- Esta ciudad señorial carga una mezcla de mitos, leyendas e infraestructura que le harán retroceder en el tiempo a la época colonial
Al caminar por las calles de la ciudad de León, la imaginación vuela fácilmente a la época colonial, solamente necesita cerrar los ojos y podrá escuchar el golpe seco de la herradura de los caballos cuando galopan sobre las piedras que recubren las calles.
Esa imagen se refuerza en el estilo de sus casas grandes, altas, con techos en los cuales predomina la teja de barro, donde se aprecian la huellas del paso del tiempo. En el interior de las viviendas no fallan uno o más corredores que bordean generalmente un jardín que les da frescura. León es una ciudad señorial, pero a la vez tímida.
¿Sabía usted que en León hay 16 iglesias? En ellas se plasman las diferentes corrientes arquitectónicas, que van desde el barroco hasta el neoclásico. Entre las edificaciones resalta la Real Basílica de Nuestra Señora de La Asunción, cuya construcción inició en el año 1747 y se prolongó por espacio de 113 años.
Entre sus paredes se resguarda el Cristo Negro, que según dice Guillermo Bobadilla, guía turístico, lo trajo Pedrarias Dávila en el año 1528. “La imagen es una de las más antiguas de Nicaragua, está colocada en el altar de los ángeles de la Basílica”, afirmó.
También mencionó que la Basílica guarda algunos secretos, que les son revelados a los visitantes. “Por ejemplo, los túneles que ahí hay, muchos aseguran que se conectaban con otras iglesias y algunos especulan que eran vías de escape. Actualmente no hay acceso a ellos”, indicó.
Bobadilla, aseguró que un tour por las iglesias de León puede durar hasta una semana, el cual se puede combinar con una visita al Museo de Arte Sacro, ubicado en Sutiaba y algunos talleres de imaginería. Eso estará en dependencia de los días que van a pernotar en la ciudad.
LA CASA DE TÍA BERNARDA
Un punto que no puede dejar de visitar es la casa solariega de los Darío, conocida popularmente como “la casa de la Tía Bernarda” y transformada en el Museo y Archivo Rubén Darío, por decreto legislativo número 477, emitido el 29 de febrero de 1960, pero fue inaugurado hasta en 1964, y el cual se encuentra frente al Colegio La Salle, de León.
El poeta, en su biografía, hace una descripción de la casa: “… era una vieja construcción a manera colonial, cuartos seguidos, un largo corredor, un patio con su pozo, árboles…”
Darío, al igual que muchos nicaragüenses, no escapó a los cuentos de ánimas en pena y de aparecidos, por ejemplo El Hombre sin Cabeza, y El Caballo de Arrechavala son parte de la historia de León. Por eso, una de sus paradas obligatorias es el Museo de Mitos y Leyendas. “Aquí hay una colección de las leyendas leonesas. Un detalle es que el lugar donde se encuentra fue una prisión, conocida como “La 21”, donde torturaban y mantenían a los presos políticos, además de eso están las pilas de tortura, celdas que eran para 15 reos, pero metían hasta 60 personas”, señala.
También los visitantes podrán observar los diferentes personajes de las leyendas y mitos que por muchos años han sobrevivido a los vientos de cambios que han soplado en los últimos tiempos.