada por la Policía Otreguista luego de participar en un piquete de protesta en la Catedral Metropolitana de Managua. Ella es la única mujer que figura en la lista de los 126 presos políticos que se contabilizan hasta el 8 de agosto.
Puede interesarle: Policía niega información sobre joven autoconvocada pero Ministerio Público la acusa de robo agravado
Nacida en Belén, municipio de Rivas, a Ruiz Briceño sus familiares y compañeros de lucha la describen como alguien callada, pero obstinada, valiente, inteligente y decidida a superarse. Estudió su primaria y secundaria en Belén, y desde pequeña ha sido buena estudiante. Para estudiar en la universidad, se mudó a Managua.
Antes de iniciar las protestas sociales en contra del régimen de Daniel Ortega, en abril de 2018, estudiaba dos carreras: Banca y Finanzas en la Unan-Managua e Ingeniería Electrónica en la Universidad de Ingeniería (Uni). “Es una chavala que siempre ha aprovechado las oportunidades en cuestiones de fortalecerse y potencializar sus conocimientos (…) es una chavala empoderada, segura de lo que hacía, segura a lo que iba. Valiente y aguerrida y muy inteligente”, cuenta Harleth Obando, una prima suya.
Es una joven que le gusta mantener activa, por eso en su currículo figuran estudios de belleza, caja y computación e inglés. La dictadura, la acusa a través del Ministerio Público de robo agravado.
Lea además: Miembros de la Alianza Cívica afirman que liberación de presos políticos sigue siendo prioridad
“Exijo la liberad para mi hija”
Ruiz Briceño es una de las estudiantes que estuvo atrincherada en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN-Managua, y estuvo firme hasta el último día, cuando la Policía Orteguista y parapolicías atacaron brutalmente la iglesia de la Divina Misericordia el 13 de julio de 2018. Horas antes del ataque, ella y su grupo de lucha del portón dos del recinto universitario decidieron salir para evitar una desgracia. Ese día, dos universitarios fueron asesinados por el régimen orteguista.
A más de 120 kilómetros, en Belén, los padres de la estudiante desconocían la situación de su hija. Durante los meses que estuvo atrincherada y participaba de las protestas sociales, ella pensaba que sus padres no la apoyarían en su lucha, así que prefirió no decirles en lo que andaba.
Lea también: Se cumple un año del brutal ataque paramilitar contra la UNAN-Managua y la Divina Misericordia
Es la segunda de cinco hermanos de Vicente Ruiz y Dulce Briceño. Su padre está enfermo y su madre trabaja en una zona franca de Rivas. Dulce Briceño teme que la despidan de su trabajo por los permisos que solicita cuando le toca visitar a su hija a la cárcel de mujeres La Esperanza.
Los padres de Ruiz han luchado para formarla como una profesional. Ellos, han luchado para ver a su hija como una profesional y ahora exigen su libertad. “Exijo la liberad para mi hija, ella es inocente. Libertad para mi hija y demás reos políticos”, expresó Dulce Briceño a través de un video publicado este jueves por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Pero no todos es su familia piensan igual. Hay muchos de sus familiares, simpatizantes orteguista, que ven la situación de la joven como una consecuencia por ser una “golpista”.
Dulce Briceño, mamá de María Ruiz Briceño, denunció ante #MESENI que su hija, detenida el 13/07 cerca de Catedral de #Managua, está enferma y es asediada por presas afines al Gobierno en cárcel de Tipitapa. #CIDH llama al Estado de #Nicaragua a informar condiciones de detención. pic.twitter.com/EzAnj9pEG6
— CIDH (@CIDH) August 28, 2019
El calvario de un preso político
Su familia y exatrincherados denunciaron que Ruiz sufre tortura psicológica por parte de las oficiales del sistema penitenciario y presas comunes afines al régimen orteguista, quienes le quieren hacer daño. “En una carta que ella escribió dice que muchas (presas comunes) la molestan y quieren pelear, pero ella no le hace caso, le da miedo porque las ve que son bastante conflictivas, ni siquiera la dejan dormir”, asegura su prima.
Puede interesarle: CIDH reporta más de 120 presos políticos en Nicaragua y eleva a 328 los asesinados por la represión orteguista
Pendiente de juicio
Rosario Flores, la abogada de Ruiz, señaló que el próximo 23 de septiembre está programado el juicio en contra de la joven. La audiencia inicial se realizó el 30 de julio sin que estuviera presente la defensa correspondiente.
De acuerdo a la defensa, ya se presentó el intercambio de información y prueba pero no se da con el paradero de la supuesta víctima. “En una notificación que le mandan a la víctima, aparece una nota que dice que nadie lo conoce, vamos a ver si va a llegar o no al juicio, si no llega la víctima vamos a pedir que se desestime (la causa), (porque) todo es fabricado”, expresó Flores.