El presidente de Cuba, Raúl Castro, dejó ayer claro que la isla no renunciará a su modelo socialista con el acercamiento a Estados Unidos. Auguró una lucha larga y difícil por el fin del bloqueo y anunció su asistencia a la próxima Cumbre de las Américas.
Tres días después del anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con EE. UU., Castro clausuró el último pleno del año de la Asamblea con un mensaje de agradecimiento al presidente Barack Obama por el cambio de su política hacia Cuba.
Asimismo confirmó su asistencia a la Cumbre de las Américas, en Panamá en abril de 2015, cita a la que la isla nunca ha asistido.
Obama confirmó hace unas semanas su presencia en esa cumbre, que promete ser el escenario de la reconciliación entre Cuba y Estados Unidos, que en enero iniciarán diálogos con delegaciones de alto nivel para avanzar en la normalización de sus lazos.
Aunque consideró que el acercamiento entre los dos países es un paso importante, Castro advirtió de que queda por resolver lo esencial, que es el fin del embargo económico de Estados Unidos sobre Cuba. Espero que el presidente Obama utilice con determinación prerrogativas ejecutivas para modificar sustancialmente el bloqueo en aquellos aspectos que no requieran la aprobación del Congreso, indicó.
La política de embargo económico a Cuba está vigente desde 1962 y fue elevada a rango de Ley en 1996, con la norma conocida como Ley Helms-Burton, por lo que su derogación definitiva exige la ratificación del Congreso.
Como parte del acuerdo anunciado el miércoles, la Casa Blanca ha aprobado medidas que alivian sustancialmente el bloqueo sobre la isla, al relajar las restricciones al envío de divisas, las exportaciones o los viajes a la isla.
Castro señaló ser consciente de las virulentas críticas que ha tenido que soportar Obama por su acercamiento a Cuba por parte de fuerzas que se oponen a la normalización de relaciones. Tras décadas de confrontación, harán todo lo posible por sabotear este proceso sin descartar acciones provocativas. Por nuestra parte se animará una conducta prudente, moderada y reflexiva, pero firme, aseguró.
El presidente resaltó que en los encuentros de alto nivel, Cuba está dispuesta a discutir sobre todos los temas en igualdad y reciprocidad, aunque subrayó que eso no significa que la isla vaya a renunciar a su sistema político socialista.
De la misma forma que nunca nos hemos propuesto que EE. UU. cambie su sistema político, exigiremos respeto al nuestro, recalcó.
Castro señaló que es necesario comprender que Cuba es un Estado soberano, cuyo pueblo decidió en libre referendo aprobar en su Constitución su rumbo socialista. No debe pretenderse que, para mejorar las relaciones con Estados Unidos, Cuba renuncie a las ideas por las que ha luchado durante más de un siglo, por las que su pueblo ha derramado mucha sangre y ha corrido muchos riesgos, advirtió.
En su discurso, en el que defendió el plan de reformas económicas emprendidas en la isla para actualizar su modelo socialista, Castro no hizo ninguna mención a la situación de los más de cincuenta presos políticos que Cuba se ha comprometido a liberar tras el acuerdo con EE. UU.
Fruto de ese acuerdo, los tres agentes cubanos del grupo de Los Cinco, encarcelados en Estados Unidos en 1998 y condenados en 2011 a largas penas por espionaje, fueron liberados y enviados de vuelta a Cuba, donde son considerados héroes de la revolución.
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