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José Dávila y CAstellón, un laico autodidacta consagrado a la predicación de la palabra de Dios. ()

El predicador de “La Colina Vaticana”

“Mi vida transcurre en pregonar a Dios y la Virgen María”, asegura don José Dávila y Castellón, quien con su pluma y su voz orienta en la fe y la Santa Palabra Camina con dificultad, sujetado a dos muletas, antes de sentarse para hablarnos de la importancia de la fe, los valores, la familia y […]

  • “Mi vida transcurre en pregonar a Dios y la Virgen María”, asegura don José Dávila y Castellón, quien con su pluma y su voz orienta en la fe y la Santa Palabra

Camina con dificultad, sujetado a dos muletas, antes de sentarse para hablarnos de la importancia de la fe, los valores, la familia y la Iglesia. Todo el tiempo habla de lo grande que es Cristo. Se acomoda en la silla y sigue hablando de fe.

Así es don José Dávila y Castellón, quien pese a no ser sacerdote ni graduado en teología, sin embargo es un autodidacto de la palabra de Dios, a quien siempre trata de difundir a través de la palabra.

Cada domingo, desde hace muchos años, don José Dávila y Castellón escribe para este Diario la columna Desde la Colina Vaticana, en la que da a conocer la doctrina de la Iglesia a través de las enseñanzas del Papa.

En su columna dominical se manifiesta su marcado interés por llevar el mensaje de fe y esperanza a los lectores, a los que insta a vivir la fe y los principios cristianos creciendo con responsabilidad y tolerancia, sobre todo en una íntima comunión con Dios.

“Mis comentarios y mis prédicas son con el objetivo de que las personas crezcan en un alto sentido de la fe y responsabilidad, pero siempre bajo la orientación y la comunión con Cristo. Una persona que vive sin Cristo jamás puede vivir feliz, en cambio en comunión con Él todo es felicidad. La felicidad que yo he experimentado como católico creo que no la experimentaría siendo protestante por el contacto que tengo con la eucaristía y los sacramentos”, asegura don José Dávila y Castellón, un laico comprometido como misionero de Dios.

INCREÍBLE FORTALEZA

Pese a su problema de discapacidad física, don José es un ejemplo de fe y fortaleza. ¿Cuántas personas con excelente salud y en buenas condiciones económicas y sociales no saben agradar a Dios, ni mucho menos dedicar un corto tiempo para el Creador? Pues existen muchas.

Don José, con su fe e incansable fortaleza para predicar y anunciar la palabra de Dios a través de su columna Desde la Colina Vaticana y su programa radial: Creo en la fe de la Iglesia Católica, que transmite lunes y jueves por Radio María, nos demuestra que el amor a Dios y al prójimo no tiene ningún tipo de limitaciones.

“Sólo pretendo orientar en la fe y de que tenemos un Dios que nos ama y nos es fiel”, expresa don José Dávila con manifiesta satisfacción.

A criterio de este extraordinario hombre de fe y predicador de la palabra de Dios, los cristianos tienen que llevar una vida de santidad, o al menos tratar de llevarla en santidad viviendo lo que se predica. Pero explica que no se puede confundir la fe con el fanatismo. Y advierte que muchas personas a diario asisten a misa y a orar en los templos, pero realmente no tienen la fe ni la conversión, mucho menos han logrado conocer a Dios, esto porque lo manifiestan en su comportamiento en sus relaciones sociales, expresa.

“Es peligroso ser muy devoto y en tu vida privada y pública ser un desastre. La devoción es la dedicación a Dios y el amor al prójimo, entonces veo peligroso eso. Me gusta un evangelio que libere, que a uno lo haga más responsable y más consciente dentro de la sociedad y la familia”, asegura Dávila y Castellón.

GRANDEZA DE DIOS

Lamenta la indiferencia social a Dios, lo cual a su criterio ha sido motivo de mucha falta de valores que como efectos ha causado incremento en la violencia, entre males que cada día agobian a las familias y la sociedad.

“Los padres de familia tienen que diseñar estrategias en Cristo para que sus hijos no crezcan en el pecado, propiciando enseñanzas sanas que los acerquen al Creador. No hay que perder esas costumbres y raíces sanas que nuestros padres nos enseñaban antes”, exhortó el laico católico.

En ese sentido señaló que “la gente busca la felicidad donde no está, yo sólo la veo en Dios, lo tengo comprobado”, aseguró don José Dávila y Castellón.

Añadió: “Cuando uno comprende la grandeza y el amor de Dios, yo veo que es bastante difícil pecar”, aseguró don José.

Religión y Fe

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