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El general Augusto C. Sandino desarrolló su lucha contra los marines norteamericanos en el norte del país, pero de vez en cuando burlaba la vigilancia del Ejército invasor para visitar Niquinohomo. LA PRENSA/ CORTESÍA/ IHNCA

El Sandino de Niquinohomo

“En La Victoria, antenoche (domingo 19 de junio de 1921) a las 7:00 p.m., hora del Rosario, en la puerta de la iglesia Augusto Sandino dio un balazo en una pierna a Dagoberto Rivas”, reportó el periódico La Tribuna en su edición del 21 de junio de 1921.

“En La Victoria, antenoche (domingo 19 de junio de 1921) a las 7:00 p.m., hora del Rosario, en la puerta de la iglesia Augusto Sandino dio un balazo en una pierna a Dagoberto Rivas”, reportó el periódico La Tribuna en su edición del 21 de junio de 1921.

Es una nota breve pero fue la primera vez que Sandino apareció en las noticias nacionales. Otro periódico, La Noticia, ese mismo día también brevemente señaló que Rivas le dio una bofetada a Sandino, quien luego sacó un revólver “y le disparó a su agresor, habiendo el proyectil cortado la carnosidad del muslo, sin interesarle el hueso”. Además de sacar del anonimato a Sandino, ese hecho también significó la salida del héroe nacional de su natal Niquinohomo, pueblo que en un tiempo quisieron llamar La Victoria por el triunfo que en sus cercanías obtuvo en 1870 el presidente Fernando Guzmán en contra de un grupo de sublevados.

Aunque hay varias versiones sobre los motivos del enfrentamiento entre Sandino y Rivas, el periodista José Román relató que el héroe mismo le confesó que él y Rivas habían sido amigos, pero un vecino le llevó el “chisme” de que Sandino “estaba enredado en asuntos amorosos” con una hermana de Rivas que era viuda y que el día que se vieron en la iglesia Rivas le propinó una bofetada. En la denuncia, que Rivas presentó, dijo que él había ofendido primero a Sandino.

La figura de Augusto C. Sandino está presente en todo el municipio de Niquinohomo a través de diversas estatuas, nombres de establecimientos y de un museo. LA PRENSA/ U. MOLINA
La figura de Augusto C. Sandino está presente en todo el municipio de Niquinohomo a través de diversas estatuas, nombres de establecimientos y de un museo.
LA PRENSA/ U. MOLINA

Sandino tuvo que huir de Niquinohomo para no caer preso, primero a la costa Atlántica y luego hacia el norte, a Honduras, México y Estados Unidos. Pocas veces regresó a Niquinohomo, porque después, en 1927, inició su lucha para sacar a los marines del país. Cuando ya era el general Sandino, casi siempre alguien lo delataba con los marines de que andaba en Niquinohomo y los norteamericanos corrían a buscarlo para darle captura. En Niquinohomo solo había un guardia, recuerda Ulises Calderón Franco, sobrino de Margarita Calderón, la madre de Sandino.

El Diario Moderno, en la edición del martes 9 de agosto de 1927, titula en la portada: ¿Apareció el rebelde Sandino en Niquinohomo? y en la introducción dice: Salió una comisión de americanos a verificar sobre la veracidad de tal noticia. “De cualquier modo será capturado”, dijo un marine en el cuerpo de la nota.

La infancia de Sandino

Ulises Calderón Franco era un niño cuando se sentaba a escuchar a la tía Margarita Calderón sus relatos sobre el guerrillero y uno de ellos fue cómo quedó embarazada de Sandino.

Una tarde, una amiga le dijo que en la finca de Gregorio Sandino había corte de café y estaban pagando a cinco centavos el medio. “Voy a pedir los dos equipos (un canasto y un saco) para que vayamos”, le dijo la amiga a Margarita.

Mientras cortaba café, Margarita oyó una voz que le decía: “¿Margarita, te ayudo?” Eso ocurrió durante tres días seguidos, en los cuales Margarita siempre respondió que no, que muchas gracias, pero estaba bien cortando café. Al cuarto día fue cuando Gregorio Sandino le dijo a Margarita Calderón que si aceptaba ser su amante le iba a alquilar un cuarto. Margarita acepta, pero poco después se da cuenta que estaba embarazada y Gregorio no volvió a buscarla, relata Ulises Calderón, quien actualmente vive en Masatepe.

Lastenia Zambrana conoció a Sandino y ella aún vive en Niquinohomo. LA PRENSA/ U. MOLINA
Lastenia Zambrana conoció a Sandino y ella aún vive en Niquinohomo.
LA PRENSA/ U. MOLINA

El propio Sandino le relató al periodista José Román la dura infancia que tuvo. Él y su madre no tenían dónde vivir y él casi siempre andaba con ella ayudándole a cortar café. En una ocasión cayó preso junto con ella porque Margarita había aceptado dinero, “unos pocos pesos”, en una finca y luego se fue a trabajar a otra. En la cárcel, Margarita tuvo una hemorragia. “El disgusto y el maltrato brutal produjeron a mi madre un aborto que le ocasionó una copiosa hemorragia, casi mortal. Y a mí, solo, me tocó asistirla”, relató Sandino.

En una ocasión en que llegó a Niquinohomo, cuando ya era famoso por su lucha contra los marines, Sandino visitó la casa de Orlando Zambrana, quien estaba casado con Zoilamérica Sandino Tiffer, hermana del general. Orlando le dijo a Sandino que quería presentarle a sus hijas, Hilda y Lastenia.

Lastenia, entonces una niña, relata que ella escuchaba hablar de Sandino, que andaba en la guerra y después se encuentra con que el famoso guerrillero ahora era cuñado de su papá. “Ve, Orlando, ya pronto vas a ser suegro”, dijo Sandino y Lastenia hizo un gesto de disgusto: “Hmmm”.

El general Augusto C. Sandino desarrolló su lucha contra los marines norteamericanos en el norte del país, pero de vez en cuando burlaba la vigilancia del Ejército invasor para visitar Niquinohomo. Esta foto fue tomada en San Rafael del Norte.

“Yo lo quedaba viendo desde los pies hasta la cabeza. Era chaparrito, con semejantes botas hasta aquí (se señala cerca de las rodillas), cueras les decían, con la gran pistola y la gran faja de tiros, sombrero de fieltro para arriba, con la carita (arruga el rostro), carita de vieja le decíamos”, recuerda Lastenia entre risas. “Entre nosotras (ella y su hermana) decíamos que (Sandino) era feo, pero valiente, muy hombre”, agrega.

El carácter de Sandino era muy fuerte. Ulises Calderón Franco recuerda que su tía Margarita siempre contaba que en una ocasión Sandino llegó a verla y un gato se subió a la mesa “lamiendo los trastes”. Al general no le gustó, sacó su machete y le cortó la cabeza al animal, causando miedo en su madre.

Calderón Franco también relata que cuando joven Sandino vivía en la casa de su padre, pero estaba como aislado. Tenía una jícara, un plato y una cuchara aparte. El mismo Sandino relató que, a pesar de los ruegos de su hermano Sócrates, su madrastra América Tiffer lo mantuvo comiendo junto con los sirvientes de la casa.

María Natalia Sánchez Sandino, hija de Sandino, vivió en Niquinohomo pero murió en Managua, en 1960. LA PRENSA/ REPRODUCCIÓN
María Natalia Sánchez Sandino, hija de Sandino, vivió en Niquinohomo pero murió en Managua, en 1960.
LA PRENSA/ REPRODUCCIÓN

Cuando en una ocasión Sandino enfermó de gripe, vio que todos los utensilios se los apartaron para que no contagiara a nadie y resolvió irse de la casa de su padre. “A los 14 años vio que ya no era grato en la casa de Gregorio y se fue a alquilar un cuarto donde José Téllez Conrado. Un córdoba con veinte centavos le cobraba por la mensualidad”, cuenta Ulises Calderón.

Antes de abandonar Niquinohomo y convertirse en guerrillero Sandino se ganaba la vida comercializando granos. “Compraba frijoles y café por medio y cuartillo. Los iba almacenando y después alquilaba un caballo y los iba a vender a Masaya”, asegura Calderón.

Gregorio Sandino, cuando su hijo ya era famoso, sí lo reconocía plenamente y una vez lo sacó a pasear por todo Niquinohomo. El papá de Calderón Franco se llamaba Vicente y era empleado de Gregorio Sandino y en una ocasión le ordenó que preparara tres caballos, uno para Gregorio, otro para Sandino y otro para un guardaespaldas de Sandino.

Durante el paseo “todo Niquinohomo cerró las puertas, solo dos personas les abrieron las puertas, la Josefa Tapia, esposa de Narciso Calderón, y Catalina Calderón, una regando agua y la otra flores”, cuenta Calderón Franco.

Debido a que los periódicos de la época siempre llamaban rebelde a Sandino, muchos nicaragüenses tenían un mal concepto del guerrillero y en Niquinohomo pegó con fuerza la idea de que era un “bandolero”. A eso se sumaba que los periódicos reproducían los ataques de los enemigos de Sandino, como José María Moncada y también los partes oficiales de los marines.

Niquinohomo es hoy un pueblo en el que, 81 años después de su asesinato, desde la entrada está la presencia de Sandino con una hermosa estatua del general. La casa que era de Gregorio Sandino, donde Sandino vivió su adolescencia, es un museo donde se exhiben réplicas de los enseres de la época del guerrillero y algunas piezas originales. Y hay otra estatua enorme cerca del atrio de la iglesia, donde Sandino una vez baleó a Dagoberto Rivas, el 19 de junio de 1921.

La hija niquinohomeña

Cerca del cementerio de Niquinohomo vive Lourdes Dávila Pavón, quien en la sala de su casa tiene dos hermosos retratos, uno de Sandino y otro de su abuelita materna Natalia Sánchez Sandino.

El rostro de la “abuelita” Natalia es casi idéntico al del general Sandino. “Mi abuelita Natalia es hija del general. Sandino es el abuelo de mi mamá Mercedes Pavón”, asegura Lourdes Dávila.

La historia afirma que Sandino se casó con Blanca Aráuz y de ese matrimonio nació Blanca Sandino Aráuz, pero de Natalia Sánchez no se dice nada. En la parroquia de Niquinohomo había un documento, el acta de matrimonio de Natalia Sánchez Sandino con Arístides Pavón, en la que se hacía constar que la Natalia es “hija ilegítima de Mercedes Sánchez y el famoso guerrillero de Las Segovias, Augusto Calderón Sandino”. El acta la firma el padre Guillermo Kienes. En la parroquia de Niquinohomo dicen que ese documento se lo llevó una autoridad de la Iglesia católica de Managua y ya no se encuentra en archivo.

A Walter Castillo Sandino, hijo de Blanca Sandino Aráuz, le irrita que se diga que el general Sandino tuvo otra hija aparte de su mamá. Se apoya para negar a Natalia diciendo que Sandino dejó muchos escritos y en ninguno de ellos habla sobre Natalia.

 

Reportajes Nicaragua Niquinohomo Sandino archivo

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COMENTARIOS

  1. + que una verdad
    Hace 9 años

    Las raíces del General no apuntan a un solo descendiente, las raíces y las ramas del árbol que llevan sangre y savia del General están vivas en toda Nicaragua y muchas de ellas en Niquinohomo. La familia de Natalia Sánchez sigue siendo pobre igual a como creció y vivió Nuestro General. Sandino y su madre Margarita Calderón eran víctimas de las injusticias burguesas y oligarcas. Sandino no perseguía beneficios y reconocimientos, luchó para despertar la valentía popular. Bien dicho Lourdes abrazos

  2. Hace 9 años

    Me gusto el reportaje. La verdad todo lo concerniente a la historia de mi pais me encanta. Tuve la oprtunidad d estar en el museo de sandino hace muchos años cuando estube en la vela de un compañero porcierto de apellido Sandino k la familia vive a un costado de la casa museo, en el jardin de la casa hay una bancas de concreto, ahia pasamos parte de la noche para refujiarnos del frio. Y d pronto estaba en la casa del general sandino, no keria k terminara la noche, keria sentir su presencia. Al

  3. Pepeluis
    Hace 9 años

    Cuantas penas llevaba el hombre. Que tragica la historia familiar no sorprende que era arrecho. Me gusto el articulo.

  4. Hace 9 años

    me alegra saber que un ser humilde y apoyado por su pueblo hoy siga viva su historia que ha muchos nos llena la expectativa de un hombre que enfrento a la oligarquia …una oligarquia que acaba con el buen pensamiento de una voz y un pueblo que aclama paz.

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