Por Inés Izquierdo
HABLEMOS DEL IDIOMA
A pocos días de las elecciones en Nicaragua, algunas personas me han preguntado cuál es la forma correcta entre electo y elegido, ya que hay dudas sobre su existencia y empleo.
Ambas formas existen y tienen usos diferentes, ya que no es correcto utilizar el término “electo” para referirse a una persona que desempeña un cargo al que ha accedido tras un proceso electoral. Al respecto la Fundación del Español Urgente BBVA (Fundéu) ha advertido en varias ocasiones que no debe usarse el participio irregular “electo” al hablar de aquellas personas que ya ocupan el cargo para el que fueron elegidas.
Añaden que “Electo solo debe emplearse para referirse a alguien elegido que aún no ha tomado posesión del cargo”. Pero en muchos medios de comunicación utilizan este término para diferenciar a las personas que ocupan un puesto en una administración tras un proceso electoral de aquellas otras que son funcionarias o meras empleadas municipales, autonómicas o de la Administración central. Dice la Fundéu que en ejemplos como este “para posibilitar el disfrute de los permisos de maternidad y paternidad, las personas que desempeñen un cargo “electo” deben personarse en las oficinas municipales, mientras que los funcionarios y empleados pueden hacerlo por correo postal” hay un error.
En este caso lo correcto sería hablar de un cargo político, sindical, o lo que corresponda, pero no “electo”. La Fundación del Español Urgente, que trabaja con el asesoramiento de la Real Academia Española, y cuyo coordinador general, Alberto Gómez Font visitó Nicaragua para participar en el 85 aniversario del diario LA PRENSA, nos recuerda que el participio “electo” solo debe aplicarse para referirse al periodo comprendido entre el nombramiento y la toma de posesión del cargo.
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