Rosario Sánchez de Daboud, una empresaria que el miércoles fue agredida en los predios de la Catedral Metropolitana de Managua, por quienes identificó como posibles pandilleros bajo efectos de alguna droga, denunció ayer el hecho ante la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).
En su denuncia reiteró que el único motivo de la agresión fue porque “los quedó viendo por curiosidad”.
Junto a su esposo Donald Daboud mostró las puntadas que recibió en un hospital capitalino en las lesiones producidas en la cabeza aparentemente por una pedrada.
Según los perjudicados, algunos de los agresores andaban encapuchados y permanecían en las cercanías donde están instaladas unas champas cerca de la Catedral.
“Se nos dejaron venir como que era una jauría de perros rabiosos, no sé si eran lobos o perros”, comentó la perjudicada, quien insistió: “Haga de cuenta que era una manada de perros rabiosos que no han comido en años”.
La víctima de la agresión aclaró que no milita en ningún partido y tampoco que no conoce a ninguno de los que agredieron el vehículo en el cual se movilizaba junto a su marido, “ni me interesa saber quien los azuzaba”, dijo.
No obstante, lamentó que “los nicaragüenses no nos sentimos seguros”.
El secretario ejecutivo de la CPDH, Marcos Carmona, aseguró que esa organización dará acompañamiento a la perjudicada, quien denunciará el caso ante la Policía.
Carmona criticó la situación de inseguridad existente a causa de estos grupos que el Gobierno mantiene en las rotondas.
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