Cuando nos preguntamos en qué consiste el éxito, tendemos a pensar en el logro del bienestar financiero propio y de nuestras familias. No obstante, para un éxito duradero es preciso lograr el equilibrio en cuatro áreas: financiera, social, física y de realización personal.
El éxito se mide con relación al logro de las metas que nos proponemos alcanzar en cada área:
1. Las metas financieras tienen que ver con el dinero que queremos que nos produzcan el trabajo y los negocios. El dinero nos ayuda a satisfacer nuestras necesidades de alimentación, vivienda, salud, educación y vestimenta; nos “compra tiempo” para hacer cosas que nos gustan, y es un “colchón” para una “vejez digna”.
2. Las metas sociales tienen que ver con la relación armoniosa que queremos llegar a desarrollar principalmente con nuestra familia, amigos y compañeros de trabajo. El logro de las metas sociales da valor a las personas con quienes nos relacionamos e interactuamos. Poco vale lograr el éxito financiero si al final nos quedamos solos en la vida.
3. Las metas de salud se relacionan con el estado de salud física, mental y espiritual que queremos alcanzar con nosotros mismos. El logro de esta meta nos permite no sólo mantenernos en buen estado físico, para disfrutar de la vida y vivir más años, sino también disponer del tiempo para cultivar nuestra mente y espíritu.
4. Las metas de realización personal tienen que ver con alcanzar la misión que nos hemos propuesto en la vida, el legado personal o valor que queremos crear y dejar para otras personas y la sociedad. El logro de las metas de realización personal responde a la pregunta de “¿para qué estoy aquí?”.
El equilibrio entre el éxito financiero y personal se logra balanceando el tiempo que decidimos utilizar en actividades de cada una de las cuatro áreas. Es posible lograr el éxito en todas las áreas.
Además de sus metas, decida cuántas horas al día utilizará para generar ingresos o desarrollar nuevos negocios, cuánto tiempo va a dedicar a cuidar y mantener una buena relación con su familia y amigos, cuántas horas dedicará al cuidado de su salud, y cuántas horas por día para cumplir sus sueños o alcanzar su “misión de vida”.
La decisión de cuánto tiempo dedicará a cada área es una cuestión personal, que depende de la importancia y prioridad real que decida dar a cada aspecto. No es sólo cuestión de voluntad, se requiere decisión, disciplina y seguimiento para cumplir horarios en la vida real.
Asegúrese de llevar un registro de cómo utiliza su tiempo cada día en cada área. Evalúese periódicamente si le está dando el tiempo e importancia necesaria a cada una de ellas.
Aprenda a decir no a las cosas o actividades que le “roben” tiempo para alcanzar las metas que se proponga en la vida. Haga más efectivo el uso de su tiempo en el trabajo y dé más calidad de tiempo a su familia.
El desequilibrio en el uso de su tiempo probablemente le traerá consecuencias indeseables. El exceso de estrés y de trabajo acortará su tiempo de vida y dañará la relación con su familia. Recuerde: “No se trata de vivir para trabajar, sino de trabajar para vivir”.
El autor es director de Promifin, programa financiado por la Cooperación Suiza en América Central.
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