El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, garantizó este miércoles a los miles de emigrantes cubanos que se encuentran varados en este país desde el 14 de noviembre, que el Gobierno hará todo el esfuerzo posible para que lleguen a Estados Unidos, su destino final.
“Vamos a hacer todo lo necesario para que estas personas vayan a su destino, y mientras estén aquí vivan con dignidad”, declaró el mandatario en una rueda de prensa, luego de una actividad oficial en San José.
Solís aseguró que tras la oposición de Nicaragua a permitir el paso de los isleños, Costa Rica está realizando contactos bilaterales con los otros países involucrados en la ruta migratoria de estas personas, para buscar una solución.
La solución pasa por “establecer rutas que les permitan continuar su viaje. Las condiciones, el tiempo y el número son detalles que estamos afinando, pero en esta situación es evidente que no vamos a tener la cooperación de Nicaragua y por lo tanto debemos tomar otras medidas que se están estudiando”.
Solís afirmó que Costa Rica no abandonará a los emigrantes cubanos, pero advirtió que su viaje a Estados Unidos será un proceso que tomará tiempo.
“En Costa Rica vamos a facilitar su tránsito y esto conlleva un esfuerzo muy grande no solo para hacer las negociaciones finales con cada país, muchos de los cuales anunciarán medidas en los próximos días, sino también para garantizar, en tanto se encuentren en nuestro territorio, las condiciones adecuadas”, expresó.
El martes se llevó a cabo en El Salvador una reunión de cancilleres de los países de Centroamérica, República Dominicana, Cuba, México, Ecuador y Colombia, con el fin de buscar una solución a la crisis actual y también a largo plazo sobre la emigración cubana.
Sin embargo, Nicaragua se mantuvo firme en no permitir el ingreso de los cubanos a su territorio, y acusó a Costa Rica de provocar una crisis humanitaria para “ignorar la responsabilidad de Estados Unidos en el aliento de la migración ilegal” y le exigió retirar a los inmigrantes de la zona fronteriza.
Solís también dijo que para resolver la crisis es necesario que se “ralenticen” los flujos de cubanos hacia Costa Rica desde Panamá.
Los cubanos salieron legalmente vía aérea de Cuba hacia Ecuador, donde no les exigen visa, y desde ahí transitaron de manera irregular por Colombia y Panamá, hasta Costa Rica.
El Gobierno costarricense ha atribuido esta oleada migratoria al desmantelamiento de una red de tráfico de personas y al “rumor” que hay en la isla de que Estados Unidos eliminará leyes migratorias que favorecen a los cubanos.
CRITICAN POSICIÓN DEL GOBIERNO DE ORTEGA
A juicio del doctor Uriel Pineda, especialista en temas de derechos humanos, el Gobierno de Nicaragua, además de ganarse el descrédito internacional, no supo manejar un caso humanitario, enfocándolo como peligro para la soberanía.
“(El Gobierno de) Nicaragua pierde autoridad moral para cuestionar el actuar de otros países que vulneren derechos humanos de las personas migrantes. Hasta abogar por los derechos de compatriotas no sería observado como una postura congruente”, cuestionó Pineda.
A su vez, el experto nicaragüense asegura que el Gobierno de Costa Rica maneja el tema de forma audaz y con tacto diplomático. “Ante la comunidad internacional, ellos (los costarricenses) han quedado como promotores de los derechos humanos de los cubanos con su propuesta del corredor humanitario y (el Gobierno de) Nicaragua como el que obstaculizó su tránsito hacia Estados Unidos”, señaló Uriel Pineda.
Para el exdiputado liberal José Pallais, la acción negativa de Daniel Ortega con los ciudadanos cubanos varados en Costa Rica, tuvo más peso político e ideológico para negarles el tránsito por Nicaragua.
“Era una cuestión de derechos humanos, de solidaridad y de espíritu cristiano, pero pudo más su sumisión e interés político e ideológico para congraciarse con los Castro de Cuba”, dijo Pallais.
Pallais expresó que el hecho de que Nicaragua sea ignorada en el tránsito de los isleños es una derrota diplomática y de orden moral para Ortega.
“ORTEGA VIOLADOR DE DERECHOS HUMANOS”
La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, condenó la actuación de la delegación de Nicaragua en el Sistema de Integración Centroamericana (SICA). “Como nicaragüense siento vergüenza”, reaccionó Núñez, quien consideró que la posición del Gobierno va en contra de todas las normas internacionales, de la Constitución y de los compromisos que ellos mismos aducen que han adquirido. “O sea, en contra de sus mismos discursos que demagógicamente de vez en cuando lanzan cuando otro país hace algún gesto parecido al que se está viviendo”, dijo Núñez.
“Daniel Ortega es un violador reincidente de los derechos humanos”, sostuvo Núñez, tras apuntar: “Todo país tiene derecho a cuidar su frontera… Una cosa es cuidar su frontera y otra es agredir con fuerzas del Ejército”, pero lo peor, dijo Núñez, es “impedir que se encuentre una solución”.
3,600 visas temporales de tránsito ha otorgado Costa Rica a los cubanos que llegaron a su frontera con Panamá, y ha habilitado 12 albergues para brindarles ayuda humanitaria en comunidades cercanas a la frontera con Nicaragua.
CUATRO NICAS PRESOS
Elvin Antonio Torres Hernández, Silvio Antonio Méndez Pineda, Steven Aramín Zúniga Sáenz y Carlos Misael Pineda Sáenz, todos originarios de Somotillo, Chinandega, fueron detenidos porque en los vehículos en que viajaban, llevaban a diez cubanos indocumentados.
De acuerdo con el capitán Elio Martínez, vocero de la Policía de Rivas, los diez cubanos que entraron ilegalmente a Nicaragua, iban a bordo de los vehículos placas CH2057 y CH02531, y al no presentar documentos de ingreso al país, las autoridades procedieron a revisarlos y detenerlos. Los diez cubanos indocumentados fueron puestos a la orden de Migración y Extranjería, y los cuatro nicaragüenses remitidos al Ministerio Público, instancia a la que corresponde acusarlos por el delito de tráfico de inmigrantes ilegales.
De acuerdo con Martínez, entre la semana pasada y los primeros días de esta semana, han detenido a varios ciudadanos que trasladan por veredas a los migrantes hasta llegar a la frontera con Honduras. Ramón Villarreal
(Colaboración de Emiliano Chamorro y Elízabeth Romero).