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Eduardo Enríquez

Caza, pesca y recolección de frutos

Hace siete años escribí una colum-na con este mismo título y recordaba entonces que en la escuela primaria nos enseñaban que los aborígenes vivían de esa manera.

En aquel entonces el tema era la intención de privatizar Hidrogesa, la empresa hidroeléctrica generadora de energía. Los habitantes alrededor del lago de Apanás alegaban que si se privatizaba la empresa ellos no podrían pescar en el lago artificial.

Después vino una discusión sobre si había o no corrupción en la privatización, pero eso lo trataré más adelante.

Ahora vuelvo a usar la frase porque veo cómo algunos habitantes del municipio de San Juan de Oriente se oponen a un proyecto de urbanización en la laguna de Apoyo. El proyecto propone construir casas para venderlas a extranjeros de alto poder adquisitivo.

No conozco a las personas que componen la empresa holandesa llamada Huellas de Camino y Desarrollo Habitacional Laguna State, pero el punto no es la empresa, sino el problema que tenemos muchos nicaragüenses de oponernos al progreso enarbolando banderas erróneas.

San Juan de Oriente es un municipio pequeño y pobre que lleva siglos viviendo de la artesanía, sin embargo, esa actividad no los va a sacar de la pobreza, y aunque el proyecto arriba mencionado tal vez tampoco lo hará, sí va a dar un gran empuje al municipio si las leyes, y los impuestos que genere el proyecto, se aplican bien.

Uno de los dirigentes de la protesta contra el proyecto dice que “no va a dejar ningún beneficio”. ¿Cómo no va a dejar beneficios llevar 100 familias (por decir un número) de alto poder adquisitivo al municipio? Hasta las ventas de artesanías se van a elevar. Pero las casas las va a tener que construir alguien, va a generar empleos, impuestos para invertirlos en el bienestar de la población y muchas más actividades asociadas.

¿Que van a destruir la fauna y flora? Eso es también falso, porque esa gente lo que viene es a disfrutar de la fauna y la flora. Por eso están pagando altos precios. Las van a proteger, ya que tienen incluso mayor conciencia ambiental que muchos nicaragüenses.

¿Que los habitantes del municipio no van a tener acceso a la propiedad? Me imagino que no, pero si ponemos en una balanza que ya no podrán cazar garrobos en esas 28 manzanas mientras el municipio va a estar recibiendo impuestos, mayor actividad económica y protección más eficiente del medio ambiente ¿qué pesa más?

¿Que el lugar es sísmico? pues si no se pudiera construir en lugares sísmicos, Tokio y Los Ángeles estarían despoblados.

Oponerse al progreso sólo nos garantiza seguir viviendo en la pobreza, de la caza, la pesca y la recolección de frutos. Esa no es solución. Claro, tampoco puede ser que se construya sin ninguna regulación y que el municipio no pueda poner las reglas del juego claras y equitativas para garantizar el beneficio de sus habitantes.

Era lo mismo que había que hacer con Hidrogesa, la solución no era bloquear su privatización sino garantizar que fuese transparente y que adoptaran y se cumplieran compromisos para generar más energía y que la vendieran más barata.

En fin, en ambos casos lo que hace falta es que las cosas se hagan en orden, pero seguir pescando en el Apanás o seguir vendiendo platos en San Juan de Oriente sólo nos garantiza seguir viviendo en el paleolítico.

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