Vicente PanettaAP
PARÍS.- De una pequeña isla del Caribe llegó el hombre que el lunes se proclamó el nuevo rey de la velocidad, en una jornada en la que Bielorrusia se alzó con dos medallas de oro para pasar a dominar el campeonato mundial de atletismo.
Kim Collins, de Saint Kitts, ganó la presea dorada en los 100 metros, en una carrera para el infarto, ya que el segundo, el tercero y el cuarto clavaron el mismo tiempo y hubo que apelar a una definición fotográfica.
Al finalizar la tercera jornada, el cubano Yoandri Betanzos se alzó con plata en salto triple y la mexicana Ana Guevara se clasificó para la final del miércoles en los 400 metros.
Pero toda la atención estuvo centrada en la prueba reina del atletismo, en la que Collins, quien no estaba en los planes de los entendidos, paró los cronómetros con 10,07.
“Quizás creyeron que estaba cansado y no me tomaron en cuenta”, señaló Collins. “Para mí ha sido una carrera fantástica”.
Saint Kitts tiene unos 40 mil habitantes, casi la misma cantidad que presenció su consagración en el Stade de France, en Saint Denis.
La presea de plata fue para el trinitario Darrel Brown y la de bronce se la quedó el inglés Darren Campbell, mientras que el inglés Dwain Chambers fue cuarto. Salvo Collins, los otros marcaron 10,8.
El estadounidense Tim Montgomery, dueño del récord mundial y uno de los favoritos, entró quinto con 10,11.
Se esperaba un gran duelo con su compatriota Maurice Greene, quien no se pudo clasificar poco antes, cuando en las semifinales cruzó la meta con palpables muestras de dolor y se retiró.
Los bielorrusos que subieron a lo más alto del podio fueron gracias a sus lanzadores Iván Tikhon e Irina Yatchenko.
Tikhon se quedó con el oro en el lanzamiento del martillo, en el que el húngaro Adrián Annus se alzó con la de plata y el japonés Koji Murofushi con el bronce.
Su compatriota Yatchenko embolsó oro enviando el disco más lejos que nadie. Fue escoltada por las griegas Anastasma Kelesmdou y Ekatermni Voggoli.