El gran pícaro, recreación escénica del bailete El Güegüense dirigido por la maestra Irene López, regresa a escena remozado de más brillo, más dinámico, más atrevido y con una gran participación de ingeniosas mujeres del mercado que rompen el silencio con sus pregones y se burlan en coro del autoritarismo del Cabildo Real y del mismo Güegüense.
Presentación de la comedia El gran pícaro, dirigida por Irene López, jueves 24 de agosto a las 5:00 p.m., auditorio del Hotel Hex, Estelí.
En esta versión de López las mujeres del mercado se “sublevan” burlonamente y artísticamente contra la supremacía de los principales señores (Gobernador Tastuanes, Alguacil, Escribano, Regidor y el mismo Güegüense) y adquieren un gran protagonismo en una especie de zarzuela “nicaraguanizada”, muy siglos coloniales y muy XXI.
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Se estrenó en 2003 en el Teatro Nacional Rubén Darío, su puesta en escena de una 1:15 fue exitosa y elogiada por estudiosos de la obra como Jorge Eduardo Arellano y Fernando Silva, recuerda López.
Ahora viene con formato de 45 minutos para ser presentada en colegios, universidades o centros culturales del país.
Las chismosas a escena
“La integración de Doña Suche Malinche y otras mujeres a la obra ha sido uno de los retos más interesantes, pues no se trata solamente de ponerlas de adorno y mudas como aparecen en la obra de El Güegüense”, señala López.
En su versión López ha incorporado a sus personajes incendiarios de Las Chismosas, quienes recorren el pueblo bailando sensualmente y chismeando (con diálogos cortos) y entre bailadita y bailadita se encuentran con el Gobernador y El Güegüense y se burlan de ellos con mucha gracia.
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López además crea escenas con ambientes de mercado, ahí aparecen vendedoras vestidas de indias bonitas pregonando sus productos, otras mujeres son relatoras; asimismo aparece El Arriero (un varón) realizado de entrada y al final de la obra por López.
En tanto la Suche Malinche, que es hija del Gobernador, López prefirió mantenerla en su papel de novia, la cual luego se casa con un hijo de El Güegüense.
Con nuevos sones y danzas
El público disfrutará de inicio al final de las ocurrencias, no solo de El Güegüense sino de las mujeres, sus coros, danzas y nuevos sones.
La música para la presentación de Doña Suche Malinche y sus damas ante el Gobernador Tastuanes fue cuidadosamente escogida, explica López.
“Me imaginé el entorno social que rodeaba a este personaje, embaucador, farsante y mañoso que viajaba con su recua de machos hasta México a traer ropa de contrabando para venderla en un caramanchel que instalaba en cualquier tianguis de las fiestas patronales”, refiere López.
Esto la hizo agregar, además de las piezas con que suele bailar esta obra, sones como el Jarabe tapatío, antiguo baile regional folclórico del México virreinal, que se dice surgió a finales del siglo XVII o XVIII. Pieza que sirve para acompañar el cortejo de la “niña de México”.
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López también agrega la cancioncilla La lipidia (letra de su autoría), con música de las notas de El borracho, original de El Güegüense. Y que dice: “Te va llevar el diablo por / corrupto y… ladrón / Te va llevar el diablo a vos / Señor Gobernador. (Se repite)”.
Por igual incorpora en sus movidas escenas a un grupo de gitanos, según sus investigaciones, dice López, estos personajes eran viajeros constantes, a como lo era el mismo Güegüense.
Y para su representación decidió escoger el Baile de Húngaras (os) y vestirlas (os) con trajes de fantasía, panderetas y palmeado de manos. Y de música decidió integrar el Son de Pascuas no. 15, de Carlos Ramírez.
López también realizó adaptaciones de la música tradicional con que suele presentarse la versión barroca de El Güegüense.
Y ajustado a las danzas y escenas de la obra, estos sones los ha retitulado para su propósito como: Tianguis, Los viejos y los machos, Los machos se integran a la obra, Los señores principales, La lipidia, Los policías, Las chismosas, Las criadas, El pacto, Las gitanas, La niña de México, Cabildo real, Falso y verdadero, |El borracho, El brindis, ¡Y que siga la fiesta¡, entre otros. De estos López, repite algunos en sus diferentes
López también reconoce que realizó adaptaciones de la música antigua con que suele presentarse la versión barroca de El Güegüense, para sus nuevas escenas danzarias.
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Y las ha nombrado como: Tianguis, Los viejos y los machos, Los machos se integran a la obra, Los señores principales, La lipidia, Los policías, Las chismosas, Las criadas, El pacto, Las gitanas, La niña de México, Cabildo real, Falso y verdadero, El borracho, El brindis, ¡Y que siga la fiesta¡, entre otros.
De los sones de la música antigua, aclara López, repite algunos, pero con diferentes coreografías.
La maestra Irene López sostiene que las danzas, pasos y movimientos originales están irremediablemente perdidos, por esta razón ve su recreación como un rescate o versión que ofrece una nueva dimensión escénica y dancística de la obra, y que le viene a dar mayor brillo a su puesta en escena.
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Asimismo permite que sus personajes, que son mujeres del pueblo, se empoderen genialmente de la obra; esta nueva interpretación permite además ofrecer una historia más actualizada y participativa; en el libreto (castellano-náhuatl) copiado por Álvarez Lejarza, el papel de la mujer es secundario y sin parlamento.
En el estreno de esta obra de López, de una hora y 15 minutos participaron más de cuarenta bailarinas (es), de la Compañía de Danza Irene López. Y en la nueva obra ventiuno, catorce son mujeres.