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El baile de salsa es un espectáculo. Los dos campeones mundiales en dos distintos organismos internacionales son bailarines nicaragüenses. LA PRENSA/ CORTESÍA F2.8

Al ritmo de salsa

Este es un curso de salsa para principiantes. Ellos aprenderán a entender la salsa, los pasos básicos, el estilo cubano, a hacer rueda de casino y 15 figuras, lo que los no entendidos en la materia llaman “vueltas”. Estos alumnos ya están motivados con la salsa, cuando aprendan lo básico seguramente querrán aprender más figuras y otros estilos. La salsa contagia. Y así, de puro contagio, ha ido creciendo y hoy en Managua hay todo un movimiento salsero que incluso forma parte de la fiebre internacional por la salsa, a través de congresos y talleres.

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Por Hilda Rosa Maradiaga C.

Fotos de LA PRENSA /Oscar Navarrete

Un, dos, tres. Cinco, seis, siete. Un, dos, tres. Cinco, seis, siete. 37 parejas se mueven un poco torpes. El local está abarrotado. Algunos visten ropa de gimnasio, otros van con ropa cómoda, jeans, camiseta, tenis, pero unas cuantas mujeres se atrevieron a usar altos tacones. El instructor, con ropa de gimnasio negra, está al frente dando las indicaciones. No hay música y están todos muy atentos. Las mujeres rodean el hombro de sus compañeros con la mano izquierda y los hombres rodean la cintura de ellas con el brazo derecho. Las manos que quedan libres se enlazan. Un, dos, tres. Cinco, seis, siete… cuando ya han practicado el paso varias veces, el instructor enciende el equipo de sonido y los alumnos ponen en práctica lo aprendido, al ritmo de la música.

Este es un curso de salsa para principiantes. Ellos aprenderán a entender la salsa, los pasos básicos, el estilo cubano, a hacer rueda de casino y 15 figuras, lo que los no entendidos en la materia llaman “vueltas”. Estos alumnos ya están motivados con la salsa, cuando aprendan lo básico seguramente querrán aprender más figuras y otros estilos. La salsa contagia. Y así, de puro contagio, ha ido creciendo y hoy en Managua hay todo un movimiento salsero que incluso forma parte de la fiebre internacional por la salsa, a través de congresos y talleres.

La salsa tiene muchos estilos: cubano, lineal y caleño, entre otros. Los cursos se centran en el estilo cubano porque es el indicado para alguien que está aprendiendo, ya que tiene más soltura y más figuras. “Es un estilo más libre y no tan rígido ni protocolario”, explica Ariel Talavera, instructor de las clases en Studio Danza Ilusiones y promotor de este tipo de baile en Nicaragua, desde hace algunos años. Así como estos alumnos que ahora incursionan en el baile de salsa, con movimientos tímidos y torpes, pero con el ánimo de aprender, inició hace años su instructor, Ariel Talavera.

Era 1994 y en Zima Súper Club, donde antes había funcionado el Lobo Jack, la radio Ritmo 95, especializada en música salsa, realizaba campeonatos de este baile. Ariel y sus amigos se sentían atraídos por la salsa y las “vueltas” que se daban a la hora de bailar. Uno de sus amigos se enamoró y logró conquistar a una de las campeonas, una cubana que le enseñó a su novio las figuras. Así empezaron a disfrutar de este baile de salón.

“La salsa es unión. Nos une a todos”, define Talavera. Y a él lo unió con otros jóvenes amantes de esta forma de bailar. En el año 2000, en La Rumba, un local cerca de Los Gauchos, en el que convergían los salseros en esa época, un muchacho se lució bailando salsa con el paso “dile que no”. Lo había aprendido en Miami. Otro muchacho se le acercó y le dijo que le enseñara. Uno de ellos tenía los DVD de instrucción y empezaron a reunirse para aprenderlo. “Eran fanáticos y había muchas cosas de esos DVD que no comprendían, necesitaban un bailarín que les descifrara lo que ahí estaba. Y me contactaron a mí, porque yo ya bailaba profesionalmente con el Ballet Tepenahuatl”, recuerda Talavera. Estos jóvenes formaron cuatro parejas y vestidos de guayaberas blancas, pantalón negro y zapatos en blanco y negro recorrían las discos bailando y promocionando el baile de salsa. Así fueron reclutando aficionados.

Los cursos para aprender a bailar salsa tienen cada vez más alumnos. Durante dos meses aprenden a desenvolverse en una pista de baile.

Este género musical y su ritmo que contagia e invita a bailar tienen más adeptos de lo que podemos creer. Los cursos iniciaron en el año 2003 y desde entonces cada dos meses decenas de personas de diferentes edades egresan con ciertos conocimientos de salsa.

El curso que culminó recientemente egresó a 115 alumnos. 30 dólares por dos clases a la semana (martes y jueves para los de nivel intermedio; miércoles y viernes para los principiantes) durante dos meses, y está listo para destacar en una pista de baile, donde podrá, incluso, hacer rueda de casino, una especie de baile colectivo y en circulo en el que se intercambian parejas, una forma divertida de bailar.

San Diego, California, Estados Unidos. Es el Campeonato Latino de Salsa 2011 y cientos de parejas de bailarines han llegado desde todas partes para dar lo mejor de sí en una competencia en la que son rigurosamente evaluados por los mejores bailarines de salsa del mundo. Después de eliminatorias en las que se van apagando sueños, llega el momento de la final. Anuncian a una pareja que parece ser adorada por el público, que al escuchar sus nombres: Luis Aguilar y Anya Katsevman, gritan y aplauden. Ella con un sensual vestido rojo con lentejuelas y él con impecable traje negro. Ella rubia, él moreno. Salen a la pista y se roban el show. Su coreografía hace que el escenario se vuelva pequeño. Seguir los movimientos de sus pies es imposible. ¡Son lo máximo!, dicen los entendidos. Ellos son la pareja campeona del mundo por segundo año consecutivo. Mientras el público aplaude eufórico y ellos saludan con una flexión, los presentan: Luis Aguilar, de Nicaragua, y Anya Katsevma, de Ukrania.

Sí. Este campeón mundial de salsa es nicaragüense, radica en San Francisco, Estados Unidos, desde hace 11 años y es uno de los más respetados bailarines de salsa en ese estado norteamericano, donde tiene una academia. Él visita Nicaragua regularmente y será uno de los invitados al Congreso de Salsa que se realizará en Nicaragua en el mes de octubre.

Inician con el paso básico y al final dominan 15 figuras y hasta bailan Rueda de casino, un baile colectivo en el que intercambian parejas.

La Federación Mundial de Salsa, otro organismo, también tiene a un nicaragüense en su trono. Su nombre es Alfonso Caldera y tiene una compañía y un estudio de salsa en Canadá, donde vive. Este bailarín también causa euforias y roba aplausos en las competencias y congresos de salsa donde se presenta. Los seguidores de la salsa en todo el mundo saben quién es Alfonso Caldera, uno de los más reconocidos bailarines de salsa en todo el mundo.

Los vídeos de las presentaciones de estos dos nicaragüenses en congresos y competencias internacionales están en Youtube. Noticias sobre ellos y hasta reseñas biográficas se divulgan en internet.

Pero Nicaragua no solo está representada en los eventos mundiales por grandes bailarines de salsa. Su incursión en ese mundo no es solo a través de su participación en congresos y talleres internacionales. También está celebrando sus propios congresos.

En Centroamérica, Guatemala es el país pionero en la celebración de congresos de salsa, eventos que realizan desde hace diez años, según información tomada de internet. Después de ellos está Nicaragua, que lleva tres años realizando congresos con la participación de grandes exponentes de este baile, como Henry Herrera, quien reside en Miami, donde tiene la academia Salsa Racing Dance Studio. Este muchacho es el organizador del Congreso Mundial de Ruedas de Casino en Miami, un bailarín tan calificado que fue jurado del ESPN World Salsa, la competencia de salsa más importante del mundo. El país que va detrás de Nicaragua es Costa Rica, que hizo su primer congreso el año pasado.

En estos eventos nacionales, que hasta ahora se han desarrollado en el Hotel Crowne Plaza, también han participado los dos campeones nicaragüenses y bailarines de reconocida trayectoria mundial, como Junior y Emily, una pareja de hermanos que atrae mucho en todos los congresos mundiales y que también tienen conexión con Nicaragua, a través de su madrastra, y que visitan el país regularmente.

Los seguidores del baile de salsa en Nicaragua ya están en la búsqueda de un estilo propio. “El estilo nica tiene mucha sensualidad. Estamos combinando la cadencia de las cubanas con el estilo de las puertorriqueñas y eso va creando algo único, se enfoca en la mujer, que es la que va dando la pauta, pero nuestras mujeres no pueden bailar como las cubanas y tampoco como en Puerto Rico, sino que tienen su propia particularidad, entonces es una combinación que crea algo nuevo y único”, describe Talavera. Estos nuevos pasos y figuras van tomando nombres nicas, como Volcán Masaya.

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Con los dos campeones mundiales en dos importantes organismos de salsa y Luis Enrique Mejía, el Príncipe de la Salsa, considerado actualmente como el mejor salsero del mundo y ganando premios a montón, por encima de grandes salseros, podemos decir que Nicaragua está en el ranking mundial de la salsa, aunque, paradójicamente, dentro del país apenas se den los primeros pasos.

Charlie Powell está atendiendo, como siempre, su local, un bar en el que suena música jazz y que es visitado por muchos europeos. Unos muchachos entran al lugar y se sientan en una de las mesas. Powell, de origen franco-argentino y músico de jazz, siente que todo transcurre igual que siempre. No sabe que a partir de aquella visita todo cambiará en su bar llamado Fandango.

“Esa noche teníamos poco tiempo de haber abierto. Alguien me dijo que esos muchachos eran aficionados a la salsa y me presentaron a Ariel Talavera. El deseo de estos jóvenes era promover la salsa auténtica y me interesó ese concepto. Ellos tienen un movimiento hecho con un ideal cultural de promover la salsa con raíces cubanas. Decidimos hacer las noches de salsa y funcionó”, cuenta.

Esa noche Charlie no se imaginó que aquella conversación con los jóvenes y la decisión de instaurar las noches de salsa en su local iba a revolucionarlo. “Fue tomando cada vez más cuerpo, cada vez venía más gente. Vino tanta gente los miércoles que decidimos hacerlo también los sábados”, agrega.

Las noches de salsa en Fandango incluyen hora y media de una clase colectiva en la que enseñan a bailar salsa. Todo es gratuito. La entrada y la clase. Cada noche hay más gente, aproximadamente 300 personas cada miércoles y sábado. En la última presentación, hace un mes, había 450 personas reunidas en Fandango.

Charlie no tiene sillas ni mesas para toda esta gente, la pista se vuelve pequeña y la música requiere mayor volumen. Fue todo un fenómeno, que obligó a su dueño a cerrar el local por dos semanas para ampliarlo, invertir en mobiliario, mejorar la pista y las condiciones para que la música no moleste a los vecinos. “No teníamos capacidad y seguimos sin tener capacidad, porque ahora hemos inaugurado las noches con música salsa en vivo y viene un grupo dos veces al mes. Cuando toca un grupo vienen, por lo menos, 300 personas. La verdad es que no me esperaba este éxito. Ha sido un fenómeno muy rápido y muy exitoso”, expresa.

Fandango no es el primer espacio para los amantes de la salsa. A mediados de los años noventa lo fue Salsa Disco Bar. Estaba ubicado cerca del puente El Paraisito y era muy visitado por bailarines profesionales que bailaban muy bien la salsa porque estaban en las diferentes agrupaciones folclóricas, pero no tenían un estilo establecido.

Otro lugar que reunió salseros y se convirtió en un espacio para ellos fue Rumba, una disco que se abrió cerca de Los Gauchos a principios del 2000 y en la que los salseros podían escuchar música salsa que no escucharían en ninguna radio.

El éxito de Fandango parece haber contagiado. Ariel Talavera tiene invitaciones de distintos locales para hacer noches de salsa, entre ellos La Curva, La Casa de los Mejía Godoy, Santera, el Chamán y hasta el hotel Barceló Managua. “La idea es que tengamos noches de salsa de martes a sábado, un día en cada lugar”, indica Talavera.

En Nicaragua no solo se baila salsa. Musicalmente el país también ostenta el máximo exponente de la música salsa, Luis Enrique Mejía, el Príncipe de la Salsa, quien ha dicho que llegó a este género cuando comprendió que se podía hacer música para bailar sin sacrificar un buen mensaje. Influenciado por Rubén Blades y siguiendo su intuición, el artista llegó a triunfar a nivel mundial y actualmente se encuentra en la cima.

Hasta ahora los grupos musicales en Nicaragua han tocado una serie de géneros. Hoy el país tiene tres grupos exclusivos de música salsa. Sus motivaciones quizá sean las mismas de nuestro Príncipe de la Salsa. “Hemos visto la necesidad de poder hacer que renazca el gusto por la buena música, que se ha perdido con la invasión de reggaetón, que deja un sinsabor musical”, dice Walter Urbina, del grupo Lecawayme, una de las bandas de salsa.

Este grupo nació en agosto del año pasado y se ha encontrado un público que motiva. “Hay un montón de gente que todavía tiene buen gusto por la música, por la salsa, no esperábamos una respuesta tan efusiva por parte del público. Eso nos ha hecho ocuparnos del asunto y estamos grabando música propia, sobre este género”, explica.

Estos cuatro músicos: Carlos Vallecillo, el pianista, quien toca tres teclados a la vez; Guillermo Valdelomar, la voz líder y quien toca percusión menor; Walter Vallecillo, que toca el bajo y la clave, y León Gómez, que toca las congas y los timbales, vienen de distintas agrupaciones musicales y están preparando su primer sencillo y un cóver con música de los años sesenta.

También está el grupo Trabuco, conformado por reconocidos músicos de diferentes agrupaciones musicales. Y Son Tambores, otro grupo musical que se está formando. Los tres tocan música salsa.

Este género no es solo Micaela o Rebelión , dicen. Hay muchos intérpretes, muchos autores y salsa para todos los gustos: los románticos, los acabangados, los fiesteros. Y entre más gente sabe de salsa, más se deben preparar los locutores, presentadores de televisión y hasta los instructores de baile.

En una radio local el locutor anuncia Tu amor me hace bien como “el último tema de Marc Anthony”, cuando la pieza musical pertenece a un disco que salió en 1991, por ejemplo, critican.

Talavera opina que no solo se ha perdido el gusto por la buena música, sino también otras buenas prácticas, como sacar a bailar a una muchacha.

“En una disco de salsa no necesito conocer a una muchacha para sacarla a bailar. Con otros géneros, como el reggaetón, las muchachas no aceptan porque el varón tiene otra intención, quiere pegársele a ella, en cambio, en el ambiente salsero ellas saben que van a bailar”, señala.

El baile de salsa es, además, un espectáculo para quienes lo observan. Y es uno de los fenómenos en las discos de salsa, donde no solamente van los salseros, sino mucha gente que disfruta viendo a los bailarines ejecutar sus pasos y figuras.

“Me gustaría muchísimo poder bailar salsa, pero disfruto mucho ver bailar a estos chicos, que tienen una capacidad increíble para bailar. El jazz tiene una característica, que es la improvisación, veo que la salsa tiene ese mismo componente de improvisación y me gusta mucho. Estos muchachos bailan y luego empiezan a improvisar figuras, es algo muy creativo”, dice Powell.

Orígenes El Cumbanchero , Campanitas de cristal y Lamento borincano . Es considerado por muchos como el “padre de la guaracha” (género que hoy se conoce como salsa). Moliendo café , una de las primeras, sino la primera, interpretación de salsa.

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