Twitter: @Fabian_Med
Batazo
Algo raro pasa con el combustible en Nicaragua. Uno, a pesar del supuestamente generoso acuerdo petrolero con Venezuela, tenemos, sino el más caro, el segundo combustible más caro de Centroamérica. Dos, mientras el barril de petróleo baja, el combustible sube, y uno no logra entender cómo es que en los años cuando se compraba el petróleo a este mismo precio, o más caro, se podía producir un combustible más barato que el que se vende ahora. Y tres, y esto es más inexplicable aún, por qué si el precio de referencia para Nicaragua es el petróleo de Texas, en 2010, según datos oficiales, se pagó 124 millones de dólares más en la factura petrolera porque se usó de referencia el barril de petróleo venezolano, que es de peor calidad y tradicionalmente más barato, pero que ahora se compra más caro que el de Texas. Nos están dando vuelta.
Rata
En las grandes haciendas de la Nicaragua de hace apenas cincuenta años o menos existían unos negocios que llamaban popularmente “ratas”. Eran comisariatos manejados por el capataz y a veces por el mismo finquero, que fiaban y vendían a los peones, quienes estaban obligados a comprar ahí a precios más altos que los del comercio. Si una bolsa de azúcar costaba un córdoba, la “rata” se la vendía a 1.50 o dos córdobas. Incluso, a veces se les pagaba a los trabajadores con “vales” o monedas acuñadas por la misma finca, para que no pudieran comprar en otro lugar que no fuera ese y así las buenas ganancias aseguradas. Era un negocio despiadado, a las costillas de los pobres trabajadores que a veces llegaban a tener deudas por los jornales de años, de tal forma que el finquero no solo le quitaba el pago miserable de su trabajo, sino que lo mantenía como esclavo trabajándole a él y solo él porque no se podía ir mientras no cancelara la deuda que crecía semana a semana.
Albanisa
Albanisa sería la “rata” de Daniel Ortega. Francisco López el capataz. Nosotros, todos los que estamos obligados a comprar el combustible al precio que se les ocurra, los peones a quienes les sacan el dinero de la bolsa. ¿Acaso podemos ir a comprar combustible a El Salvador o Guatemala, donde el litro vale casi 20 centavos menos? No. Estamos obligados, por distancias y fronteras, a comprarle el combustible que produce Albanisa, que se ha erigido como la única importadora de petróleo en Nicaragua. La desgracia nuestra es que la misma persona que maneja el Gobierno es la misma que maneja el cartel petrolero, y nos tiene como rehenes comprándole el combustible al precio que se le antoja. Y por si fuera poco, vía aumento del precio de la energía y préstamos de ¡Albacaruna! nos va trasladando una deuda del dinero que él mismo alegremente gasta.
Mezcolanza
Gobierno, partido, familia y negocios son una sola cosa. Ya no se sabe dónde comienza uno y termina lo otro. Un momento ¿No les recuerda a alguien esta mezcolanza? Sí. A los Somoza. Construyeron su imperio a través de tres ejes fundamentales: la Guardia, el partido y el Gobierno. De ahí salieron los negocios y se tardaron 45 años. Daniel Ortega lleva solo cinco años, y puede presumir de haberlo superado.
Hace 33 años…
Sin embargo, antes de ponerse su pañoleta e irse a la plaza a celebrar, Daniel Ortega debería reflexionar sobre lo que significa esta fecha. No debería creer que va a poder salirse con la suya todo el tiempo. Asimismo lo creían los Somoza. Manipularon elecciones, llenaron plazas con adeptos, compraron opositores, reprimieron ferozmente a los que se rebelaban Parecían eternos. Pero al final cayeron estrepitosamente. Hace 33 años. Cincuenta mil nicaragüenses murieron por ello. Y otros 50 mil más murieron en la guerra que se vino después. ¿Es necesario llegar nuevamente a eso? ¿No tenemos acaso tantos ejemplos donde vernos? Esa es la reflexión que debería hacerse Ortega antes de subir hoy a la tarima.
Ver en la versión impresa las páginas: 10 A