Lucydalia Baca Castellón
Promover el cultivo de café de variedad robusta en zonas de la Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS) es una de las estrategias que planea desarrollar el Gobierno en los próximos años para mejorar la productividad, generar empleo y darle valor agregado a la economía.
Según el asesor para asuntos económicos de la Presidencia, Bayardo Arce, el fomento del cultivo de esta variedad de café —que hace unos años fue rechazado por este Gobierno—, es una “decisión consensuada” que se incluirá dentro del Programa Nacional de Transformación y Desarrollo de la Caficultura (PNTDC).
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Las autoridades llegaron a la conclusión de que solo concienciando y organizando a los campesinos no se elevará la productividad en el campo, que es donde más se requiere hacerlo. Por tanto, según Arce, decidió promover dicho cultivo.
“Nos tenemos que abrir al desarrollo tecnológico y precisamente uno de los temas ya consensuados en este programa de trasformación y armonización del café es que vamos a estipular la producción del café de la variedad robusta en la zona caribe del país”, dijo Arce durante la presentación del Programa Económico 2013-2016, en el Seminario Crecimiento y Productividad que promovió el Banco Central de Nicaragua (BCN) la semana pasada.
Según Arce, la ampliación de las áreas de cultivo de esta variedad de café que desde el 2006 se produce en Nueva Guinea, permitirá “explotar miles y miles de hectáreas que hay ahí de Nueva Guinea para adentro y generar empleo en esa zona donde es difícil generar empleo y por supuesto darle un valor agregado sustantivo a la economía y por supuesto a las exportaciones”.
La variedad robusta se desarrolla en condiciones opuestas a la arábiga, que es la predominante en el país. El arábiga es de calidad superior y su desarrollo requiere una altura de entre 900 y 2,000 metros sobre el nivel del mar.
El robusta es más ácido y se usa principalmente para elaborar café instantáneo y mezclas. Es resistente a condiciones climáticas adversas y se cultiva en zonas con menos de 700 metros de altura sobre el nivel del mar. Aunque su precio es más bajo, su rendimiento es de entre 24 y 63 quintales por manzana. Mientras que el promedio nacional del arábiga es 11 quintales por manzana.
En el 2010, cuando se dio a conocer la intención de ampliar la producción de café robusta, los productores de café arábiga de Madriz, Jinotega, Estelí, Nueva Segovia, Matagalpa y El Crucero realizaron diversas protestas y hasta pidieron una ley que prohibiera el cultivo. Alegaban que el cultivo dañaría la imagen de calidad del café nicaragüense, por ser de menor calidad.
En aquel momento recibieron el respaldo de la bancada sandinista en la Asamblea Nacional. Incluso el jefe de dicha bancada, el diputado Edwin Castro —quien se mantiene en el cargo—, dijo respaldar la petición porque permitir dicho cultivo sería un “suicidio productivo”.
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