Unos usan sacos y calzan tenis, otros camisas manga larga, algunos también tienen gorra, mientras otros fuman. Todos ellos son “viejos” que serán quemados a la medianoche del 31 de diciembre; una tradición que ha tenido cabida en el país desde inicios de la década de los noventa, explicó el investigador del folclor nicaragüense, Wilmor López.
El “viejo” es una figura que simboliza la despedida del año, y ahora ya es un oficio y un arte, consideró López.
Sin embargo, estos muñecos de estructura de madera, rellenos de papel periódico y vestidos con ropa de paca deben contar con un requisito: “tiene que ser un viejo decrépito, no es un viejo elegantísimo”, destacó López.
Los “viejos” se han difundido con el transcurso de los años y ahora hay una diversidad de figuras como “las viejas”, haciendo referencia a “las viejas deudas, la vieja amistad, las viejas rencillas”, explicó Héctor Villareyna Gaitán, quien tiene 19 años de elaborar “viejos”.
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Según Villareyna, él empezó en este oficio en León, después de ver como unos vecinos quemaban un “viejo” en el tradicional barrio de Sutiaba.
Él asegura que perfeccionó la técnica de hacer los muñecos al colocarles una base de madera que permite que “el viejo” pueda sentarse, arrodillarse o quedarse de pie. Este negocio se convirtió en La Casa de los Viejos, que actualmente confecciona 500 muñecos a nivel nacional.
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Wanda Obando García tiene 27 años consecutivos de quemar “el año viejo”, como sinónimo de dejar atrás todo lo malo que sucedió en el trascurso del año que acaba.
Antes ella lo confeccionaba, pero por factor tiempo ahora debe comprarlo y posterior rellenarlo con pólvora para ser quemado en el barrio Camilo Chamorro, acontecimiento que se ha convertido en una tradición en su barrio.
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Precios varían
Los “viejos” que se queman al finalizar el año tienen diferentes precios. En La Casa de los Viejos, los venden a 500, 550 y 600 córdobas; los que están vestidos como Santa Claus y “las viejas” cuestan de 700 a 800 córdobas. Estos no tienen pólvora, así que las personas deben comprarla por su cuenta y rellenarlos. Sin embargo, en los puestos de pirotecnia autorizados, “un viejo” cuesta al menos setecientos córdobas.