Mis últimas columnas se enfocaron en la nutrición y el ejercicio, sobre todo, en la tercera edad. Hoy, sigo con el tema. El ejercicio contribuye al mantenimiento de los huesos, al peso apropiado, a la calidad de sueño, a la reducción del estrés y al mantenimiento de la salud de los músculos, incluyendo el corazón. El ejercicio y la dieta son las mejores maneras de reducir el riesgo de contraer diabetes, una enfermedad que afecta a mucha gente en Nicaragua. Sin ejercicio, un efecto normal del envejecimiento es la pérdida de la masa muscular, lo cual significa una reducción en su gasto de calorías. Para controlar el consumo de calorías, reducir el consumo de las grasas, dando preferencia a las comidas con la mejor densidad nutricional (un concepto favorito en mis columnas). Un sesenta por ciento de sus calorías deberían venir de los carbohidratos, con el énfasis en los carbohidratos complejos, o sea, de los carbohidratos no refinados porque ellos ponen menos estrés en su páncreas y en la producción de insulina, además de ser fuentes de vitaminas y minerales múltiples e esenciales. Los carbohidratos complejos, o sea, no refinados, le dan más fibra, la cual es sumamente importante en la función de su intestino grueso. Ejemplos son frutas, granos, vegetales, cereales, semillas, leguminosos, los cuales todos contribuyen a su consumo de nutrientes, fibra, y antioxidantes. La vitamina C, presente en las frutas y verduras, ayuda en la absorción del hierro, un nutriente importante en el mantenimiento de la masa muscular. Seguimos con el tema en las próximas columnas.
Restaurante Ola Verde
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