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Haz algo por arreglar tu matrimonio

Querido padre Alberto: Le escribo para pedirle un consejo pues estoy pasando por un momento muy difícil. Ofendemos constantemente y nos criticamos. Pienso que se ha perdido el amor entre nosotros. He llegado a pensar que quizás este matrimonio, después de tantos años, ya no funciona para nada. Sin darme ni cuenta, he estado saliendo […]

Querido padre Alberto:

Le escribo para pedirle un consejo pues estoy pasando por un momento muy difícil.

Ofendemos constantemente y nos criticamos.

Pienso que se ha perdido el amor entre nosotros. He llegado a pensar que quizás este matrimonio, después de tantos años, ya no funciona para nada.

Sin darme ni cuenta, he estado saliendo con un antiguo compañero de la universidad y luego conocí a otro muchacho, con el que también he salido.

Pero lo que más me avergüenza es que, hace unos meses, cometí una falta terrible. Una amiga me invitó a salir con su esposo, nos pusimos a bailar, comenzamos a tratarnos y ahora no sé qué ha sucedido que los dos nos sentimos atraídos.

Pienso que mi matrimonio no tiene solución, cada día estoy más confundida. Cada vez pienso más en el esposo de mi amiga, de la cual creo que me he enamorado.

Por favor, deme un consejo que me saque de mi confusión.

Carmen, confundida con mi matrimonio

Estimada Carmen:

Cuando existe un vacío en nuestra vida, a veces lo tratamos de llenar con cosas equivocadas. En tu caso, no creo que estés enamorada del marido de tu amiga, sino que te atrae algo en él que no tienes en casa. Eso me parece que es infatuación, no es real.

Creo que todos nos damos cuenta exactamente de lo que hacemos. Decir que somos capaces de hacer algo tan importante “sin darnos cuenta”, es crear excusas para justificar nuestro comportamiento equivocado. Tú sabes muy bien que una mujer, sea quien sea, no debe buscar una relación con un hombre casado. Además, sabes que una persona que te considera su “amiga” se sentiría muy lastimada y ofendida si fuera a enterarse de esta situación. Si no lo estás, como mujer adulta que eres, debes estar muy consciente de todo esto.

Si tienes un matrimonio lastimado y enfriado por la indiferencia de los años, ¿por qué no haces algo por arreglarlo? Es importante que toda persona casada le preste atención a las promesas que hicieron el día de su matrimonio: “En las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad… todos los días de mi vida”. Esas palabras son muy serias, aunque muchos no las tomen muy en serio.

Evita el contacto con el esposo de tu amiga y haz algo por salvar tu matrimonio. En todo caso, si consideras que tu matrimonio no es “salvable”, aléjate de ese —o de cualquier otro— hombre casado.

El que juega con fuego se quema.

Un abrazo,

Padre Alberto

Envíe sus cartas a:

[email protected]

Rev. Padre Alberto Cutié

Radio Paz 830 AM

PO BOX 421500

Miami, Fl 33142

www.padrealberto.com

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