El boxeador Cristofer Rosales habla de cierta revolución en su boxeo: “Cambié el golpeo pausado por el hostigamiento incesante, estoy listo”, dice. Es mañana de jueves en el gimnasio Róger Deshón, en Managua, y este muchacho que tendrá una pelea eliminatoria en Inglaterra el 26 de mayo, también comparte con la voz alegre que está a cinco libras del peso.
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Andrew Selby, rival al que enfrentará Rosales en la Motorpoint Arena, en Gales, se encontrará con la versión más sofisticada del nicaragüense: largas combinaciones, presión abrumadora y mayor movilidad de cadera y cabeza, para no ser un blanco fijo. “Me imagino una pelea no muy dura porque sé que golpeándolo fuerte, él no sabrá qué hacer. Voy a buscar el nocaut”, promete Rosales, considerado una de las promesas actuales del boxeo casero.
Este miércoles fue día de cumplir con el prepesaje ordenado por el Consejo Mundial de Boxeo a diez días para el combate. Rosales marcó 117.4 libras. El 25 de mayo deberá marcar 112 o menos en el pesaje oficial en patio ajeno.
No hay un título de por medio esta vez, pero sí la promesa de que el ganador quedará con la mano alzada para optar al cinturón del organismo en manos del mexicano Juan “Churritos” Hernández.
127 rounds de sparrings
“Confiamos en el trabajo que hemos realizado”, cuenta su entrenador Róger González.
“Estuvimos reconcentrados por más de un mes, entrenando y descansando. El plan de pelea que llevamos es para arrasar a nuestro rival. Ya hoy (ayer) terminamos el guanteo, completamos 127 rounds y Cristofer está alimentándose de forma nutritiva y más importante todavía es que no ha tenido que amarrarse el estómago para acercarse al peso”, agregó González, sin despegar la mirada atenta de su pupilo.