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Fabián Medina

En Letra Pequeña

“Si no es tan malo”

“Me pega porque me quiere”, dice, con el ojo morado, la mujer del borracho golpeador que tiene por marido. Daniel Ortega viola las leyes, hace lo que le da la gana, apalea a los que piensan diferente, soborna, se ha hecho millonario a costa del dinero ajeno, se roba los votos y s e rodea de corruptos, pero según la última encuesta de M&R, Nicaragua lo premió con un 45,1% de aprobación. “Es que reparte comida en los albergues”, explica el encuestador. “No es mal hombre, si cuando le sobra dinero de sus parrandas, hasta trae algo de comida para la casa”, dice la mujer del ojo morado.

Desesperanza

Lo peor que le puede pasar a Nicaragua es perder la esperanza. Pensar que esto es lo que nos merecemos. Acomodarnos. Pensar que “podría ser peor”. Decir que “es cierto, hace sus negocios, pero algo reparte” y “no nos pega si nos quedamos callados y no protestamos”. Y quiero decirlo con todas sus letras: no es que haya que aspirar a algo distinto porque sea Ortega quien hace este gobierno. Hay que aspirar a algo mejor porque éste es un mal gobierno. Igual reclamo debe hacerse ante cualquier otro gobierno que viole la Constitución y gobierne para su familia y partido como hace Ortega. Si perdemos las ganas de tener un gobierno mejor, creo que sí tendrán razón aquellos que piensan que Ortega es lo que nos merecemos.

Oportunistas de depredadores

Y también hay que decirlo claro: la llamada oposición es la principal responsable de esa desesperanza que flota en el ambiente. Tenemos una clase política oportunista y depredadora. Quiere hacer el menor esfuerzo posible y “comer” lo más que pueda en el menor tiempo posible. Si se fijan bien, los partidos y alianzas no están buscando cómo llegar al poder, sino que están peleado por convertirse en la opción que Ortega escoja como “su oposición” porque, lamentablemente, simular pañuelazos contra Ortega pero actuar en línea a sus propósitos se ha vuelto muy rentable en la Nicaragua de ahora.

Casillas envenenadas

Como no va a haber desesperanza si lo que se ve hasta ahora es que Ortega no sólo contará los votos a su gusto y antojo, con Roberto Rivas, sino que escogerá quién será el rival que más le conviene. Y ésos son los movimientos que se ven en la llamada oposición. Arnoldo Alemán se siente el favorito de Ortega y a pesar de toda la antipatía que carga, espera que al final le eliminen a todos los competidores y quede él solo. Y ante la aparición de un candidato que podría volverse peligroso, ahí andan los otros “opositores” que Ortega ha creado, ofreciendo sus “casillas envenenadas” a Fabio Gadea para cuando éste agarre fuerza, quitarle el piso y dejarlo en el aire.

Mineros

No podría terminar esta columna sin comentar el rescate de los mineros chilenos, que ha dejado al mundo un montón de lecciones en todo sentido. Coraje, hermandad, liderazgo, unidad por sobre partidos, religiones y razas, pero lo más importante es el valor que se le dio a la vida humana por sobre cualquier otros costo que se pudiera tener. Y creo que la mayoría nos hemos hecho la pregunta del millón: ¿Qué habría pasado si eso hubiese ocurrido en Nicaragua? Dejaré que cada quien se responda esa pregunta a su manera y sólo me limitaré a decir que, por lo menos, con toda seguridad, la cápsula hubiese sido pintada rosado chicha y bajado embanderillada por todos lados con los colores y las siglas de un partido que ya todos conocemos.

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