Escondida entre el verdor de los cerros, El Quebrachito se ha convertido en una de las comunidades olvidadas del municipio de Boaco: faltan letrinas, energía eléctrica y un pozo comunal que logre solventar la necesidad de agua en el verano.
Petrona Oporta tiene 46 años de vivir en la comunidad y no recuerda haber visto llegar un proyecto a la zona conformada por unas cien viviendas; para ella, la prioridad serían las letrinas y la energía eléctrica. En su vivienda ella tiene un pequeño pozo artesiano.
“Debe ser que el comité comarcal no hace las gestiones porque se hacen reuniones y a nosotros no nos invitan a nada”, contestó al preguntarle por qué no llegan los proyectos a dicha comunidad, ubicada a unos ocho kilómetros de la ciudad de Boaco.
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Para Darlin Hurtado, la primera necesidad “es la luz”, puesto que sería un gran beneficio. “Solo pasamos con candil, se suponía que la iban a poner hace dos años, pero nada. Aquí estamos cerca de Boaco, tuviéramos luz, pero no tenemos”, agregó.
Hurtado es parte de una microcomunidad conocida como San Pio, donde la electricidad tampoco ha llegado hasta el caserío, construido a orillas de la trocha que conecta toda la zona. Aquí, los pobladores se abastecen de agua a través de tres pozos.
Pedro López indicó que otra de las necesidades es el acceso a la comunidad, puesto que no cuentan con una ruta que llegue y deben caminar unos tres kilómetros para encontrar transporte.
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“Nos cuesta salir, llevar las cosas al pueblo o traerlas, entonces eso necesitaríamos (una ruta), para ir al pueblo, tenemos que salir hasta el relleno sanitario (el basurero), que hay como un kilómetro y medio (de distancia), de ahí, caminar hasta la carretera pavimentada”, concluyó.
Un pozo comunal lejano
Entre los pocos proyectos que han llegado a El Quebrachito, se encuentra un pozo comunal ubicado en la entrada a la comarca, justamente en la casa del dirigente comarcal. Obra que según algunos pobladores no los beneficia, puesto que está muy alejada del caserío, que está a casi un kilómetro del lugar.
Para el poblador Pedro López, la comunidad necesita un pozo más céntrico. “Incluso donaron un terreno para que construyeran el pozo, al final se hizo uno, pero quedó muy largo, porque el dirigente comunal dijo que se hiciera ahí”, señaló.
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Para resolver dicha dificultad, algunos pobladores optan por jalar agua de un pozo más cercano, el cual es privado, pero siempre les han permitido sacar agua de ahí. El problema es que dicha fuente se seca en el verano.