Josué Bravo
Corresponsal/Costa Rica
Un nicaragüense y un costarricense vendieron el año pasado en seis mil dólares a dos israelíes sus riñones. Los cuatro se sometieron a cirugías en dos clínicas privadas de San José, la capital del país; y es una muestra de cómo tras la figura del “turismo de trasplante” se encubre el oscuro negocio del tráfico de órganos en Costa Rica.
El tema de la semana en Costa Rica es la desarticularon de parte del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Fiscalía, de una red internacional de trata de personas y tráfico de órganos, al detener al reconocido médico Francisco José Mora Palma, de 63 años, jefe de nefrología del estatal Hospital Rafal Ángel Calderón Guardia, uno de los centros médicos más importantes de la capital y el país.
Según el Fiscal General, Jorge Chavarría, él es sospechoso de liderar la red que operaba el mercado de órganos entre Costa Rica e Israel principalmente, pero que abarca a países del este de Europa; por lo tanto el Juzgado Penal de San José, dictó seis meses de prisión preventiva.
La misma medida carcelaria también fue impuesta para la oficial de policía, Maureen Patricia Cordero Solano, de 32 años, quien supuestamente era la responsable de contactar a los posibles “donantes”.
La Fiscalía maneja oficialmente tres casos de ticos que habrían vendido sus riñones en unos 20 mil dólares cada uno. Las operaciones, según la fiscalía, se realizaron en dos reconocidos hospitales privados de esta capital: la Clínica Bíblica y la Clínica Católica.
“En Costa Rica se hacían los exámenes, se localizaban los donantes y se realizaban algunas de los trasplantes, en otros casos el donante viajaba hasta Israel ya que este es el país que más requería de los trasplantes, además la investigación involucra otros países del este de Europa”, ha señalado el Fiscal General.
Las investigaciones iniciaron cuando el 27 de mayo, la Ministra de Salud, Daisy Corrales, interpuso una denuncia penal luego de divulgarse en México que Costa Rica era un país paraíso para el tráfico de órganos.
En las indagaciones, el OIJ y la Fiscalía han allanado 10 laboratorios privados y la residencias de los detenidos.
Según Chavarría, de Israel provenían el perfil del órgano que ocupaba el donante y luego los ahora detenidos contactaban a gente pobre con necesidades económicas, a quienes el compraban el riñón en unos 20 mil dólares y los revendían hasta en 150 mil dólares.
La policía era a encargada de contactar al donante, asegurándole que ello no complicaría su salud; mientras que el doctor detenido los entrevistaba y financiaba los exámenes médicos.
“No podemos hablar con certeza desde cuándo está operando pero podemos decir que trabajaban desde hace aproximadamente 2 años, ahora por medio de la Interpol esperamos hacer la investigación en el este de Europa y ampliar hasta dónde operaba esa red”, añadió el Fiscal.
La próxima semana, diputados de la Comisión de Asuntos Sociales remitirán al plenario un proyecto de ley que pretende regular la donación y el trasplante de órganos y tejidos en Costa Rica; pero el tema divide a los legisladores.
El problema involucra a centros médicos privados y el sistema de salud pública negó que en sus hospitales se realicen estas prácticas ilegales.
El año pasado la Caja Costarricense de Seguro Social realizó 475 trasplantes; pero la presidenta de la entidad, Ileana Balmaceda, aclaró que todos cumplieron protocolos rigurosos.