Etapa 1. Amor infantil, el cual es un amor egoísta, se da cuando se ama a cambio de.
Etapa 2. Amor adolescente, en éste se da una especie de contrato me das y te doy, algo de común acuerdo.
Etapa 3. Amor adulto, el cual es amar a pesar de….
Lo importante es tener el amor adulto. Porque el amor es el elemento básico, las parejas no son descartables, todos tenemos defectos y a veces el problema principal es no aceptarse, es importante aprender a dialogar en frío, uno puede tener un cuadernito y anotar todas las cosas que no le parecen y lo que piensa y después buscar un tiempo para dialogar. La pareja siempre debe darse un tiempo aun cuando tengan hijos.
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Lo que empezó como un juego hace 31 años hoy es una sólida relación matrimonial con tres hijos. La doctora Rhina García tenía apenas 17 años, el señor Enrique Álvarez le llevaba ocho años. Era mi primer novio ni siquiera me habían besado, recuerda. Añade que incluso le dijo: hay que feo, me da asco, pero que él muy compresivo prometió volver a besarla sólo cuando ella quisiera. A él quizá le gustó lo inocente que era yo, recuerda.
La doctora García relata que se fue enamorando poco a poco, pero realmente se dio cuenta de que estaba enamorada un día cuando él se enfermó y a ella no le importó que fueran las ocho de la noche para salir de León a Managua sólo para verlo.
Cuando don Enrique le pidió matrimonio a la doctora Rhina, la primera en oponerse fue su mamá, le dijo que era muy joven y no había terminado sus estudios (estaba en segundo año de Medicina) y pensaba que al casarse no iba a continuar con su carrera, sin embargo García cuenta que puso sus condiciones y el matrimonio se llevó a cabo.
Yo siento que él tenía más amor y más madurez que yo. Le puse como condición que viviera en casa de mis padres, porque si quedaba en la casa de su mamá seguiría en su vida de soltero, porque yo estudiaba en León y sólo nos íbamos a ver los fines de semana. Así que vivimos con mi familia hasta que pudimos independizarnos económicamente, cuatro años después del matrimonio.
Mover las piedras del camino
García señala que han tenido muchos problemas como en todo matrimonio, incluso tuvieron una crisis muy grande a los siete años de casados. Lo que nos salvó es que fuimos donde sicólogos, consejeros matrimoniales, sacerdotes, pero lo que más nos ayudó fue el amor en primer lugar y luego el apoyo familiar, revela.
Para García lo más importante en el matrimonio es el diálogo, la ayuda de la familia y sobre todo la intersección de oraciones a Dios y a la Virgen Santísima.
Cuando nuestro último hijo cumplió un año, nos entregamos a Dios, eso hace 17 años, a través de un movimiento de la Iglesia Católica llamado Encuentros conyugales. Es un retiro que lo dan los laicos y le ayudan a rehacer su vida matrimonial, dice García.
Desde hace 17 años la doctora García junto a su esposo semanalmente participan en un grupo de oración donde discuten temas sobre matrimonio, crianza de los hijos, sexualidad, leen la Biblia y ocasionalmente hacen retiros. Además durante cinco años estuvieron dando charlas prematrimoniales. Lo triste es ver que las parejas llegan por llenar un requisito, lamenta.
Para García el matrimonio es una vocación de servicio. La pareja es como una carreta halada por dos bueyes, los dos tienen que halar juntos.