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El trabajo a distancia: ayer utopía, hoy realidad

Los países más desarrollados están poniendo en práctica esta modalidad, que concilia mejor la vida laboral con la vida personal, aumentando la tan deseada productividad

El teletrabajo y el trabajo móvil con tecnologías de la información son una tendencia al alza en el mundo, principalmente para fomentar un mayor equilibrio entre la vida personal y la laboral, pero su implementación aún varía considerablemente al ir desde el dos al cuarenta por ciento, dependiendo del país.

Así lo revela el nuevo informe Trabajar a toda hora, en cualquier lugar: Efectos sobre el mundo del trabajo, publicado esta semana por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Eurofound.

El estudio recoge una investigación efectuada en 15 países, incluyendo diez de la Unión Europea (UE): Alemania, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Hungría, Italia, Holanda, Suecia y el Reino Unido, así como en Argentina, Brasil, EE. UU., India y Japón.

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El informe concluye que el teletrabajo, aunque es un “fenómeno al alza” y beneficia ya a hasta un tercio de los empleados en algunos de los países analizados, “no es aún una práctica generalizada”. El porcentaje de empleados que ejercen el teletrabajo y el trabajo móvil varía desde un veinte por ciento de media en EE. UU., un 19 por ciento en la India en la economía formal y un 16 por ciento en Japón, a solo un dos por ciento en Argentina.

En el caso de Brasil no hay datos concretos, pero los servicios de telemedia se han duplicado en la última década y alcanzaron el uno por ciento del empleo formal antes de estancarse durante la crisis económica.

En la UE una media del 17 por ciento de los empleados efectúan el teletrabajo, un método que lideran los países escandinavos y a los que siguen, a cierta distancia, Bélgica, Francia, Holanda y el Reino Unido.

Lento avance

Cuatro de los países comunitarios estudiados se sitúan por contra por debajo de la media: Alemania, Hungría, Italia y España, país donde el 6.7 por ciento de los trabajadores practica el teletrabajo.

El teletrabajo ha aumentado desde principios del Siglo XXI, pero con diferencias considerables según los países. En EE. UU. el 37 por ciento de los empleados indicaron en 2015 que trabajaban a distancia o desde casa, frente al treinta por ciento de hace una década.
En Europa, en Francia la proporción de trabajadores que emplea este método ha pasado de un siete por ciento registrado en 2007 a un 12.4 por ciento en 2012, y en Suecia de un 36 por ciento en 2003 a un 51 por ciento en 2014.

No obstante, la penetración es muy baja en otros países y la expansión del teletrabajo incluso se ha detenido en algunos estados en los últimos años, como es el caso de Hungría. Pese a que en Francia el teletrabajo ha aumentado, este no ha sido implementado aún en la mayoría de las grandes empresas: el 75 por ciento de las compañías de mayor tamaño permite esta práctica, pero solamente en proyectos piloto.

En Alemania, solo el 12 por ciento de todos los empleados del país trabajan principalmente u ocasionalmente desde casa, a pesar de que el cuarenta por ciento de los puestos se prestan a esta forma de trabajo.

En la mayoría de los países un porcentaje importante de empleados efectúa ocasionalmente y no de manera regular el teletrabajo, y esta práctica es más común entre profesionales cualificados, a menudo en posiciones directivas, y entre oficinistas, comerciales y autónomos.

Pero no todo es color de rosa: “El uso de las tecnologías de la comunicación moderna contribuye a conciliar mejor la vida profesional y personal pero, al mismo tiempo, confunde los límites entre el trabajo y la vida personal”, advirtió el coautor del informe, Jon Messenger, de la OIT.

Por ello abogó por limitar a dos o tres días semanales las jornadas que los trabajadores pueden pasar fuera de la oficina.
El “derecho a desconectar” podría también ofrecer una solución, señala el informe.

Pros y contras

Entre las ventajas que ofrece el teletrabajo se encuentran una mayor flexibilidad a la hora de organizar el trabajo, una mayor autonomía y productividad, menos tiempo perdido para llegar al trabajo y un mejor equilibrio entre la vida privada y la laboral.

En el otro lado de la balanza destacan la tendencia a trabajar más horas, interferencias entre el trabajo pagado y la vida privada, el aislamiento y una intensificación del trabajo. Según el informe, los porcentajes de estrés y de trastornos del sueño que padecen aquellos que están permanentemente conectados, son el doble que los que trabajan en las oficinas de las empresas.

Por género

En cuanto al género, los hombres recurren más a este tipo de arreglos laborales (54 por ciento) que las mujeres (36 por ciento), pero estas lo hacen de manera más regular desde casa que los hombres, según el informe Trabajar a toda hora, en cualquier lugar: Efectos sobre el mundo del trabajo, publicado esta semana por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Eurofound.

Economía Empleo OIT tecnología Teletrabajo archivo

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