Mabel Calero
La sobrevivencia de los tortuguillos está en peligro desde que las tortugas llegan a desovar a las costas del Refugio de Vida Silvestre Chacocente, en Santa Teresa, Carazo. Una vez que los huevos quedan enterrados en la arena tanto el hombre como las aves de rapiña amenazan a la especie.
“La semana pasada se dio una arribada fuera del calendario, vinieron unas cuarenta mil tortugas a anidar, ahorita lo que hemos visto ha sido el nacimiento de los tortuguillos de las primeras tortugas que vinieron a la zona a desovar” (hace más de un mes), afirmó Jerónimo Rodríguez, guardabosque del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena).
Cinco miembros del cuarto comando del Ejército y cinco guardabosques del Marena están permanentes en la zona.
En la zona las aves de rapiña vuelan en círculos y cuando miran salir a los tortuguillos se abalanzan sobre ellos para comérselos.
Rodríguez explicó que si otra tortuga llega a desovar sobre otro nido, estos se echan a perder. “Si se da el desove sobre otro nido, los huevos se pierden porque se mueven, entonces aunque queden enterrados y nadie los toque, no va haber nacimiento”, aseguró.
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