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Los instructores del kiosco móvil se mueven en el pasillo del bus explicando la clase a los diez estudiantes, cinco a cada lado. Ellos además están pendientes cuando alguno tiene dificultad para realizar alguna de las orientaciones. (LA PRENSA/ M. LORIO)

ABC informático llega a artesanos y empresarios

Por fuera parece un bus con una enorme propaganda del Inatec, pero al entrar uno se encuentra con todas las características de un kiosco tecnológico: pizarra acrílica, aire acondicionado, computadoras con sus respectivos muebles y dos instructores. [doap_box title=”Idea efectiva” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] La idea del kiosco móvil se la adjudica Roberto Porta, Director Ejecutivo del […]

  • Por fuera parece un bus con una enorme propaganda del Inatec, pero al entrar uno se encuentra con todas las características de un kiosco tecnológico: pizarra acrílica, aire acondicionado, computadoras con sus respectivos muebles y dos instructores.
[doap_box title=”Idea efectiva” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

La idea del kiosco móvil se la adjudica Roberto Porta, Director Ejecutivo del Inatec. “El kiosco móvil fue una idea que personalmente tuve en el año 2002, porque había un autobús casi destartalado en el parqueo del Inatec”, relata.

“Se nos convirtió en algo mucho más serio de lo que pensábamos, lo cual nos complace y ojalá que las futuras administraciones del Inatec puedan ampliarlo a unos dos o tres buses más”, añade Porta.

Para el kiosco móvil el Inatec asigna un presupuesto de cerca de 50 mil córdobas mensuales, para el pago de los dos instructores, el cuidador, el pago de los 10 a 12 galones de gasolina que se requieren para que funcione la planta eléctrica y otros gastos. En los tres años que lleva el proyecto se han invertido cerca de millón y medio de córdobas.

Roberto Moreira, Subdirector Ejecutivo del Inatec, comentó que el bus estaba al servicio de los trabajadores del Inatec, pero luego se equipó para volverlo un kiosco móvil. “La primera inversión fue de 254 mil córdobas, incluyendo la planta eléctrica y las computadoras, más el costo del bus”, describe Moreira.

Según el funcionario, para economizar costos el kiosco móvil acaba de ser adecuado para que pueda funcionar con gasolina o ser conectado. “Llego a un lugar hablo con la gente y le digo que le capacito a su personal, pero necesito que me suministre la energía, eso me baja los costos”, explica.

Probablemente pronto exista más de un kiosco móvil, porque se tiene en proyecto adecuar otro bus, esta vez del Manuel Olivares.

Moreira señala que el diseño del kiosco móvil estuvo a cargo de él, del ingeniero Mario López y del arquitecto Marvin Elías Neira.

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Como cualquier otro vehículo, un bus azul se estaciona paralelo a la acera del Mercado de Artesanías de Masaya.

En el exterior del vehículo, no se ve nada fuera de lo común: un bus azul marca Blue Bird (Pájaro Azul), como los que utilizan los transportistas, arriba trae un rótulo donde se lee Inatec (Instituto Nacional Tecnológico).

Tras el rótulo, sobre el bus, hay una planta que empieza a funcionar emitiendo un ruido que llama la atención a los que pasan por el lugar.

Algunas mujeres ingresan al vehículo como parte de un convenio entre el Inatec y el Congreso Permanente de Mujeres Empresarias, ellas sabían que llevarían un curso de computación, pero se sorprendieron al ver el interior del kiosco móvil.

“Nos dijeron que era un bus, pero no pensaba que iban a tener las cosas ahí adentro. Me imaginaba un bus que tal vez nos iba a llevar a otro lugar a recibir las clases. Vos sabés que hay espacios especiales para eso. No me imaginé que estaba tan bien equipado, las computadoras están súper actualizadas y el instructor también”, relata Silvia Suazo González, de 30 años, quien se dedica junto a su familia a producir y vender hamacas.

Incluso las que ya sabían que recibirían el curso dentro del bus se mostraron sorprendidas. “Ya sabía que venía un bus y que venían ahí todas las computadoras. No sabía cómo nos íbamos a acomodar, pero es un kiosco cómodo, para andar en un bus”, considera Lillyam Mercado Parrales, de 53 años, quien junto a su esposo e hija tienen un negocio de bordados y calados en la rama textil vestuario.

El kiosco móvil es uno de los proyectos más conocidos dentro del Inatec, ha prestado servicio en barrios y comunidades a niños, adolescentes y ancianos.

Este bus, que se ha vuelto una especie de “brigadista”, empezó a utilizarse en el 2003, cuando se decidió transformar un bus que estaba en el parqueo del Inatec. Se le quitaron los asientos, se le instalaron computadoras con sus muebles y se adecuó una planta eléctrica que alimenta los toma corrientes de diez computadoras y el aire acondicionado.

Hasta hoy se ha capacitado a más de 5,200 personas en los conocimientos básicos del Office en una especie de “alfabetización informática” que ha promovido esta institución.

Mercado comentó que aunque sabía que el kiosco tenía dentro las computadoras le preocupaba dónde las conectarían. “Decía en la batería del bus, pero dónde van a coger tanta energía para mantener unas computadoras, pero después ya me di cuenta, al oír el ruido del motor que andaba la planta arriba”, relata.

ABC moderno

Dentro del bus los instructores colocan a las mujeres cada una frente a una computadora. La tapa del mueble de la computadora es utilizada como banco para las estudiantes.

Como durante la alfabetización realizada en la década de los ochenta, les enseñan paso a paso. Primero, cómo encender la computadora, luego para qué es cada uno de los objetos que tienen frente a ellas, qué es Windows y para qué sirve y finalmente inician con el ABC. A: Word, B: Excel y C: Power Point.

Al igual que la alfabetización que realizaron miles de jóvenes ésta desarrolla una metodología que les permite ahorrar tiempo.

“Desarrollamos un curso que se llama Introducción a la Informática es un curso de 12 horas que se desarrolla en tres días, con un horario de cuatro horas académicas por día”, explica Marlene Rodríguez, especialista en formación profesional del departamento de Comercio y Servicio.

“En cuanto a la asimilación de conocimientos lo que le digo a la gente es que nadie aprende por nadie y hay muchos que han manifestado que han aprendido más en tres días que en varios meses en un centro educativo, porque nosotros hacemos mucha práctica. Procuramos que sea práctica la mayor parte del desarrollo y nos enfocamos más en lo que realmente la gente va a necesitar”, añade.

El único requisito para ser parte de esta alfabetización informática es tener por lo menos cuarto grado aprobado. “Hemos atendido incluso profesionales que no dominaban informática y han participado en nuestros cursos”, comenta Rodríguez.

Actualmente el kiosco móvil está atendiendo a mujeres empresarias, unas 360 en total. Cada semana logran involucrar a 60, porque se imparten clases en tres turnos y el curso dura tres días. Para ingresar a la capacitación los beneficiarios deben pagar diez córdobas por el curso.

Los grupos están divididos de lunes a miércoles y de jueves a sábados y los turnos son de 7:00 a.m. a 10:30 a.m.; de 11:00 a.m. a 2:30 p.m. y el tercero de 3:00 a 6:30 p.m. “En esa media hora entre cada turno alimentamos de combustible la planta. Pero como tenemos que esperar que se enfríe tenemos media hora, que le sirve de receso al instructor y sirve para darle mantenimiento a la planta”, detalla Rodríguez.

Para Suazo el horario fue otro elemento que la impactó, “me quedé impresionada. ‘En tres días vamos a aprender’, le digo yo a la señora. ‘Sí —me dice— en tres días’. Pero ya veo que sí vamos a aprender porque ya estamos tecleando y en otros cursos dilatan mucho y nada”, afirma.

ALUMNOS Y SUS SUEÑOS

Suazo González, como ella misma dice, está “tomando las riendas” del negocio familiar. Vive con su familia, su papá, mamá, abuelos y hermanos, nueve personas en total, todas trabajando en la elaboración y venta de hamacas.

Suazo ingresó al proyecto del kiosco móvil porque desea que el negocio de Hamacas Castillo se modernice y tenga una página web y un correo electrónico.

Aunque estudió en la Universidad Nacional Autónoma de Managua le faltó una clase para terminar y no manejaba los programas de computación que enseñan en el bus.

“Me encanta la idea de dar a conocer mi producto por medio de Internet o promocionarlo por medio de páginas y ojalá que me den la oportunidad de crear mi propia página y exportar hamacas fuera de acá”, dice Suazo mostrando las hamacas de muestra que están en el porche de la casa.

Para ella es importante tener herramientas para asumir mejor el negocio familiar. “Mi papá era el que manejaba el negocio, pero como se decidió a otro negocio, yo soy la que estoy tomando las riendas con mi mamá, pero como ella decide que yo salga más al frente porque ella ya está mayor, soy la que se mete más en las cuestiones del manejo de hamacas”, detalla.

Suazo ya tiene planeadas algunas estrategias para mejorar el negocio de la familia. Quiere tener un correo electrónico y ponerlo en las tarjetas de presentación.

“Tal vez no puedo estar con teléfono y en el correo manejo mis cosas, por ejemplo un encargo ya no va a ser necesario que sea por teléfono, sino por correo. Actualmente todo lo hago por teléfono y me quita más tiempo. Me gustaría tener ambos métodos”, señala Suazo, quien lleva 18 años en el negocio de las hamacas.

“Desde que tengo diez años comencé a aprender a tejer. Ahora sé todo, hacer el cuerpo, armarlo, tejerlo, hacerlas hasta con nombre y todo. Ahorita estoy dando un taller a madres solteras en Granada con una asociación española”, relata Suazo.

AMPLIAR COBERTURA

Espera que el kiosco móvil pronto haga estación en Los Pueblos, porque reconoce la necesidad que tienen los artesanos de aprender los conocimientos básicos de computación.

Al igual que Suazo, Lillyam Mercado Parrales espera que el bus azul llegue a Los Pueblos, porque como ellas muchos podrán mejorar sus negocios.

“Es lo mejor que han podido hacer, porque no todos los artesanos tenemos el tiempo y la disponibilidad de dejar nuestros talleres e ir a un centro de computación a aprender, no lo hacemos. Esta es una gran ayuda. Masaya que es una de las cunas de los artesanos y después San Juan de Oriente, Catarina”, afirma Mercado.

Aunque tiene computadora en su casa indica que no sabe encenderla y abrir el correo se ha convertido en una limitante. Lleva 28 años en el negocio, 21 años de tener el taller, pero no puede ver los pedidos o mostrar modelos si su esposo o su hija no se encuentran para usar la computadora.

“Son ellos dos los que la manejan y a veces yo quiero ver algún vestidito que ya tengo ahí archivado y yo no puedo abrirla ni cerrarla (computadora), ahora sí”, dice orgullosa Mercado.

Admite que al inicio le tenía el miedo a la computadora, pero que ahora ya no, aunque todavía le da un poco de nervios.

“El teclado yo no lo sé manejar, mis manos nunca han escrito en una máquina de escribir que era lo que se usaba antes. Pero ahora que puse mis manos en el teclado escribí”, añade.

Tradición y modernidad

Mercado indica que en su taller y tienda implementan una mezcla entre lo tradicional y lo que está de moda. “Mi esposo lleva la contabilidad y mi hija que diseña junto conmigo. Yo empíricamente hago mis diseño y hemos unido la tradición de los bordados y calados con la moda actual. Caminamos y hacemos las cosas al ritmo de los cambios, de la moda y todas las cosas que van cambiando nosotros vamos viendo qué es lo que está de moda y plasmamos nuestro arte en los vestidos y conjuntos de pantalones, de pescadores”, indica, mostrando los trajes en su tienda Marisol

POTENCIAL TÉCNICO

El kiosco móvil es también la muestra del potencial que tiene la educación técnica.

Roberto Moreira, Subdirector Ejecutivo del Inatec, comenta que en la medida que se iban desarrollando los programas de los kioscos tecnológicos se miraba la necesidad de formar en “el ABC de la computación” en diferentes comunidades y los barrios más pobres de Nicaragua.

El Inatec aplicó el dicho: “La necesidad es la madre de la inventiva” y para hacer la idea realidad se contó con el potencial que existe en los centros del Inatec, en este caso el Centro de Capacitación Profesional Nicaragüense Alemán (Cecna).

“La parte eléctrica se encargó el Cecna, al igual que en el caso de los muebles, adecuaron los muebles para los estudiantes. Y los instructores son capacitados por el Inatec”, comenta Moreira.

Para el 2007, la meta es alfabetizar en el uso de la computadora a dos mil personas. El kiosco móvil continuará su camino, así que si ven un bus con el rótulo del Inatec ya saben que no es simplemente para hacer propaganda.

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