El origen exacto del plato se ignora, se suele afirmar que data de mediados del siglo XX y que procede de la invención de Giuseppe Cipriani1 en el Harry’s Bar de Venecia, donde habría sido preparado a pedido de una cliente y amiga, la condesa Amalia Nani Mocenigo, a quien su médico le había prescrito comer carne cruda.
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Para encontrar la receta original del carpaccio (elaborada a base de finísimas lonchas de solomillo de buey crudas aderezadas con un chorrito de limón) es preciso viajar hasta la bella Italia. Y decimos “receta original” porque a partir de ella han surgido numerosas interpretaciones tanto en el país alpino como fuera de él (en España, por ejemplo, esta receta llegó en los años ochenta y por aquel entonces ya era conocida en un buen número de países europeos).
De este modo, han ido apareciendo carpaccios de otras carnes (además de la de buey), así como de diversos pescados o mariscos (rape, bacalao, merluza, pulpo, vieiras…), setas, queso, e incluso de frutas como la fresa, la naranja, etc.
A continuación te sugerimos algunos consejos de Hola.com por si te animas a preparar un carpaccio casero, así como diversas recetas.
MUCHO OJO
—Si lo vas a preparar con carne, conviene que esta sea roja. Si es un pescado, lo mejor será elegir los lomos.
—Recuerda que las lonchas han de ser lo más finas posible. Para ello el secreto está en la congelación previa de las carnes y aprovechar el momento de descongelación adecuado para poder obtener dichas lonchas, cuyo grosor ha de ser casi como el del papel.
—Las láminas se suelen presentar formando un abanico en el plato y podrán ir aliñadas con aceite, vinagres de distintos sabores, mostaza, limón, cebollino, sal, pimienta u otros condimentos o especias según el gusto.
—No olvides que el carpaccio es un plato que se elabora con alimentos crudos, por lo que es de gran importancia adquirir la mejor materia prima y garantizar así su frescura y calidad.
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