14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

El embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Andrés González Díaz. LA PRENSA/ CORTESÍA/ OEA

Embajador de Colombia ante la OEA, Andrés González Díaz: “No estamos ante un acto de injerencismo”

"La actuación de la OEA, en la crisis que vive el país, es el cumplimiento de una obligación y de un deber político y ético en razón de las graves violaciones de derechos humanos acaecidas en Nicaragua, y no un acto de injerencismo", explica en esta entrevista el embajador colombiano Andrés González Díaz.

El embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Andrés González Díaz, dijo confiar en que el gobierno de Nicaragua no determine aislarse y decida aceptar el apoyo de la comunidad internacional para detener la violencia y construir una solución pacífica y duradera a la crisis política que vive Nicaragua desde hace más de tres meses.

El pasado 2 de agosto, el Consejo Permanente de la OEA, durante su quinta sesión sobre el tema de Nicaragua, resolvió crear un Grupo de Trabajo con el propósito de contribuir a una salida pacífica al conflicto nicaragüense que ha dejado cientos de muertos y heridos.

La medida ha sido rechazada por el designado presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien ha manifestado a través de su canciller, Denis Moncada, que no permitirá el ingreso al país del Grupo de Trabajo de la OEA.

Desde el pasado 18 de abril, Nicaragua es escenario de protestas en contra del régimen de Ortega, cuya respuesta a la crisis ha sido la violencia a través de la creación de grupos paramilitares armados con fusiles de guerra que operan en complicidad con la Policía Nacional. La brutal represión ha dejado un saldo preliminar de 448 muertos, cerca de tres mil heridos, un número indeterminado de presos políticos y desaparecidos, algunos de los cuales han aparecido ejecutados en las calles.

El embajador González Díaz, quien fungió hasta el pasado primero de julio como presidente del Consejo Permanente de la OEA, ha tenido una actitud beligerante junto a los representantes de Argentina, México, Canadá, Perú, Estados Unidos, Chile y Brasil, que buscan detener la represión gubernamental y una salida pacífica al conflicto.

Lea también: La OEA y su paso en la historia política de Nicaragua

“No nos quedaremos en discusiones procesales. Vamos a tratar los temas de fondo ante el brutal crecimiento de la violencia. Paz, justicia, democracia y apoyo al diálogo con resultados, son los grandes desafíos que se tienen en Nicaragua”, escribió el diplomático colombiano en su cuenta de Twitter.

También se pronunció recientemente a favor de la aplicación de la Carta Democrática, en respuesta a los argumentos de Venezuela, aliado de Ortega, que afirma que en Nicaragua se quiere romper el orden constitucional.

“Debemos empezar a observar las primeras páginas de artículos de la Carta Democratica, pero por otras razones porque la Carta Democratica opera cuando hay gravísimas violaciones de derechos humanos. Y cuando las hay se perturba el equilibrio democrático y el buen funcionamiento de la democracia y yo dejo en este Consejo Permanente la importancia de que se empiece a aplicar esa Carta Democratica sino se atienden las voces y los llamados para que cese la brutalidad y la violencia”, dijo el embajador, quien también ha manifestado la necesidad de desarticular a los grupos paramilitares en Nicaragua para detener la violencia.

El embajador González, accedió a responder por escrito las siguientes preguntas formuladas por La Prensa.

¿Por qué el Consejo Permanente de la OEA decidió crear el Grupo de Trabajo, cómo surge la idea y qué opina sobre los señalamientos del gobierno de Nicaragua que afirma que la labor de la OEA es injerencista?
La OEA, por mayoría de sus Estados, decidió condenar todos los actos de violencia, represión y violación de los derechos humanos contra el pueblo de Nicaragua; al mismo tiempo, urgió al gobierno y a todas las partes a participar activamente y de buena fe en el Diálogo Nacional. Sé que algunos países como Nicaragua y Venezuela han expresado que las actuaciones de la organización son improcedentes y constituyen actos de inapropiado injerencismo. A nuestro juicio cuando los Estados de nuestro continente, libremente acogieron la Carta de la OEA y la Carta Democrática, adquirieron la obligación internacional de defender la democracia y los derechos humanos en cualquiera de nuestros países. De manera que no estamos ante un acto de injerencismo sino en cumplimiento de una obligación y de un deber político y ético en razón de las graves violaciones de derechos humanos acaecidas en Nicaragua, según las evidencias documentas por la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos). Ante (estas) graves violaciones de derechos humanos desde luego se afectan las columnas esenciales de la democracia de nuestras naciones. La OEA normalmente funciona a través del Consejo Permanente y de comisiones que se ocupan de las diferentes funciones, una vez a la semana. También se reúne una vez al año la Asamblea General de cancilleres. Pues bien, dadas las características particulares de la situación presentada en Nicaragua algunos países como México, Canadá y Colombia, creímos que era necesario concebir un instrumento político que pudiese funcionar en forma permanente y eficiente. Una situación como la que nos ocupa requiere la capacidad para reaccionar y actuar todos los días en forma ágil y oportuna. La característica de permanencia, continuidad y especialización del Grupo de Trabajo hacen de este su característica fundamental. Al entregar la Presidencia del Consejo Permanente, el primero de julio, expresé que era necesario crear una comisión o grupo para atender el desafío derivado de la crisis de Nicaragua. Desde entonces invitamos a varias delegaciones, trabajamos durante varios días y logramos construir los acuerdos políticos que finalmente nos permitieron lograr no sin dificultades la aprobación por parte de 20 países (la resolución que crea el Grupo de Trabajo) en la pasada sesión del 2 de agosto.


A nuestro juicio cuando los Estados de nuestro continente, libremente acogieron la Carta de la OEA y la Carta Democrática, adquirieron la obligación internacional de defender la democracia y los derechos humanos en cualquiera de nuestros países. De manera que no estamos ante un acto de injerencismo sino en cumplimiento de una obligación y de un deber político y ético en razón de las graves violaciones de derechos humanos acaecidas en Nicaragua según las evidencias documentas por la CIDH”. Andrés González Díaz, embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA).


¿Cuál será el alcance del Grupo de Trabajo?
El alcance del grupo está definido por la propia resolución. Su objetivo es contribuir al proceso de Diálogo Nacional, incluyendo medidas de apoyo, acompañamiento y verificación en coordinación con los esfuerzos que realizan la Secretaría de la OEA, el SICA (Sistema de Integración Centroamericana) y otros actores. Esto es muy importante porque se trata de unir esfuerzos y no interferir o duplicar tareas. (El) SICA seguramente jugará un rol propio de su región, pero la relación con el Grupo de Trabajo será plenamente armónica. Adicionalmente el Grupo realizará un monitoreo continuo de los hechos y apoyará con sus acciones en la búsqueda de soluciones pacíficas a la crisis. Podrá coordinar acciones con otros organismos internaciones que se requieran para aumentar su efectividad. El hecho que el Grupo tenga carácter permanente, le permitirá desarrollar acciones sin límites de tiempo como sucede en otras instituciones destinadas a la solución de conflictos.

Lea también: ¿Qué dice la resolución de la OEA que condena al Gobierno de Daniel Ortega?

¿Qué países y cuántas personas van a integrar el Grupo de Trabajo?
Este es un asunto de suma importancia, pues en principio lo que se espera es que los que integren el grupo sean Estados verdaderamente comprometidos en encontrar una solución a la crisis bajo los principios de la OEA, como es el respeto a los derechos humanos, su compromiso con la democracia y con los valores de la organización. Desde el punto de vista de la representatividad y de acuerdo con lo establecido en el artículo 25 del Reglamento del Consejo (Permanente), en la resolución incluimos que su conformación tendrá un representante de cada grupo regional, lo cual permitirá una equitativa representación geográfica. De igual forma, la presidencia del Consejo en consultas con los coordinadores regionales designará otros miembros para el grupo, esto se debe llevar a cabo a más tardar el próximo 10 de agosto.

El gobierno de Nicaragua, a través de su canciller, desconoció la resolución aprobada y dijo que no permitirá el ingreso del Grupo de Trabajo a Nicaragua. De ser así, ¿qué procedería en la OEA?
Cualquier misión o visita requiere anuencia del país visitado. Pero el Grupo de Trabajo es mucho más que una misión o una visita. Ahora bien, las resoluciones son de obligatorio cumplimiento para todos y esta fue aprobada ajustada al reglamento del Consejo, así que la misma cuenta con toda legitimidad ante los Estados miembros. Como lo mencioné el Grupo (de Trabajo) cuenta con un mandato amplio que va desde el monitoreo, la coordinación de acciones con los organismos del Sistema Interamericano, de la Secretaria General de la OEA y con organismos regionales e internacionales, así que las visitas a territorio nicaragüense son una de las posibilidades dentro de sus mandatos y sobre lo cual esperamos que el gobierno nicaragüense analice con detenimiento el contenido de la resolución y sea consciente de las bondades que tiene en su objetivo, composición y alcance, y se dé cuenta que es un instrumento que sin duda cuenta con las herramientas para contribuir a la solución de la crisis. Esperamos que el gobierno valore la importancia de la colaboración que puede presentar un instrumento como este para contribuir a una solución que reclama el pueblo de Nicaragua. Los Estados han de valorar sus compromisos internacionales, el riesgo y las desventajas derivadas de aislarse de la comunidad internacional.

LA PRENSA/ CORTESÍA/ OEA

Algunos analistas han manifestado que, si el gobierno de Nicaragua no permite el acceso del Grupo de Trabajo, esto podría traer consecuencias para el país. ¿Cuál es su opinión al respecto?
La cooperación y el escrutinio internacional tiene cada vez más importancia en un mundo globalizado como el presente, confiamos en que el gobierno nicaragüense no se aísle, sino vea en la comunidad internacional y en especial en el sistema interamericano una oportunidad para detener la violencia, fortalecer la paz y construir una solución pacífica y duradera. Eso es lo que ansía el pueblo nicaragüense y la comunidad internacional.

Daniel Ortega habla de diálogo, pero sus acciones dicen otra cosa, el diálogo se ha estancado por decisión del gobierno y la respuesta ha sido el recrudecimiento de la represión. Por otro lado, todo indica que Ortega ya no quiere la mediación de la iglesia a quienes ha llamado golpistas, pese a que él los invitó a participar al inicio de las protestas. ¿Qué opina sobre esa reacción?
El diálogo es indispensable para la solución pacífica de los conflictos. Desde luego no cualquier clase de diálogo. Creemos que el diálogo debe ser con garantía de los derechos humanos, con todas las partes y sin estigmatizar o criminalizar a los opositores. Todas las partes deben contribuir. La iglesia ha jugado un papel fundamental. Solo el florecimiento del diálogo y de la solución política con respeto a los derechos fundamentales podrán conducir a que la vida prevalezca sobre la muerte, a que la civilización prevalezca sobre la brutalidad.

Política Colombia Nicaragua OEA archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí