Los ciudadanos democráticos de Nicaragua han recibido con asombro, indignación y temor, la noticia de que el excoronel del Ejército Popular Sandinista (EPS) y antiguo jefe de la Dirección General de Seguridad del Estado (DGSE) en la primera dictadura sandinista, Lenín Cerna, ha sido nombrado y fue presentado como “coordinador político de jueces y magistrados de apelaciones en todo el país”.
Si algún poquito de confianza le podía quedar a algunas personas en la justicia —cuya independencia e imparcialidad es un principio central y característico de la democracia—, con el nombramiento del coronel Lenín Cerna como controlador o comisario político de jueces y magistrados desaparece por completo.
La presentación de Lenín Cerna con semejante función política en el ámbito de la administración de justicia, se hizo en una asamblea de jueces, trabajadores judiciales y cuadros sandinistas del occidente de Nicaragua, realizada el miércoles pasado en León, a la cual no se permitió el acceso de medios independientes. Sin embargo, algunos asistentes revelaron a LA PRENSA detalles incluso fotográficos de lo que ocurrió en esa encerrona, aunque lógicamente bajo la condición de confidencialidad por temor a las represalias. De manera que es falaz e injurioso el comunicado de la vocería de la Corte Suprema de Justicia, en el cual se asegura que LA PRENSA ha inventado esa noticia para desprestigiar al poder judicial, como si fuese necesario inventar algo para desacreditarlo.
Además de los antecedentes de Lenín Cerna como jefe de la seguridad del Estado y de la represión en los años ochenta —por la cual fue acusado en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos—, se señala que el cargo de “coordinador político de jueces y magistrados” es ilegal, no existe en la Constitución ni en la Ley Orgánica del poder judicial. La misma magistrada y presidenta de facto de la Corte Suprema de Justicia, doctora Alba Luz Ramos, se mostró sorprendida al conocer la noticia de la función política de Lenín Cerna en relación con el poder judicial, y declaró que “oficialmente no es cierto (el cargo de Cerna)” y que a ella nadie le ha “comunicado eso”. Así lo publicó LA PRENSA del sábado 24 de agosto.
En realidad, ese cargo del coronel Lenín Cerna no es una función judicial y por lo tanto no existe legalmente. Evidentemente él es el delegado o comisario político del Frente Sandinista y personalmente de Daniel Ortega, para supervisar y controlar el poder judicial. La función de comisario político es propia del totalitarismo en sus diversas variantes. El comisario político es un funcionario o cuadro de absoluta confianza, escogido por el partido y el caudillo totalitario y enviado a una entidad o ámbito estatal, civil o militar, a fin de vigilar la lealtad de sus integrantes y el cumplimiento estricto de las líneas trazadas desde arriba. La figura del comisario político fue creada durante la revolución francesa para orientar políticamente a las fuerzas armadas, pero fue en la Rusia Soviética donde se le dio el sentido que tiene hasta ahora incluso donde se le llama “coordinador político”, tal como fue presentado en León el coronel Lenín Cerna en su función de controlador del poder judicial.
Y en esto se refleja también la lucha por las influencias y el control y la sucesión del poder, que se libra en las entrañas del régimen conyugal orteguista.
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