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Monseñor Pablo Antonio Vega, junto al Papa Juan Pablo II. (LA PRENSA/ARCHIVO)

Murió monseñor Pablo A. Vega

Ex presidente de la Conferencia Episcopal jugó destacado papel contra Gobierno del FSLN en los años ochenta [doap_box title=”Un obispo comprometido” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] Monseñor Pablo Antonio Vega nació el 17 de agosto de 1919 en Nagarote, León, siendo sus padres Alberto Vega y Soledad Mantilla. El 26 de mayo de 1945, lo ordenaron sacerdote en […]

  • Ex presidente de la Conferencia Episcopal jugó destacado papel contra Gobierno del FSLN en los años ochenta
[doap_box title=”Un obispo comprometido” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

Monseñor Pablo Antonio Vega nació el 17 de agosto de 1919 en Nagarote, León, siendo sus padres Alberto Vega y Soledad Mantilla.

El 26 de mayo de 1945, lo ordenaron sacerdote en la Catedral de Montreal y tuvo su primera parroquia en El Salvador, país donde coincidentemente falleció ayer.

A Juigalpa llegó en el año 1970, organizando las primeras comunidades católicas y apoyando en la construcción de la Catedral de la localidad y después de varios años lo nombraron Obispo de la Diócesis de Juigalpa.

Monseñor Vega, quien fue vicepresidente y presidente de la Conferencia Episcopal (1983-1985), fue llamado “obispo rojo” durante el somocismo y durante el sandinismo fue llamado “general de la contrarrevolución” por su identificación con la Contra. El 4 de julio de 1986 fue expulsado del país por apoyar una partida de cien millones de dólares aprobada por el Congreso de Estados Unidos y destinada a la lucha insurgente contra el Gobierno de Daniel Ortega.

En esa ocasión el Papa Juan Pablo II dedicó parte de una homilía durante una visita a Colombia, para enviar su bendición al Obispo expulsado.

“Este casi increíble hecho me ha entristecido hondamente, tanto más por cuanto evoca épocas oscuras —aún no muy lejanas en el tiempo, pero que bien se podía razonablemente creer superadas— en la acción llevada a cabo contra la Iglesia”, dijo entonces el Santo Padre.

“En mi solicitud pastoral por la Iglesia nicaragüense, elevo, junto con mi más viva deploración, mi ferviente plegaria al Altísimo para que asista con su gracia a monseñor Vega”, agregó el Pontífice al día siguiente de la expulsión de Vega.

Monseñor Vega fue quien estuvo al frente de las pruebas que exigía el Vaticano para confirmar los milagros de la Virgen de Cuapa. Debió entrevistar más de una vez al padre Bernardo Martínez, entonces sacristán, logrando una investigación que ha sido utilizada en el Vaticano para la elaborar un documento completo sobre la Virgen de Cuapa.

Era reconocido como uno de los obispos más inteligentes en el país y uno de los pocos que ha dicho públicamente que no estaba de acuerdo en su concepción de la iglesia con el cardenal Miguel Obando.

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CORRESPONSALES/ GRANADA Y CHONTALES

Monseñor Bernardo Hombach, Obispo de la Diócesis de Granada, informó a LA PRENSA que el leonés monseñor Pablo Antonio Vega, ex Obispo de Juigalpa y ex presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, murió ayer miércoles 14 de noviembre a las 4 de la mañana, en un asilo en El Salvador, donde residía desde hace varios años.

Según monseñor Hombach, el padre Ramón Vega, hermano de monseñor Vega, le comunicó el fallecimiento a través de una llamada telefónica.

Sor Ligia Rodríguez, secretaria de monseñor Hombach, dijo que no tiene conocimiento de las causas de la muerte, pero recordó que monseñor Vega padecía de Alzheimer.

“Nos unimos al dolor de la familia y amigos de monseñor Vega, es una pérdida para la iglesia”, expreso sor Ligia, señalando que aún con la petición de que monseñor Vega fuese enterrado en Juigalpa, será sepultado en El Salvador.

CHONTALEÑOS LAMENTAN MUERTE

El fallecimiento de monseñor Vega, quien en los años ochenta, del Gobierno sandinista, fue expulsado de su propio país, prácticamente desnudo, ha conmovido a la ciudadanía de este departamento, debido a que deja un gran vacío en el corazón de los chontaleños.

El productor y ganadero Manuel Antonio Zelaya Meneses, conocido como “Melico Zelaya”, originario de Cuapa, lamentó la muerte de su “padre” como llamaba él a monseñor Vega, debido a los consejos que le daba de cómo las personas tenían que tener sus propios criterios para no dejarse manipular de ninguna persona, mucho menos de ningún partido político.

“Era un hombre formador, bien preparado, nos aconsejaba a todas las personas, nos decía que mantuviéramos nuestros propios criterios, que cada persona era dueña y soberana de sus propios ideales, que no nos dejáramos manipular ni por la izquierda ni por la derecha”, reiteró.

El poeta Guillermo Rothschuh Tablada dijo que también recordará a monseñor Vega porque fue una persona humanista, sincera y porque protegía a los pobres

“Como obispo fue muy amplio, no fue fanático, yo escribí un elogio por su regreso, porque volvió el pastor a la iglesia”, dijo Rothschuh.

El profesor e historiador Omar J. Lazo, en su libro denominado Nuestros Líderes Espirituales de Chontales, critica la expulsión de monseñor Vega en los años ochenta: “el Gobierno no tenía el derecho de expulsar a un nacional, lo trataron como extranjero, eso es como que te expulsen de tu propia casa, en ese tiempo él era un sacerdote que estaba a favor de la contrarrevolución sin ser contrarrevolucionario”, recalcó.

Una de las más controversiales declaraciones de Vega, al comparar la intervención de Estados Unidos de la de Rusia o Cuba fue la siguiente: “Matar el alma es peor que matar el cuerpo, dice el Señor. Y aquí hay una ideología que parte de que el otro es mi enemigo, y por eso una bomba que se mete en el alma es más grave”.

Política

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