Lucía Navas y Tania Sirias
Venezuela no decide cuánto frijol negro comprará a Nicaragua de la producción que resulte del ciclo agrícola que ya arrancó. Las negociaciones sobre las cantidades y los precios de compra siguen entre las autoridades de Gobierno de ambos países.
Álvaro Fiallos, presidente de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG), espera que haya un aumento del pedido de Venezuela, ya que la demanda de ese mercado ha estimulado el aumento de la siembra local de frijol negro.
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El contrato actual con el gobierno de Nicolás Maduro es por setecientos mil quintales de frijol negro; a los productores de la UNAG les corresponden unos cien mil quintales que venden a 41 dólares cada uno. Fiallos dijo que ese pedido lo terminan de entregar este mes.
La producción de frijol negro en el ciclo cosechero anterior fue por 1.5 millones de quintales. Fiallos indicó que el excedente después de la venta a Venezuela se está exportando a Costa Rica y “un poco a Estados Unidos”. “También hay interés de México y Canadá”, dijo.
Descartó la UNAG una vez más que las exportaciones de frijol a Venezuela sean causa del alza del precio de la libra de la variedad rojo, que se cotiza a 25 córdobas la libra.
Pero el diputado Eliseo Núñez, miembro de la Comisión Económica de la Asamblea, asegura que detrás de la especulación con el grano está el Frente Sandinista, Alba Alimentos de Nicaragua SA y la familia Ortega Murillo, a quienes acusa de frenar la producción de este producto con el cierre de las fronteras e incentivar la siembra de frijol negro para exportarlo a Venezuela.
“Esto puso en riesgo la seguridad alimentaria del país y ahora están queriendo echar la culpa a la especulación para poder sacarse ese golpe de encima”, acusó el diputado del Partido Liberal Independiente.
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