El fenómeno de masas en el que se convirtió la primera adaptación cinematográfica de la saga literaria de Harry Potter (2001) lo catapultó al estrellato. Devon Murray (27) interpretaba a Seamus Finningan y esa fama lo llevó a sufrir depresión desde hace una década.
“Llevaba diez años luchando en silencio contra la depresión y recientemente decidí contarlo, lo que ha supuesto una gran diferencia para mí”, reveló el intérprete irlandés en su cuenta de Twitter con motivo del Día Mundial de la Salud, para añadir a continuación que llegó un momento en el que incluso pensó en quitarse la vida.
“Este mismo año se me llegó a pasar por la cabeza la idea de suicidarme”. “Estoy muy feliz de que mi testimonio los ayude”, dijo.