Todo está preparado en el Vaticano para que esta mañana inicie el juicio al exmayordomo del papa, Paolo Gabriele, de 46 años, acusado del robo con agravantes de documentos reservados de Benedicto XVI, un proceso que se ha convertido en el más mediático de la historia de la Iglesia.
En medio de una gran expectación, el juicio comenzará en la Oficina Judicial, un sala austera, con mesas oscuras y colores apagados, en un edificio cercano a la Basílica de San Pedro. Fuentes vaticanas dijeron que se espera que el juicio dure pocos días, ya que desean cuanto antes dar carpetazo a un tema que solo ha ocasionado problemas.
“Será un juicio justo”, aseguró Giovanni Giacobbe, fiscal del tribunal de apelación del Vaticano, y precisó que el papa, como jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano, puede ejercer en cualquier momento su prerrogativa de perdonar al mayordomo, aunque el que no lo haya hecho hasta ahora es la señal de que desea que se llegue hasta el fondo del caso.
Aunque Gabriele, quien está bajo arresto domiciliario y sigue cobrando su sueldo mensual, se declaró culpable, eso no influirá en los jueces, ya que quien se confiesa culpable puede estar encubriendo a otras personas.
Fuentes de la familia informaron que el exmayordomo está muy preocupado por la repercusión que el caso puede tener para sus tres hijos, que viven en el domicilio familiar en el Vaticano.
Gabriele admitió haber cometido el delito y según los documentos del proceso, aseguró que actuó “por orden” del Espíritu Santo para desvelar el mal y la corrupción que hay en el Vaticano y para defender al papa.
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