Gloria PIcón Duarte
Además, señalaron que en 1980 el Frente Sandinista declaró públicamente que: “El Estado revolucionario, como todo Estado moderno, es un Estado laico y no puede adoptar ninguna religión pues es el representante de todo el pueblo…”.
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Para “vivir sano” y “vivir bonito”, como promueve el programa más reciente del Gobierno central, se debe aplicar al ciento por ciento la Ley 779, Ley Integral Contra la Violencia hacia las Mujeres, y también haría falta la restitución del aborto terapéutico, según varias mantas que desde ayer se pueden observar en varios puntos de la capital.
Las mantas lucen colores llamativos y aunque no están firmadas por ninguna organización ni tienen logo alguno, aparecieron un día después de que varios grupos de mujeres marcharon en ocasión del Día Internacional de la Mujer para exigir el respeto al carácter laico del Estado y a varios derechos para la mujer que aseguran se están violentando.
El viernes, a través de un pronunciamiento, estos grupos también demandaron la aplicación de la Ley Integral Contra la Violencia hacia las Mujeres, argumentando que durante el primer semestre del 2012 más del 80 por ciento de las denuncias interpuestas por mujeres, en las Comisarías de la Mujer de la Policía Nacional, fueron desestimadas. Además, que la mayoría de los 85 femicidios cometidos ese año han quedado en la impunidad, por la corrupción y el tráfico de influencia que predomina en el poder judicial.
Las mujeres también reclamaron que en el Código de la Familia, que está por ser aprobado en su totalidad, incluye la creación de los Gabinetes de Familia, Salud y Vida para promover valores “socialistas, cristianos y solidarios”, en clara violación a la libertad de conciencia y de organización, que promueve la Constitución Política.
El programa “Vivir limpio, vivir sano, vivir bonito y vivir bien” es, según el Gobierno, una estrategia nacional para promover “acciones simples y cotidianas” que mejoren la calidad de vida nacional, pero ha sido ampliamente criticado porque involucra organizaciones paraestatales y obvia la urgente necesidad de respetar las leyes del país.
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