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Alejandro Serrano Caldera

Sociedad y democracia

La práctica política y el ejercicio del poder en Nicaragua están conduciendo a la consolidación de un sistema autocrático, en el que van desapareciendo los principios de la democracia y del Estado de Derecho.

Las reformas constitucionales, recién aprobadas, llevan, en lo fundamental, a la concentración del poder y a la posibilidad de la permanencia indefinida en el mismo, favoreciendo así el surgimiento de la figura del caudillo y del poder personal omnipotente, a la vez que buscan como legitimar retroactivamente una serie de decisiones adoptadas en contra de lo que establecen la propia Constitución y las leyes

Todo esto es sumamente delicado pues nos lleva a repetir situaciones que deberían estar superadas y que podrían producirse de nuevo, debido al cierre progresivo de los espacios políticos y jurídicos, con el consecuente deterioro de la teoría y práctica de la democracia y del principio de representación que está en el origen de la misma.

La democracia moderna nace sustentada en la idea de la representación, mediante la cual se establece que los representantes legitiman su situación en la medida en que actúan dentro del marco legal y en nombre de los representados, que es en quienes reside la fuente de la soberanía. Este es el principio fundamental de la democracia, y de la legitimación del poder, tanto en el acto de su nacimiento como en el proceso de su desarrollo.

Por eso la democracia, antes y más que un sistema político, es la filosofía de los límites al ejercicio de la autoridad a través de sus expresiones principales: la ley, las instituciones, la separación de poderes, las formas procesales legalmente establecidas para ejercer el poder, y los sistemas políticos y demás disposiciones jurídicas que regulan el comportamiento del Estado.

La idea de la democracia y el Estado de Derecho es, entonces, el equilibrio de tres elementos constitutivos: la legalidad, que es el apego al mandato de la ley; la legitimidad, que es la subordinación de la ley a la voluntad general, y la ética, el ethos, conjunto de valores y principios sobre los que se fundamentan la legalidad y la legitimidad.

Hay pues un encadenamiento necesario entre el poder, la ley, la voluntad general y la ética política. La ley puede dar legalidad cuando es formalmente válida y, al mismo tiempo, negar legitimidad, cuando no expresa la voluntad general.

Por todo ello es fundamental la reelaboración en nuestro país de la idea de la política, lo que exige necesariamente un cambio cualitativo en la sociedad civil y su relación con los partidos políticos y el Estado. La reconstrucción de la sociedad, o más preciso aún, de la ciudadanía, es fundamental para reorientar la práctica política y el ejercicio del poder en Nicaragua.

Si realmente creemos que la teoría y práctica de la legalidad y de la legitimidad del poder parte del origen social del mismo, resulta imprescindible reestructurar la fuente que lo produce, pues de no ser así, los problemas históricos de su comportamiento abusivo expresado principalmente en la violación de los derechos ciudadanos, seguirán repitiéndose, pues los defectos en el origen del problema continuarán reproduciéndose en la cúpula del poder. Los problemas en la base y en el cuerpo de la pirámide, necesariamente se reflejarán en el vértice de la misma.

Es necesario pues construir la forma de sociedad que nunca hemos tenido, restaurar las rupturas en el tejido de las relaciones sociales, y establecer los vasos comunicantes entre personas, grupos y sectores que la conforman. Fortalecer los procesos educativos en materia cívica y política, contribuir a crear la conciencia de que la participación es un deber más que un derecho, y consolidar la idea de que todos somos responsables de la situación política y social del país.

Es imprescindible identificar o establecer los valores que conforman o deben conformar el plano de coincidencias mínimas y el común denominador que compartimos, o debemos compartir, en medio de nuestras diferencias y contradicciones; es preciso establecer las finalidades y objetivos y los medios para alcanzarlos, en el aspecto político, económico, institucional y social. Es necesario precisar la sociedad que queremos construir tanto en sus alcances generales como particulares, lo que queremos y debemos hacer, sea en el mediano y largo plazo como a lo inmediato, estableciendo una adecuada correlación entre lo general y lo particular.

Por ello es necesaria la identificación de un conjunto de valores y fines jurídicos, éticos y políticos, para cuya realización deben establecerse los medios, planes y programas requeridos.

Entre ellos cabría mencionar fines y valores de naturaleza institucional, como la subordinación del poder a la ley, la independencia de poderes; la jerarquía de la norma jurídica; la supremacía de la Constitución; y de manera inmediata, la recomposición del sistema electoral y la calidad y competencia de los funcionarios que lo integran.

Es importante señalar además, los objetivos que de forma más específica están referidos al respeto y fortalecimiento de los derechos fundamentales de la persona y el ciudadano, el respeto a los derechos humanos y a los derechos de los diferentes grupos y sectores sociales.

También habría que hacer mención de aquellos otros de carácter social, como el establecimiento del fin social de todo proyecto económico; el desarrollo humano sostenible; la seguridad jurídica; el respeto a los derechos de los diferentes sectores y grupos; el ejercicio del derecho de las mayorías, sin vulnerar el de las minorías; la equidad de género; y la priorización de la educación y la salud.

Todos estos aspectos institucionales, políticos, económicos y sociales, podrían constituir fines y objetivos de un proyecto por consenso capaz de unir a la sociedad, de exigir al Gobierno y, en general al Estado, su obligación de actuar realmente en la búsqueda del bien colectivo, por encima de intereses personales, partidarios o de grupos, y de establecer, en todas las circunstancias, los cauces de una relación coherente y constructiva. Se trata de fortalecer en lo concreto los mecanismos de representación y participación, lo que requiere la construcción del contrato social que exprese el acuerdo sobre estos y otros puntos fundamentales. El contrato social, entendido en esta forma, sería el punto de partida del surgimiento de la nueva sociedad y del Derecho y el Estado que la expresen y la representen.

Hasta el momento el proyecto de nación sigue ausente del ejercicio político general; falta la propuesta de país que permita unificar la sociedad fragmentada y establecer la capilaridad o sistema de vasos comunicantes entre las personas, la sociedad, los partidos políticos y el Estado. Es necesario construir este proyecto para poder establecer las condiciones que eviten la repetición de las experiencias negativas y abran un horizonte nuevo de posibilidades y realidades históricas y políticas.

El autor es jurista y filósofo nicaragüense.

Columna del día Opinión democracia sociedad archivo

COMENTARIOS

  1. Un Lector
    Hace 10 años

    La verdad es que si hay elecciones y la gente elige a Ortega o cualquiera entonces hay que respetar la voluntad de los votantes. estado de derecho no significa nada si uno esta desempleado y sin dinero. El Rico habla de estado derecho y verborrea politica porque ellos no tienen ningun problema economico. La gente en Nicaragua ha. Visto el retraso y abandono producto de regimenes derechistas. Hoy es diferente, queremos derecho de empleo,salud y trabajo

  2. jorgemorales
    Hace 10 años

    mucha filosofia y poca practica, hay que tomar en cuenta que los pensadores viven en un mundo colgado de las nubes y dichosamente no saben como contruir una escalera para bajar, eso les pasa igual a los politicos que tienen puentes sin bases solidas… primero vayan a las calles, sufran, suden, tiren a un lado los titulos y aprendan las lecciones del pueblo. Los pueblos son mas sabios por eso no perdonan el pasado

  3. Mario Balladares
    Hace 10 años

    Lo que usted expone seria lo mas idoneo para este pais al cual los dictadores corruptos se suben al poder y despues no quieren dejarlo, ese enamoramiento que les da poder, riquezas, ego y endiosarce como un Cesar ha sido el problema en Nicaragua y superado en creces por el actual mandatario que siempre se ha creido el dueno del pais, los Somoza le quedaron pequenisimos, y lo peor que la gente en su mayoria inmensa no quieren que este senor este ahi; pero la oposicion es la mayor culpable.

  4. Hace 10 años

    en nuestro medio, es como hablar Mandarin, pero si no hay balance entre estos tres elementos, los cuales son la base de una Democracia real y ajustada a las necesidades y formas de un buen gobierno en ekl cual se respeten y se den las libertades y derechos fundamentals de los ciudadanos nicaraguenses, entonces como podemos hablar de elecciones, empleos, salud esucacion etc, sino tenemos lo esencial.

  5. Hace 10 años

    Infortunadamente en Nicaragua no hay oportunidad de empleos sino se tiene una afiliacion partidarista, no hay buena salud, porque el sistema de salud en nuestro medio esta viciado, prueba de ello son los hospitals y centros de Salud, en donde los servicios basicos son inexistentes, y los resultados de ser admitidos en ellos son funestos. pero es que el articulo no se trate de esto, y lofudamental de el, ni siquiera es considerado por muchos nicas, hablar de legalidad, legimitidad y etica politic

  6. fernando
    Hace 10 años

    El objetivo de las elecciones no es que le toque un poquito de poder poítico a todos los que lo buscan. El objetivo es que el pueblo escoja al candidato que considere mejor para llevar las riendas del país. Dan lástima con el tema de la alternancia en el poder; el poder no es propiedad de los politiqueros, sino del pueblo, y este se lo dá a quien quiera. Sin restricciones de ninguna clase. Esto son elecciones verdaderamente libres

  7. Edmundo Dantes
    Hace 10 años

    Este es uno de los mejores artículos que he leído sobre estos temas. El Dr.Serrano es para mi, un ciudadano “calificado” en ilustrarnos cual es el “verdadero” camino donde comienza la democracia. Le animaría a que los re-expusiera en varias partes de forma más simple para que todo el pueblo pueda entender el trabajo largo que tenemos. Es tiempo de hacer y tomar responsabilidad. Es que no nos aburre la mediocridad y seguir de tontos ?

  8. fernando
    Hace 10 años

    Es un mito eso de que al cambiar de presidente cada cuatro años se evita la concentración del poder en las manos de alguien. A lo largo de nuestra historia, el poder en Nicaragua siempre residió en los mismos de siempre, independientemente de quién estaba en el gobierno. En Nicaragua siempre mandaban los Pellas, Dreyfus, etc. Aún en tiempos de Somoza. Si el estado de derecho y leyes que ud menciona no representan la voluntad popular, para mí también son ilegítimos y hay que cambiarlos.

  9. fultp
    Hace 10 años

    Hasta el momento el proyecto de nación sigue ausente del ejercicio político general; falta la propuesta de país que permita unificar la sociedad fragmentada y establecer la capilaridad o sistema de vasos comunicantes entre las personas, la sociedad, los partidos políticos y el Estado. Es necesario construir este proyecto para poder establecer las condiciones que eviten la repetición de las experiencias negativas y abran un horizonte nuevo de posibilidades y realidades históricas y polític

  10. fultp
    Hace 10 años

    Totalmente de acuerdo con el Dr Alejandro Serrano. Para lograr elaborar ese Proyecto de Nacion en necesario que los dirigentes de todos los partidos politicos y de la SOCIEDAD CIVIL se convoquen un dialogo nacional para trabjar al respecto. La restructuracion partidaria debe pasar a segunda instancia. No hace falta saber por quienes votar, sino PORQUE VOTAR!

  11. Paradojas Sociales Filosoficas...
    Hace 10 años

    Totalmente de acuerdo filosofo Serrano!…
    Mientras mas bajo caemos, en las garras de gobiernos pesimos y
    totalitarios en Nicaragua…como balance, mas se nos desarrolla
    progresivamente nuestro coeficiente intellectual!

  12. SERGIO F OCONNOR
    Hace 10 años

    Don Alejandro Serrano por favor plantee seriamente su candidatura a la presidencia, estoy seguro QUE la gana ya que el pueblo lo respaldara plenamente. Usted goza de una gran credivilidad, honradez y capacidad para gobernar, ademas que es un democrata de principios y ccombencido es RESCATAR nuestro pais y conducirlo por Los caminos del progreso, la Paz y la justicia. Ojals escuche y atienda nuestro clamor. Si lee este comentario favor responder al siguiente correo; [email protected]

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